Análisis del paro registrado y Afiliación a la Seguridad Social

Datos correspondientes al mes de agosto relativos a la Afiliación a la Seguridad Social y a los parados registrados en las Oficinas del Servicio Público de Empleo

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Economistas Frente a la Crisis

Las cifras de agosto dadas a conocer hoy por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social reflejan una reducción mensual de 136.000 afiliados a la Seguridad y un aumento de 38.000 desempleados registrados en las Oficinas Públicas de Empleo.

Sin embargo, como hemos reiterado desde Economistas frente a la Crisis (EFC), las variaciones mensuales de los dos datos están influidas por los movimientos estacionales de la economía, que hacen que su evolución sea relativamente mejor en los meses estivales y lo contrario al finalizar estos. Las comparaciones con los mismos meses de los años anteriores permiten soslayar esa estacionalidad, pero no facilitan una perspectiva suficiente a lo largo del año, ni un contexto más general a lo largo de un conjunto de años, por ejemplo durante esta crisis. Por ello EFC, al igual que otros profesionales, utiliza para sus análisis en general los datos correspondientes a las series desestacionalizadas, igualmente oficiales.

Utilizando estos datos desestacionalizados, en agosto, los afiliados a la Seguridad Social se redujeron en 32.000 personas y los desempleados registrados aumentaron en sólo 5.800 personas.

La serie permite constatar que los Afiliados al sistema de Seguridad Social mantienen un fuerte y continuado descenso.

Y las tasas mensuales e interanuales indican que el empeoramiento del empleo que comenzó a producirse a principios de 2010 y se acentuó a lo largo de 2011, se ha agravado en el primer semestre de este año, alcanzando tasas interanuales de descenso del 3,5%, en inevitable coherencia con la nueva fase recesiva en la que ha entrado la economía española.

Las tasas de variación mensual de la serie desestacionalizada son, como se observa en el gráfico anterior, coherentes con esa evolución general, y muestran el pasado mes de agosto un descenso del 0,2 por ciento, inferior al de los primeros meses de este año, lo que parece indicar que la velocidad de la pérdida de empleo tiende a estabilizarse.

En el caso del desempleo registrado en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo, los datos desestacionalizados muestran una imagen diferente. El incremento en agosto ha sido muy bajo, tan solo de 5.800 personas, frente al incremento de 38.000 del dato mensual original, es decir sin desestacionalizar, que no obstante ha sido el más bajo de un mes de agosto desde el año 2006, lo cual es una muestra de que el dato mensual ha sido relativamente positivo aunque sea siempre indeseable y negativo el incremento del paro.

Este bajo crecimiento en el mes de agosto viene a sumarse a una desaceleración en el crecimiento del paro registrado desde aproximadamente esta primavera, lo que está permitiendo, como puede verse en el gráfico anterior que el volumen de parados registrados, aun creciendo todavía, tienda a estabilizarse. En el siguiente gráfico puede verse esa ralentización de las tasas de crecimiento mensuales desestacionalizadas.

En principio podría parecer que la evolución del empleo y el desempleo, medidos uno a través de los Afiliados a la Seguridad Social y el otro mediante el registro de los Servicio Públicos de Empleo, han entrado en una fase de movimientos incoherentes entre ellos. Lo cual no sería razonable. En realidad, ambas magnitudes han de comportarse inevitablemente de manera coherente y cuando los datos no lo parecen están reflejando algún fenómeno que requiere un análisis más detenido.

Una explicación podría ser que una parte de los que pierden el empleo pasan a la inactividad y no al paro porque se jubilan, o se retiran del mercado laboral, y dejan de buscar empleo. Pero muy probablemente ese factor sea minoritario y lo que sobre todo se esté reflejando es la falta de interés de muchos desempleados en continuar ‘apuntados’ al registro de las Oficinas Públicas de Empleo. Una especie de efecto desánimo, no necesariamente respecto a la búsqueda de empleo sino sobre todo frente a la conveniencia de registrarse como demandantes de empleo en los Servicios Públicos. Porque, en efecto, la oferta de empleos disponible -especialmente en esta débil coyuntura- a través de los Servicios Públicos es muy escasa. 

Los recortes en las Políticas Activas de Empleo han aminorado considerablemente la oferta de las mismas, de tal forma que los beneficiarios son inferiores con mucho al volumen de parados registrados.

En estas condiciones, una parte creciente de los desempleados considera ocioso e inútil mantener su inscripción como demandantes en los Servicios Públicos de Empleo, por lo que no la renueva, quedando en estos registros cada vez más las personas que perciben algún tipo de prestaciones. Es significativo a este respecto que la ralentización en el crecimiento del número de desempleados se haya producido de forma paralela y correlativa a la acentuada caída en la tasa de cobertura de las prestaciones por desempleo ocasionada por la llegada al momento del agotamiento de las prestaciones de importantes cohortes de beneficiarios debido a la prolongación de la crisis.

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En suma, los datos de agosto permiten constatar que continúa la destrucción de empleo, si bien esos datos parecen apuntar a que la misma entra en una fase más pausada en cuanto a la aceleración progresiva que se había registrado a lo largo del último semestre. Y que el crecimiento del desempleo registrado tiende a moderarse debido a la aparición de un efecto desánimo en cuanto al interés de los desempleados por inscribirse en unos Servicios Públicos de Empleo cuyos recursos escasos, mermados aún más por los recortes, ofrecen pocas ayudas y acciones favorecedoras de la empleabilidad.

Economistas Frente a la Crisis

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