Nota rápida: ¿Es posible una prórroga del rescate bancario?

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El periódico EL PAIS publicaba ayer en su portada que el BCE estaría estudiando la posibilidad de prorrogar la línea de crédito para la recapitalización del sistema financiero español más allá del 31 de diciembre de 2013, fecha en la que está acordado la finalización de la disponibilidad de fondos con cargo al MEDE.

Las razones que, según el citado artículo, estarían detrás de esta posible prórroga se encuentran en las altas probabilidades de que un nuevo análisis de los balances de los bancos  destape nuevos agujeros, debiéndose recurrir a los fondos del MEDE para cubrirlos.

¿Qué nos dice el Acuerdo Marco de Asistencia Financiera firmado entre el MEDE y España sobre la posibilidad de una prorroga? Nada. Al menos no en los documentos públicos disponibles en la web del MEDE. No se trataría de una prorroga sino de un nuevo Acuerdo de Asistencia Financiera y de una nueva negociación para redactar el Memorandum de Entendimiento (MoU) que recogiese las nuevas condiciones asociadas al programa.

Al Gobierno no le interesa a un nuevo MoU. Según se desprende de la última visita de la Troika a España durante los últimos 10 días de mayo, el MoU se está cumpliendo a un ritmo mejor del esperado, estando la condicionalidad horizontal, la que afecta a la política y legislación financiera, «prácticamente completada».

La llamada prórroga de la Asistencia Financiera, que no sería una prorroga sino una nueva negociación, implicaría un nuevo MoU y nuevos términos y condiciones financieras (vencimiento medio y máximo de los bonos, coste de financiación, comisiones soportadas por el Estado miembro receptor, etc). No sería esperable que el MoU recogiese una condicionalidad mucho mayor de la ya acordada en el Memorandum vigente, pero sin duda algún nuevo elemento se incorporaría. Y es comprensible que el Gobierno quiera huir de esa incertidumbre ante una nueva negociación.

Por tanto se identificarían al menos tres vectores de incentivos:

  1. El Gobierno, como recoge el artículo de El Pais, tratará de hacer frente a las nuevas necesidades de recapitalización mediante los fondos del FROB o, de ser insuficientes, aprovechando las condiciones de financiación más favorables que ahora encuentra en el mercado de deuda soberana. Las principales ventajas asociadas a esta opción serían evitar el estigma en los mercados de un nuevo Memorandum y, desde un punto de vista político, le permitiría continuar con el discurso de que la situación económica está mejorando.
  2. Si los recursos financieros  anteriormente enunciados no fuesen suficientes para hacer frente a los previsibles agujeros que un stress test sobre la calidad de los activos revelaría, y con el objetivo de evitar la negociación de un nuevo Acuerdo Financiero y un nuevo MoU, el Gobierno podría preferir recurrir al remanente de la línea de crédito de 100.000 millones de euros, de los que solo se han utilizado 41.000 millones. Este second best se enfrentaría a varias dificultades:
    1. Cada nuevo desembolso debe estar previamente aprobado por el Consejo de Directores del MEDE. En cada caso, los Directores del MEDE (Secretarios de Estado de Economía o directores del Tesoro de la zona Euro) podrían considerar que las condiciones impuestas no son suficientes o incluso que el instrumento de asistencia financiera elegido ya no es el adecuado, y exigir nuevas condiciones. Este, no obstante, sería un caso muy extremo y por tanto descartable.
    2. Es altamente improbable que se concediese un nuevo desembolso antes de las elecciones alemanas y una vez celebradas estas, habría que esperar cierto tiempo a que se aclarase el nuevo mapa político en Europa.
  3. Finalmente, el Gobierno podría buscar eliminar dudas sobre su capacidad para afrontar cualquier resultado de la nueva ronda de stress test, suscribiendo un nuevo Acuerdo Financiero y el correspondiente MoU, pero sin la intención de utilizar los nuevos recursos disponibles. De esta manera los nuevos fondos actuarían como una señal tranquilizadora para el mercado.

La debilidad de la demanda, las altas tasas de desempleo, la fragmentación de los mercados financieros europeos, la exposición de los bancos a créditos de dudoso cobro y el progresivo deterioro de los activos en manos de los bancos ligados a la actividad productiva, hace muy probable que se necesite una segunda ronda de recapitalización del sistema financiero español.

El BCE va a realizar nuevas pruebas de esfuerzo, esta vez centrándose en la calidad de los activos en el balance de los bancos, en los próximos meses. No se espera que los resultados estén disponibles hasta bien entrado el 2014. Estas pruebas de esfuerzo deberían hacerse antes de que entre en vigor el Supervisor Único Europeo.

¿Podemos esperar hasta entonces para limpiar el balance de los bancos, requisito previo para que empiece a fluir el crédito a las unidades productivas generadoras de empleo? Las propuestas presentadas en torno a una «recapitalización preventiva» podrían ir en la dirección correcta. Se enfrentan a una serie de dificultades normativas que, no obstante, podrían ser sorteadas con buenos argumentos. Sin embargo, el principal escollo es sortear la realidad política europea, pues son los Estados miembros del MEDE quienes tienen que aprobar cada solicitud de asistencia. Y hoy en día estamos muy lejos de conseguir un consenso entre las capitales europeas para utilizar los recursos disponibles de manera inteligente.

1 Comment

  1. Jose Candela Ochotorena el junio 13, 2013 a las 9:49 am

    Me temo que el autor peca de optimismo sobre la calidad real de los activos de los bancos. Podemos estar olvidando el factor liquidez de esos activos. A la incertidumbre de los activos ligados a la economía productiva, se une el bloqueo a la caída de los precios inmobiliarios por el insano procedimiento de evitar su salida al mercado. ¿Cuanto tiempo se van a poder mantener esos stocks?

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