Reformar la Política Económica

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Julio Rodriguez Lopez es miembro de Economistas Frente a la Crisis

La prolongada debilidad  de la economía española y de la de los  países periféricos de la  Eurozona puede provocar que dichas economías pasen desde la “gran recesión” posterior a 2007 a una autentica depresión. El impacto negativo sobre la actividad productiva y sobre el empleo de dicha evolución explica buena parte de las abundantes tensiones sociales aparecidas. Cada día que pasa de 2013 resulta más evidente que hay que exigir más contenido y ambición  a la política económica.

  En el primer trimestre de 2013 el PIB de la economía española, tras cinco años de crisis, se situó en un nivel inferior en un 7% al correspondiente al mismo periodo de 2008. El nivel actual del PIB en 2013 resulta inferior en un 20% al que se habría alcanzado de haber persistido  la tendencia de crecimiento de la economía entre 1990 y 2012. El  descenso citado de la actividad desde el primer trimestre de 2008 ha estado acompañado de un retroceso relativo mayor del empleo, el 18,5%, correspondiente a una pérdida de casi 3,8 millones de puestos de trabajo.

  El 43% de la caída total del empleo en España  ha correspondido al sector de la construcción. Sumando a dicho descenso directo el de las industrias productoras de materiales de construcción resulta que el impacto del sector citado sobre la disminución total del empleo se aproxima al 50%.  Los ocupados ahora  en la construcción no llegan al 40%   del nivel de hace cinco años. El aumento del desempleo en más de cuatro millones en los cinco años citados se debe en su mayor parte a la caída del empleo y,  en menor proporción,  al aumento de la población activa.

El persistente y elevado desempleo reduce el PIB potencial de la economía y la participación de la población  en el mercado de trabajo. Además, el retroceso del empleo se extiende a las afiliaciones a la seguridad social, lo que origina una complicación adicional.  Las  pensiones se financian en España básicamente a partir de las cotizaciones  de los afiliados. Un retroceso continuado del total de afiliaciones pone  en peligro, pues,  el mantenimiento del actual sistema de pensiones.

  Es más que evidente el alcance del problema que está generando la persistente caída del empleo y de la actividad en el conjunto de la economía española. Frente a dicha situación, la política económica actual se limita a un amplio conjunto de recortes del gasto público (prestaciones sociales e inversión pública) acompañados de las denominadas  “reformas estructurales”. Estas últimas aparecen en bastantes ocasiones como destinadas a deshacer  o minimizar  derechos sociales logrados en mucho tiempo, caso de la reforma laboral.

  La privatización de la gestión de los servicios públicos  por parte de algunos gobiernos autonómicos complica más  la reducción de los flujos de prestaciones sociales derivada de la menor recaudación fiscal por la caída de la actividad y del empleo. No es de recibo privatizar un hospital y que al poco tiempo el político privatizador ocupe un puesto relevante en la empresa que ha pasado a prestar el servicio público privatizado en la gestión.

 La política económica debe de aspirar ahora sobre todo  a recuperar el crecimiento y el nivel de empleo, sin agravar más  las desigualdades. Reestructurar la economía no es desregular. La política económica actual se presenta como algo  inevitable, pero  la austeridad no conduce a la recuperación del crecimiento. El soporte aportado a la recuperación de la economía española desde la política económica  ha sido muy débil.

  Desde el gobierno se insiste en las viejas recetas que han conducido a la penosa situación presente. Ello lo confirma  el contenido pro-ladrillo que conlleva la nueva Ley de Costas y las ventajas de todo tipo que se están preparando para dar paso al modelo de Las Vegas en la periferia de Madrid (Eurovegas). .

  Insistir ante el continuo descenso del empleo que el remedio consiste en  flexibilizar mas el mercado de trabajo no puede ser  el resultado de a un análisis económico riguroso, sino que responde a una  ideología interesada. Si desde el Eurogrupo y la Comisión de la UE defienden mantener dicha línea de política económica es porque el gobierno  presenta en Europa dicha opción como la mejor alternativa.

Un problema adicional de la presente situación es el de la dificultad de conseguir financiación crediticia. Por un lado, el mercado de vivienda se encuentra limitado en su evolución  por el hecho de que los bancos en la práctica solo prestan para la compra de vivienda si se adquiere una propiedad que tienen en su poder. Por otra parte, las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, encuentran serias dificultades para la financiación normal del circulante  y para la realización de inversiones imprescindibles para el desarrollo del negocio.

El sistema financiero ha sufrido en poco tiempo un sustancial proceso de concentración en España. De unos 50 grupos bancarios existentes en 2007, se ha pasado a poco más de diez en 2013. Las cajas de ahorros han desaparecido en la práctica como tales entidades de crédito. En la mayoría de los casos, las cajas de ahorros son ahora entidades con una participación, minoritaria por lo general, en un banco de nueva creación. Sería deseable que  con dicha concentración en un número reducido de bancos  no retornase  la exclusión bancaria que en su tiempo justificó la creación de las cajas de ahorros.

La unión bancaria dista de ser una realidad en la Eurozona. No habrá recuperación si no retorna un nivel más normal de crédito bancario. Las encuestas de crédito a Pymes del Banco Central Europeo  revelan que las empresas españolas sufren un endurecimiento crediticio superior al del resto de dicha área económica,  situación que debe de paliarse o superarse en 2013.

 La recuperación de las exportaciones aparece ahora como el elemento más dinámico de la economía española. Sin embargo, sin negar lo positivo de dicha evolución, España y el conjunto de la Eurozona no pueden esperar  que baste con la mejora de las exportaciones  para lograr una recuperación solida, como la que consiguió Alemania en la primera década del presente siglo. España y buena parte de la Eurozona no tienen la “formidable industria de manufacturas orientadas hacia la exportación”  de Alemania. Cuando esto se entienda se reforzarán las presiones para cambiar el enfoque “alemán” de la actual política económica del Eurogrupo (Martin Wolf, “The German model is not for export”, Financial Times, 8 de mayo de 2013).

4 Comments

  1. asturgalicia el mayo 22, 2013 a las 9:49 pm

    Reblogueó esto en Asturgalicia Noticias.

  2. Miju33 el mayo 23, 2013 a las 1:40 am

    Para ser un artículo de economistas frente a la crisis, la impresión que me deja es de un análisis más menos acertado, un cierto lloriqueo, y ninguna solución.
    Hace falta una idea fuerza, clara e inteligible para el pueblo. Revolucionaria, medible y realizable. Unos de las grandes injusticias de esta crisis es el aumento de la diferencia entre ricos y pobres. Establezcamos unos límites que impidan diferencias tercermundistas entre unos y otros. Con un impuesto sobre la riqueza, con un objetivo a alcanzar, en 10 años por ejemplo, utilizando el coeficiente gini. La situación es casi de emergencia nacional. El dinero de ese impuesto dedicado a asuntos sociales, infraestructuras, etc. aumentaría la actividad económica y nos ayudaría a salir del pozo. En una socialdemocracia que se precie de tal, el
    35% más rico no debería exceder del 65% de la riqueza. Sin clase media, económica y cultural, mayoritaria en un país, no existe auténtica democracia.
    Y mientras tanto el gobierno empantanándose en leyes retrógradas y sin recorrido.

  3. Jose Candela Ochotorena el mayo 28, 2013 a las 4:46 pm

    Admiro bastante a Julio Rodriguez, por lo que me resulta decepcionante este artículo, no solo por que repite lugares comunes, sino porque contradice una linea argumental que el autor ha seguido y creo correcta, la de que se equivocan los actuales gestores, pero también es necesario recuperar el VAB y los ahorros futuros comprometidos en financiar las plusvalías inmobiliarias generadas entre 1997 y 2007. Si eso es así, y Vergés cifra esas plusvalías excepcionales en mas de 300.000 millones de euros, diferencia entre el stock de mas de 4 millones de viviendas a precios constantes de 2000 y su valoración agregada a precios de compra-venta, y los capitales han desaparecido en los sumideros financieros, de acuerdo con J.R. de hace pocos días, es inevitable una recesión y una acción pública para salir de ella, pero también para desapalancar la economía. ¡Ahí es donde la economía debe mostrar su capacidad, y la U.E. hacer cierta su promesa de libertad, igualdad y fraternidad.

  4. Jose el junio 2, 2013 a las 1:19 pm

    Las discusiones de los ¿especialistas? explicando la crisis y las posibles salidas siguen obviando la cuestión principal y es la de qué hace que una empresa se plantee un incremento de su producción o a un grupo de personas la creación de una empresa. Qué haya dinero abundante puede ayudar pero sino hay un incremento esperado de la demanda no sirve para nada. Esa mejora de las perspectivas puede ser nacional o internacional pero no estamos en ninguna de esas situaciones. Dinero abundante hay en EEUU, Reino Unido y Japón con sus bancos centrales inundando el mercado de dinero y sin embargo las recuperación es muy débil. Un banco japonés coge la lluvia de yenes con una mano y lo trae a Europa a coger deuda al 4%, maldita la gracia que les hará a los ciudadanos japoneses esa actitud, lo mismo EEUU. Puede que esa sea una de las razones de que la prima española esté bajando.
    La imagen que me viene a la cabeza de las posibles salidas es la de aquellos coches antiguos en que era necesario arrancarles por delante mediante una palanca que lo que hacía era dar el primer impulso al motor, moverlo y luego con el acelerador funcionaba perfectamente. Sólo los estados mediante acciones directas pueden arrancar la economía y para eso sí que se necesita «gasolina», algo que el BCE no está muy por la labor. No se pretende descubrir nada novedoso, después de la II guerra ya se experimentó con buenos resultados pero al fiarlo todo a la iniciativa privada se ve con malos ojos la intervención pública. Imaginemos que el Gobierno Obama contrata directamente, sin el mediador clásico de la banca, la realización de grandes obras públicas como por ejemplo soterrar en los medios rurales las conducciones telefónicas, me quedé sorprendido al ver los tornados y los postes tirados. Seguro que sería mucho mas efectivo que soltar dinero a la banca. En España tenemos el tema de rehabilitaciónes de edificios, para seguir con el ladrillo en lo que tenemos experiencia, de los que hay mas de 25 millones, la construcción de depuradoras, saneamientos de las ciudades y en el litoral marino, travases,..
    Sin embargo hemos decidido comer menos para tener comida para mas tiempo…

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