15-07-19
Los efectos negativos del cambio climático obligan a reorientar la política energética para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El Plan Nacional Integrado de Energía Clima PNIEC del Ministerio para la Transición Ecológica MITECO prevé en la próxima década reducir las emisiones de Gases Efecto Invernadero GEI en un 21% sobre las emisiones de 1990; alcanzar una cobertura del 42% con fuentes renovables sobre el consumo de energía final; mejorar la eficiencia energética en un 39,6% y cubrir la demanda de electricidad en un 74% con generación renovable-. Se trata del diseño de un escenario horizonte 2030 deseable desde la perspectiva medioambiental en el camino consensuado en la COP 21 de Paris.
Pero estos objetivos medioambientales no deben nublar, sino subrayar, su contribución a la economía y, más allá, al cambio del actual modelo productivo en el que se asienta la economía española. La traducción macroeconómica del esfuerzo medioambiental (realizada por el PNIEC) pone de manifiesto que será necesario desplegar inversiones por un valor de 236.000 M€ que aportarían al PIB un crecimiento adicional cercano al 2% en 2030 con un impacto sobre el empleo superior a los 300.000 empleos adicionales. Todo esto sin cuantificar la influencia positiva sobre la salud y calidad de vida de las personas que quedaría expresada en una disminución de las muertes prematuras debidas a la contaminación que el PNIEC cifra en 2.220 muertes menos en la década.
Y dentro de este cambio transformador, el Sector Eléctrico se revela como una de las llaves esenciales para abrir la puerta de una decidida Transición Energética: el consumo de electricidad crecería un 7% en la década, y pasaría a representar en 2030 el 27% del mix de energía final. De aquí la importancia de descarbonizar la generación de energía eléctrica: el objetivo, reducir las emisiones del Sector Eléctrico en un 70% lo cual requerirá inversiones de 125.000M€ en centrales renovables y redes eléctricas.
Sin embargo, sólo una profunda reforma del marco regulatorio vigente hará posible transitar un camino reconocible que tenga por objetivo la sostenibilidad en su doble vertiente económica y medioambiental. La contribución al cambio del modelo productivo vendrá de la mano de la independencia energética; de un tejido industrial y empresarial más complejo y con un mayor número de actores que creará empleo de calidad; y de la innovación tecnológica necesaria para aumentar la eficacia en la contención del cambio climático de origen antropogénico, hoy convertido ya en una auténtica Emergencia Climática.
Es necesario, no obstante, insistir en que cualquier escenario/objetivo, para cualquier horizonte temporal, debe contar con los instrumentos regulatorios precisos que permitan la consecución de los objetivos que definen el escenario. En este sentido resulta imprescindible:
Movilizar, desde las más altas responsabilidades del Estado, los recursos institucionales y económicos necesarios para promover el cambio del actual modelo energético hacia un nuevo modelo basado en energías renovables. Si no fuera así quedaríamos muy lejos de alcanzar en 2030 el objetivo inversor de 236.000 M€ con la creación de 300.000 nuevos empleos, que incluiría un amplio despliegue de esfuerzos sobre el ahorro y la eficiencia energética de los edificios viejos y nuevos, sobre la movilidad y las infraestructuras que exige y el despliegue de una intensa actividad diplomática y económica para la integración de las redes europeas. Se trata de compartir reservas de seguridad a través de las interconexiones eléctricas y de poner al servicio de cualquier rincón del sistema eléctrico de la Unión la generación renovable allá donde en cada instante pueda sustituir electricidad de origen fósil.
Acometer una reforma del sector eléctrico que tenga, entre sus objetivos centrales, su propia descarbonización, la competitividad de la economía y la aportación de certidumbre a los sujetos que lo integran: empresas y consumidores. Para ello será necesario implantar con urgencia los siguientes instrumentos regulatorios –no excluyentes- que definirían una reforma autoconsistente:
- La recuperación del marco regulatorio retributivo bajo el cual los inversores -en no importa qué tipo de tecnología y periodo- decidieron y ejecutaron las inversiones en generación. Se restauraría la certidumbre perdida por los inversores en la primera generación de centrales renovables, permitiría alcanzar acuerdos con esos primeros inversores que limitarían los costes de los arbitrajes internacionales para España, contribuiría a restablecer parte de la confianza perdida en la seguridad jurídica de las normas emitidas por las administraciones del Estado Español, contendría las primas de riesgo de los inversores… y las centrales históricas –típicamente nucleares e hidroeléctricas- pasarían a ser retribuidas bajo las formulas regulatorias que apararon sus inversiones. Sus inversores no podría alegar lesión retroactiva alguna… y los consumidores dejarían de pagar por esa energía precios superiores sobrevenidos por cambios regulatorios posteriores a los de esas inversiones. Simplemente esta sola medida permitiría rescatar para las empresas y las familias 2.000 M€ de costes netos anuales que ahora gravitan sobre su consumo – con el fundamento jurídico de una ley cuyo origen tiene 22 años… hoy ya carente de todo fundamento económico -.
- La planificación energética del parque de generación de electricidad, que es imprescindible para alcanzar la composición tecnológica de generación anunciada por PNIEC: 50.258MW eólicos; 36.882MW solar fotovoltaica; 27.146 MW centrales de ciclo combinado de gas, 24.133MW hidráulica y bombeo y 7.303MW solar termoeléctrica. Las “fuerzas del mercado” difícilmente coincidirían con los objetivos del regulador que integra en las normas, procedimientos y decisiones, consideraciones de naturaleza social, completamente externas al comportamiento de los mercados.
- El establecimiento de un mercado de subastas por tecnología para las nuevas inversiones en generación renovable y en activos que aporten potencia firme al Sistema Eléctrico. Se trata de implantar -para las nuevas inversiones en generación– un mercado capaz de revelar los costes medios de los kWh’s producidos por cada tecnología… y todo ello con total independencia de que sean los costes variables los que determinen el orden de acoplamiento de las centrales a la red, no su retribución. Esta reforma introduciría certidumbre a los inversores y desplegaría nuevos activos de generación capaces de producir energía eléctrica un 40% por debajo de los precios actuales del mercado.
- La previsión regulatoria de que las nuevas inversiones permitan la presencia de medianas y pequeñas empresas en la generación de energía eléctrica que garantice la creación de un tejido empresarial complejo alejado del tradicional esquema oligopolístico que caracteriza al Sector Eléctrico. Para tal cosa será imprescindible establecer procedimientos transparentes y neutrales de acceso a la red, combatiendo con sistemas de incentivos la acaparación especulativa de los puntos de conexión.
- La creación de espacios para que los ciudadanos y las pequeñas empresas participen en la generación de su propia energía según sus necesidades y según sus capacidades, con un despliegue decidido del autoconsumo.
- La extensión de las funciones del Operador del Sistema, propietario de la red básica de muy Alta Tensión y del Centro de Control Eléctrico, a la operación de todos los mercados de electricidad, a la gestión óptima del almacenamiento de electricidad, de las reservas hidroeléctricas y de los intercambios de electricidad internacionales entre Sistemas para cubrir los huecos de producción renovable y minimizar sus vertidos.
Sin estas reformas, que definirían el cuerpo central de un nuevo marco regulatorio, los objetivos económicos y medioambientales que se establezcan para España, en el marco de los objetivos de la Unión Europea en esta materia, quedarán lejos de ser alcanzados en perjuicio de las empresas, de los consumidores, de la modernización de nuestro tejido productivo y en perjuicio de la calidad que España podría aportar al medioambiente. Y aún más, este conjunto de instrumentos regulatorios tendría potencia suficiente, incluso, para superar el escenario del PNIEC.
La introducción de certidumbre sería el elemento más eficaz para movilizar las inversiones en el sector eléctrico por encima de los 125.000 M€ previstos… y la depresión de los precios de la electricidad sobre los precios estimados por el PNIEC que –implícitamente- no parece contemplar una reforma del mercado como la que aquí se ha esbozado, estimularía la penetración de la electricidad en actividades no descarbonizadas superando la previsión del 27% del PNIEC con un efecto beneficioso de arrastre, aún mayor, sobre las magnitudes macroeconómicas confirmando, así, la potencialidad de la Transición Energética para contribuir a impulsar el cambio de nuestro modelo productivo.
De siempre, la transición energetica no ha sido barata, pero si se acomete institucionalmente, seria posible y mas en España que disfruta de una posición admirable en energia para ello, ahora falta que los intereses empresariales ciegos no primen sobre la razón de el interes general
No estaría mal que se dejase de prevaricar política o funcionarialmente y se recuperasen las hidroléctricas cuyas concesiones vayan venciendo en vez de hacer la vista gorda para regalar lo ya amortizado y que casi todo lo que producen es beneficio neto de las eléctricas.
La situación es alarmante. El PSOE debe primero restablecer la seguridad jurídica negociando y encontrando una salida justa a las 63 mil familias que invirtieron en renovables, y fueron machacadas por el PP de Soria y Nadal; y que aún están pendientes de un nuevo hachazo.
Después podremos ser solidarios con el planeta y luchar de paso por la independencia energética de España, la importación de hidrocarburos se lleva todas las divisas por turismo.
Éste país no es para decentes.
La crisis climatica tiene varias vertientes :
energia y soluciones
sequia y soluciones
contaminacion y soluciones
enfermedades
politicos y empresas son la pega
El artículo está muy bien. Desgraciadamente soy muy pesimista y creo que al necesario y radical cambio del sistema socioeconómico capitalista neoliberal llegamos tarde: nos vamos a cargar el planeta.
Sin control de la natalidad, cualquier medida de contención de emisiones está condenada al fracaso.
Todo muy técnico, pero y lo político, falta la nacionalización de REE, la promoción de empresas municipales y regionales de generación y distribución eléctrica y mejora de la eficiencia energética, la estatalizacion de todas las concesiones hidroeléctricas, la capitalización en forma de acciones públicas en las empresas eléctricas de todas las ayudas percibidas ilegalmente vía CTC, marco regulatorio, desgravaciones fiscales, etc., la creación de una empresa pública de generación eléctrica para abordar los grandes proyectos, integrar la generación hidroeléctrica y los activos que resulten de remunerar las nuevas acciones públicas. Sin el músculo operativo, no habrá músculo tecnológico y dentro de 20 años seguirán mandando los mismos y los empleos creados serán de montadores y mantenedores low cost.
[…] https://economistasfrentealacrisis.com/%EF%BB%BFemergencia-climatica-transicion-energetica-cambio-de… […]
Buenas tardes, sigo atentamente los posts en varios sitios especializados y aún no he encontrado alguna entrada en la que se responda a la siguiente pregunta con algún argumento técnico: si queremos una economía descarbonizada, ¿por qué se deja fuera del mix energético a la energía nuclear? Entiendo que las centrales nucleares puedan haber estado sobrerretribuidas, pero también lo ha estado Enagás (con unos ROE absolutamente indignantes), y no hablemos de Red Eléctrica (por cierto, por si nadie ha hecho los números, el diferencial con el que se retribuirá a REE sobre el Tesoro tras la nueva Circular de la CNMC será de… 400 puntos básicos!!! Y encima REE todo el día en prensa diciendo que se la somete a un recorte inaceptable).
Perdón por desviarme de mi pregunta inicial. Agradecería mucho algún enlace donde se explique técnicamente la ausencia de la energía nuclear en un mix que pretendidamente debe conducir a la descarbonización de nuestra economía. Muchas gracias.