Miguel Puente Ajovín (@CaoticaEconomia) es miembro de Economistas Frente a la Crisis
Hoy hemos conocido los datos de las Cuentas Trimestrales no Financieras de los Sectores Institucionales. Como cada trimestre, Miguel Puente realiza para EFC el análisis gráfico de esta interesante estadística que nos da una visión global de la situación de la economía. (NdE)
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Las balanzas sectoriales (como se suele conocer popularmente a las cuentas no financieras de los sectores institucionales) nos permiten analizar el balance de los diferentes sectores (familias, empresas, instituciones financieras, administraciones públicas y sector exterior), para estudiar tanto su evolución en el tiempo como la interrelación entre ellas. En este artículo realizamos un análisis gráfico de las principales variables que determinan la capacidad de financiación (o necesidad de endeudamiento) de estos sectores durante el tercer trimestre de 2013.
Debido a la estacionalidad de las variables, todas las comparaciones serán interanuales, comparando el trimestre con el mismo trimestre del año anterior.
Hogares
Empezamos por el sector formado por las familias, los hogares.
Como podemos ver en el gráfico, la renta que las familias reciben del mercado ha seguido cayendo durante el tercer trimestre y es 2.532 millones de euros inferior a la del tercer trimestre del año pasado, lo que representa una caída del 1,6%, hasta un total de 158.350 M€. A la vez, las transferencias netas de impuestos que las familias reciben del sector público han ido en aumento (al seguir cayendo, los estabilizadores automáticos siguen en marcha, y en el tercer trimestre las familias pagaron menos impuestos de lo que recibieron en forma de transferencias, por lo que pudo aumentar su renta en 21.690 M€), de forma que la renta disponible de las familias cae menos, en 1.549 millones, hasta los 180.040 M€.
La caída de la renta de las familias sigue haciendo que el consumo se deprima aún más cayendo 803 millones de euros, hasta los 174.922 M€. Hay que resaltar que esta menor caída del consumo se explica por la mayor estabilidad que esta variable suele presentar al ciclo. Y puesto que el consumo cae en menor medida que la renta de las familias, su ahorro se resiente más, cayendo en 746 millones de euros, hasta los 5.118 millones.
La tasa de ahorro mide qué porcentaje de su renta dedican las familias al ahorro:
Así, del tercer trimestre de 2012 al tercer trimestre de 2013, las familias han ahorrado un 8,9% de su renta, similar al mínimo que se había establecido en el cuarto trimestre de 2012 y rompiendo la pequeña recuperación que habíamos visto desde entonces. La tendencia es, por tanto, decreciente, como podríamos esperar. Por mucho que las familias intenten ahorrar (como veíamos al principio de la crisis, y como podemos esperar con el aun enorme endeudamiento que tienen a sus espaldas tras la burbuja), en un entorno de recesión económica, el ahorro e incluso la tasa de ahorro, tiende a bajar si no hay nada que apoye el empleo y la renta agregada.
De nuevo, para poder aumentar su capacidad de financiación (que les permita reducir su deuda), las familias han vuelto a reducir su inversión en 413 millones. Pero como vemos, ya está bajo mínimos (ha caído un 86% desde 2009).
La continua caída de la renta disponible de las familias impide una mayor reducción del endeudamiento de los hogares, incpacidad que se ve acrecentada por el anteriormente referido suelo que parece haber tocado la caída en el consumo y la inversión. En resumen, la deuda en manos de las familias se redujo durante el tercer trimestre en 5.186 millones de euros, siendo la reducción agregada en el conjunto de 2013 de 4.294 M€.
En una “recesión de balances, en la todos los sectores intentan reducir su endeudamiento simultáneamente se crea un cuello de botella que dificulta, cuando no impide, el desapalancamiento de la economía, de manera muy particular el de las familias.
Empresas
Al igual que con las familias, los ingresos que las empresas reciben también siguen cayendo, aunque a menor ritmo. Así el valor añadido neto fue de 97.946 millones de euros en el tercer trimestre, lo que supone 588 millones menos que lo alcanzado en 2012. Sin embargo, puesto que las familias no han reducido tanto su consumo (el gasto familiar son ingresos para las empresas) y el sector exterior ha seguido permitiendo que las empresas salgan más al exterior, los ingresos empresariales han caído a menor ritmo que los familiares.
Las empresas, un trimestre más y en vista de que necesitan seguir ahorrando para reducir su deuda, han tenido que volver a bajar gastos, tanto en reducción de personal (gastan 3.312 millones de euros menos en remuneración a asalariados) como reduciendo el pago por intereses en 4.148 millones de euros.
También se ha reducido el pago de impuestos en 1.079 millones. De esta forma, los gastos de las empresas se han reducido en mucha mayor medida que sus ingresos, lo cual les permite un colchón de 13.095 euros. Y puesto que su inversión también sigue cayendo (¿para qué invertir en un momento en el que las ventas e ingresos siguen cayendo?), su capacidad de financiación (o pago de su deuda) ha crecido de manera importante, hasta los 12.139 millones de euros.
En resumen, las empresas (como hemos podido ver también en los anteriores trimestres) han aumentado significativamente la capacidad de reducir su deuda, pero esto se ha producido a costa de la reducción del empleo (y del gasto en remuneraciones) que han perjudicado gravemente a las familias y a su renta, afectando negativamente a la capacidad de financiación de éstas.
Sector privado
Podemos ver la evolución de la capacidad de financiación de los tres sectores que conforman el sector privado. Como observamos, el protagonista ha sido de nuevo el sector empresarial, con un aumento importante de su capacidad de financiación debido a la caída del pago por salarios y al menor pago de intereses. Este menor pago de intereses por parte de las empresas se podría explicar por la reducción de la deuda, por la caída moderada del coste de financiación y, quizás también motivado por el continuo aumento en la tasa de morosidad bancaria.
Sector exterior
Que las exportaciones sean superiores a nuestras importaciones es un requisito indispensable para que nuestra cuenta financiera indique una entrada de dinero que nos permita reducir el endeudamiento conjunto del país.
Así, las exportaciones en el tercer trimestre de 2013 fueron de 90.835 millones, 2.580 millones más que en el tercer trimestre de 2012, mientras que nuestras importaciones se redujeron en 1.113 millones. Aun así, el ritmo de aumento de las exportaciones es de un 3%, que comparado con el aumento del 11% que vimos en el segundo trimestre queda algo pálido. Vendemos más al exterior, pero el debilitamiento económico de nuestros principales socios comerciales, fundamentalmente Francia, hace que la tasa de crecimiento de las exportaciones sea cada vez menor.
Así, el saldo comercial ha sido de 10.502 millones de euros y restando lo que ha salido fuera de España en forma de transferencias, nos quedamos con que la capacidad de financiación de la economía española fue de 5.758 millones de euros en el tercer trimestre de 2013.
Y si bien es un hecho positivo, hay dos elementos son ciertamente problemáticos: (i) Que el ritmo sea relativamente pequeño, lo cual hace que el sector privado deba “competir” por la reducción de su deuda. Si nuestras exportaciones aumentaran a buen ritmo, esto permitiría a las empresas aumentar ingresos de forma que no deberían tener que despedir gente y, por tanto, las familias podrían también aumentar su capacidad de ahorro. Pero esto todavía no sucede. Y (ii) que parte de la mejora en la balanza se debe a la reducción en las importaciones, debida a la caída en el consumo de las familias y no a un cambio en el patrón de consumo y producción. Habrá que estar atentos al comportamiento de las importaciones cuando se afiance la recuperación en el consumo para comprobar si la mejora del saldo por cuenta corriente, especialmente el de la balanza comercial, tiene un carácter estructural o si, por el contrario, se debe a un efecto del ciclo sobre nuestra Balanza de Pagos.
Administraciones Públicas
A través del balance de las Administraciones Públicas podemos ver de dónde obtiene los ingresos y cómo realiza los gastos.
El «efecto IVA» y no tanto el mayor consumo, explicaría la recaudación por este impuesto, que ha experimentado un aumento de 921 M€ respecto del trimestre anterior)
Por lo que respecta a los impuestos corrientes habría que señalar que, a pesar de que el beneficio empresarial esté aumentando, la renta de las familias continúa cayendo, por lo que la recaudación por impuesto corrientes se ha visto reducida en 548 millones.
Las cotizaciones sociales, que siguen siendo la principal fuente de ingresos de las Administraciones Públicas, se han reducido en 548 millones, debido sobre todo a la caída del empleo.
El conjunto de los recursos públicos ha aumentado levemente en 338 millones de euros. Pero aun así, el déficit ha continuado aumentando, motivado por aumento del gasto público que ahora diseccionaremos.
En el análisis trimestral mostré cómo el aumento del gasto público había sido una de las principales fuentes de crecimiento económico.
En primer lugar, el principal gasto es el de prestaciones sociales (pensiones y subsidio por desempleo fundamentalmente), que aumenta en 1.590 millones de euros hasta un total de 46.088 M€. Este aumento del gasto permite a las familias aumentar su renta disponible y mejorar levemente su posición (muchas veces se olvida que el gasto del sector público puede representar una renta o una transferencia directa a las familias). Este aumento no es una apuesta clara por aumentar el gasto, ya que es un gasto cíclico por naturaleza, al depender del número de parados y la estructura poblacional.
El segundo gasto principal es el de las transferencias sociales en especie (gastos en educación, sanidad, asistencia social…) que ha aumentado en 349 millones hasta los 27.333 millones. La mayor flexibilidad en los objetivos de déficit público ha permitido reducir los ajustes presupuestarios en estos sectores, facilitando una menor caída de los agregados macroeconómicos.. Esperemos que el Gobierno deje de vilipendiar nuestra estructura pública a base de recortes improductivos y podamos continuar una senda necesaria de aumentos por esta vía.
El tercer gasto es el consumo público efectivo (consumo en administraciones públicas, defensa, y otros bienes públicos) que ha aumentado en 221 millones. El cuarto, el pago de rentas de propiedad (intereses) y otras transferencias de capital se han visto reducidas al acabar las conocidas ayudas a la banca (que protagonizaron el final de 2012).
Para mantener el déficit controlado, lo único que le quedaría al Gobierno es reducir la inversión pública, lo cual es casi imposible. Ya entró en terreno negativo, mostrando que no se invertía ni para reponer el capital depreciado, y avisé de que para los siguientes trimestres la inversión dejaría de ser un recurso que permitiría reducir el déficit, y así ha sido.
De esta forma, a pesar de que los ingresos han aumentado marginalmente, los gastos han aumentado en mayor cantidad, y el déficit ha seguido aumentando levemente, hasta los 17.916 millones en el tercer trimestre.
Así, en los tres primeros trimestres de 2013, el déficit público ha sido de 49.824 millones, mientras que en 2012 hasta el tercer trimestre teníamos un total de 53.876 millones. La reducción del déficit público no ha sido de una gran magnitud. Veremos en el cuarto trimestre qué papel juega en la comparación tanto el hecho de que no habrá ayudas a la banca, como el que sí habrá paga extra de navidad a los funcionarios.
Balanzas sectoriales: Conclusiones generales
La relevancia del estudio de las Balanzas Sectoriales reside en que nos permite comprender y cuantificar las interrelaciones de los diferentes sectores de la economía, algo fundamental para ver el impacto agregado de la política en el conjunto de la economía. Es decir, nos permite comprender mejor cómo funciona la economía como sistema integrado.
A nivel macroeconómico, todo estudiante debe aprender la conocida identidad contable: (S – I) = (G – T ) + (X – M)
Esto es, la capacidad de financiación del sector privado (en estos momentos, la capacidad del sector privado de pagar su deuda) es igual al superávit exterior y al déficit público.
Y el sector público vuelve a ayudar al desapalancamiento del sector privado, si bien este todavía depende del sector exterior. Lo importante es ver que este aumento del déficit público no es tan solo un efecto de los estabilizadores automáticos (un reflejo de lo mal que va la economía), sino también un aumento en el gasto de partidas estructurales, lo cual implica un cambio importante en la política económica que no sé hasta que punto es un cambio de tendencia o un mero punto en una tendencia continua de caídas. Si bien lo verdaderamente necesario es impulsar este gasto para ayudar a las familias a pasar una situación difícil que les permita mantener un cierto nivel de renta con el que poder reducir a mayor ritmo una deuda que en algunos casos sigue siendo una losa importante para sus vidas y, por tanto, para afianzar una recuperación sostenida de la economía española.
Una de las principales conclusiones que podemos obtener es que la necesidad de las empresas por reducir su deuda les ha llevado a ajustar vía reducción de empleo, dificultando de esta manera que las familias puedan reducir su deuda, dada la menor renta disponible que obtienen motivado por el mal comportamiento del mercado de trabajo. El mayor margen temporal para reducir el déficit público otorgado por Bruselas, unido a una favorable tendencia observada en el sector exterior, permite que la balanza trimestral de los sectores no financieros muestre una suavización en la tasa de caída de los principales indicadores, si bien persisten riesgos e importantes incertidumbres instucionales y financieras que nos deberían tomar estos datos con cautela.
Muy alarmante! Gracias por el artículo.
Si a todo lo que dices le sumas la deuda hipotecaria de las familias, los requerimientos que implica en términos de intereses y amortizaciones de principal. Nos encontramos con que la falta de renta disponible familiar se convierte en un dato estructural de la demanda de la economía española. Si además sabemos que la mayoría de la población depende del consumo interior de bienes y servicios para encontrar empleo, el esquema que aparece es el de que los españoles nos encontramos encerrados en un bucle de desempleo.
[…] Como siempre, lo tenéis en la web de Economistas Frente a la Crisis. […]
Hacer las cosas bien es posible. Se puede. Nos venden que sólo hay una salida. Y hay muchas.
http://lastermitasdelcielo.wordpress.com/2014/01/08/la-lucha-contra-el-paro-forzoso-ii/
Miguel, este es el twit (o el titular) que resume para mi el balance trimestral que nos presentas: las empresas mejoran a costa de sus trabajadores y el mayor déficit público tira de la economía. Y añado: sólo relajando el ajuste es posible crecer levemente.
Y así lo hemos podido ver. El sector exterior, pese a crecer, lo hace con menor intensidad. Y si observamos la evolución de la demanda pública y privada, solo la pública ha permitido el tímido crecimiento del 3º trimestre.
Es sorprendente que se indica que el gasto público ayuda al desapalancamiento del sector privado, por lo menos de las familias, ya que si bien las transferencias constituyen una partida importante, la mayoría son en pensiones, estando los pensionistas poco endeudados. Por otra partre, las transferencias correspondientes a los estabilizadores automáticos suponen simplemente una ayuda que incrementa la renta disponible pero que después de los pagos corrientes deja poco, si algún margen, para el desapalancamiento. Además habría que añadir las subidas de impuestos (sobre todo IVA) que también reducen la renta disponible y suponen una devolución a las AAPP. Todo ello ha contribuido a una reducción de los ingresos medios por hogar y a un incremento de la tasa de pobreza, no siendo peor los resultados debido al mantenimiento, hasta ahora, del nivel de las pensiones. http://golpedefecto.blogspot.com.es/2013/09/los-presupuestos-de-las.html
Por otra parte, el recorte de gastos, que sería estructural y reduciría el déficit público, es viable y que correspondería a las AAPP, no se ve por ninguna parte. No se reduce el número de empresas públicas ni de organismos públicos que incluso superponen funciones.
Las transferencias y gastos del sector público aumentan la renta de los hogares, y como bien dices una gran parte se dedican a las pensiones. Los impuestos merman a las familias de su renta (obviamente están incluidos en el análisis), al igual que las transferencias corrientes y ayudas de todo tipo permite que aumente, lo cual es un apoyo en un contexto de caída libre de la renta que obtienen del mercado. Un apoyo, desde luego no un factor fundamental para que las familias puedan eliminar toda se deuda privada, por eso incluso yo abogaría por ayudas más consistentes.
El recorte de gastos, de nuevo, reduciría o bien directamente las rentas de los trabajadores (tanto por un recorte del trabajo del sector público, como por un recorte del consumo del S. Público sobre el sector privado), con lo que aun siendo viable para reducir el déficit, no ayudaría a las familias, lo cual, como hemos visto, podría perjudicar tanto al sistema económica que los que conseguiría el Estado a través de impuestos sería menor, reduciendo las perspectivas de atajar el problema del déficit.
Muchas gracias por tu respuesta. Aún estando de acuerdo en lo primero que apuntas, desde mi punto de vista, creo que lo segundo no es correcto. Una reducción del déficit público permitiría reducir impuestos e incrementar la renta disponible de las familias y por tanto su desapalancamiento.
[…] Balanzas sectoriales (III – 2013) (autobombo) […]