Consideraciones sobre el rescate

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José Moisés Martín Carretero es economista y miembro de Economistas Frente a la Crisis

Tras varias semanas de tensiones y desinformación, el Eurogrupo ha acordado, sin condicionalidad macroeconómica adicional, y a través del FROB,  una financiación dirigida al sistema financiero español,  por un montante máximo de cien mil millones de euros . La urgencia de los líderes europeos por solventar la incertidumbre sobre nuestro sistema bancario, a una semana de las elecciones de Grecia, responde más a una dinámica relacionada con las tensiones de toda la eurozona que con las necesidades de España, que debería haber esperado algunas semanas más para tomar una decisión, una vez conocidas las auditorías independientes.

Con la credibilidad muy deteriorada en la gestión de esta crisis, el gobierno se esforzará en circunscribir nuestros problemas al  sector financiero, y, de esta manera, intentar minimizar el impacto de esta decisión tanto en la ciudadanía como en los mercados.  Pero la agudización de la crisis bancaria no es sino un episodio más de una crisis mucho más amplia, cuya salida no se atisba en el horizonte. Aunque la financiación se destine estrictamente a la recapitalización de una parte de nuestro sector bancario, y por una cifra relativamente inferior a los rescates de Grecia y Portugal, el rescate es un síntoma de la falta de confianza de los mercados y de nuestros socios en la capacidad de España para salir por sí misma de nuestra particular gran depresión. Una economía en crecimiento, con confianza en sus finanzas públicas, no habría sido forzada a recurrir a este rescate. La falta de crecimiento compromete nuestras posibilidades de repago de la deuda pública y, por lo tanto, su sostenibilidad a largo plazo. Desde esta realidad, pocos apostaban por que España pudiera sanear sus bancos sin ayuda.

El rescate no es ningún regalo. El crédito no genera déficit pero sí deuda pública, y afectará a la senda de consolidación fiscal por el pago de los intereses. Se ha anunciado que no habrá condicionalidad macroeconómica pero España tendrá que reforzar el ajuste en el gasto público, en una condicionalidad implícita que aparece claramente reflejada en el comunicado del Eurogrupo. A falta de conocer los detalles de la línea de crédito, si se confirma su carácter de deuda senior, afectará negativamente al precio de los bonos y a la prima de riesgo.

El rescate no soluciona los problemas de nuestra economía. La creación de empleo en un entorno global cada vez más competitivo, y con nuestra economía deprimida, seguirá siendo nuestro gran desafío. Fijarnos exclusivamente en los síntomas de nuestra situación no nos ayudará a superarla. Tras el paso dado al aceptar este rescate, España debe buscar aliados y comprometerse firmemente con una estrategia europea de crecimiento, que nos permita fortalecer nuestra capacidad productiva y volver a crecer en el medio plazo, porque tarde o temprano tendremos que devolver el dinero que hoy nos prestan. Si esta estrategia se pone en marcha con éxito, este rescate quizá sea superfluo. Si se profundiza en las políticas recesivas, no será suficiente.

José Moisés Martín Carretero es economista y miembro de Economistas Frente a la Crisis

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