Deambulando por el quinto año de la crisis

Share

[twitter-follow screen_name=’MadridEco’]

Julio Rodriguez López es miembro de Economistas Frente a la Crisis

Entre 1990 y 2007 el PIB  real de España creció a un ritmo medio anual del 3%. Despues de 2007, con la crisis,  la actividad productiva ha ido cayendo por un  profundo barranco.  El PIB comenzó a retroceder tras  el primer trimestre de 2008.  Algo más de cuatro años después, en el  segundo  trimestre de 2012,  dicha magnitud ha descendido en  un 5,4% por debajo del nivel del citado trimestre de 2008. Además, el nivel del PIB real de España en dicho trimestre de 2012  está  un 16,5% por debajo del que se  hubiese alcanzado de haber seguido la economía española  la citada tendencia histórica de la etapa 1990-2007.

La politica económica del ejecutivo español en 2012  está en línea con la estrategia europea de reducción rápida de los déficits públicos.  Los intereses de la deuda pública española equivalen en 2012 al 3% del PIB. Junto a la reforma y saneamiento del sistema crediticio, dicha politica económica se apoya en las reformas denominadas “estructurales”, la más trascendente de las cuales es la del mercado de trabajo. El gobierno confía  que con tales reformas se reactivará la economía, apoyándose así en una especie de “austeridad expansiva”, lo que no deja de ser una contradicción.  La austeridad a secas es un veneno para la recuperación.

Entre 2008  y 2012, junto al descenso citado del PIB de España,  han destacado los abruptos retrocesos de la formación de capital (-35,6%), de  las importaciones (-19,2%) y del consumo de los hogares (-7,1%). Dentro de la inversión ha sido espectacular el descenso del gasto correspondiente a la construcción (-41,4%). El empleo ha disminuido en un 15% en el mismo periodo de tiempo, lo que corresponde a  una destrucción de  2,9 millones de  puestos de trabajo. El PIB por habitante de España, que en 2007 suponía el 85,1% del PIB de la Unión Europea, ha descendido  hasta el 82,2% en 2011, 23.270 euros anuales  por habitante.

El fuerte descenso de las importaciones  y el moderado aumento de las exportaciones (7,4%) han contribuido a que desciendan con fuerza el déficit comercial y el déficit  corriente de la economía española. Las exportaciones de bienes y servicios han  llegado a alcanzar el 30,1% del PIB de la economía española (26,9% en 2007). 

Este último es el aspecto mas positivo de la evolución reciente de la economía española, puesto que el aumento de las ventas al resto del mundo ha tenido lugar con una moneda fuerte, el euro, y sin la ayuda que en el pasado supusieron las devaluaciones de la moneda nacional. Por otra parte, la moderada caída del PIB y el intenso retroceso del empleo ha dado lugar a que la productividad del trabajo haya crecido en un 11, 3%  en España entre 2008 y 2012. Esta circunstancia favorecerá el descenso de  los costes salariales unitarios y puede contribuir a mejorar la competitividad general de la economía.

Resulta desolador comprobar la distancia creciente  entre la tendencia histórica y los niveles actuales del PIB de España. “Todo esto sugiere la realidad de una prolongada y perturbadora debilidad de la demanda agregada de la economía”, (M. Wolf, “Bernanke makes an historic choice”, FT, 19.9.2012). De prolongarse la tendencia actual, el impacto sobre la actividad productiva y sobre el empleo, puede ser desastroso.

La crisis de la Eurozona la agudiza   la política de ajuste de los gobiernos de dicha area económica, que frena la demanda.   Las previsiones del último escenario presupuestario remitido por el gobierno español a la Comisión Europea implican que España seguirá registrando hasta 2013 un déficit primario, esto  es, excluidos los intereses de la deuda pública.  Esta situación contrasta con el caso de Italia, donde, a pesar de tener una deuda pública mas elevada que España, dicha magnitud presenta un valor positivo.

Del contenido de los Presupuestos Generales del Estado para 2013 se deriva una intensificación de la política de ajuste citada, como lo indica el intento de reducir el déficit al 4,5% del PIB.  Dicha política puede endurecerse  si se confirma, como parece probable,   que el déficit publico de España en 2012 supera el 6,3% del PIB. “Un país que destruye el consumo y la demanda interna no puede resolver una crisis. Y esto es lo que el FMI nos recomendaba a Argentina, y lo que la UE, el BCE y el FMI le han aconsejado a Grecia, a Portugal,  a  España…Un país que no crece no puede resolver los problemas” (Roberto Lavagna, Entrevista, La Vanguardia, 23.9.2012).

De las reformas previstas no se deriva, pues,  la recuperación de la demanda y del empleo. La politica económica tiene que adoptar una orientación más favorable al crecimiento de la economía, orientación que no se advierte por el momento. La recuperación del crédito bancario aparece todavia como algo lejano.  Los nuevos ajustes  correctores  a que puede dar lugar el mayor  déficit publico de 2012  pueden abocar a una situación  “a la griega”, socialmente explosiva.

Este artículo se publicó por primera vez en El Siglo de Europa.

Deja un comentario





Share
Scroll To Top