El contexto económico y político se endurece para la economía española

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Julio Rodríguez López es miembro de Economistas Frente a la Crisis

La desaceleración de la economía mundial ha afectado de forma negativa en 2014 a las exportaciones de la eurozona. Dicha área económica registró un crecimiento cero en el segundo trimestre de 2014. Tales circunstancias impedirán que la economía española acelere el ritmo actual de crecimiento para lograr reducciones trascendentes del elevado desempleo todavía dominante.

El Fondo Monetario Internacional (FMI, 2014) acaba de revisar a la baja revisó a la baja las previsiones sobre el crecimiento de la economía mundial en este ejercicio hasta el 3,3% y del comercio mundial hasta el 3,6%. Para la Zona Euro el ajuste es aún mayor. Según el World Economic Outlook el PIB de la Zona Euro tan solo crecerá el 0,8% en 2014 y el 1,3% en 2015, manteniéndose la inflación por debajo del 1%.

tabla previsiones

La economía mundial presenta en 2014 abundantes riesgos de reducción de la tasa de crecimiento, entre los que destacan los de carácter geopolítico (Ucrania, las sanciones a Rusia y Oriente Medio) y la posible elevación de los tipos de interés a largo en Estados Unidos, donde se va revisar el carácter hasta ahora expansivo de la política monetaria. El FMI considera asimismo que ha descendido a nivel mundial la predisposición a asumir riesgos, lo que supone una revisión al alza de las rentabilidades exigidas ante cualquier tipo de inversión.

El menor crecimiento de las economías citadas ha frenado las exportaciones del resto del mundo y ha reducido el crecimiento mundial. En la Eurozona, tras cuatro trimestres de crecimiento positivo del PIB, en el segundo trimestre de 2014 el PIB permaneció estabilizado, lo que modifica las previsiones iniciales. En esta evolución de la Eurozona también influyó el comportamiento menos dinámico de la demanda interna de la economía. Dicha área económica viene manteniendo desde el inicio de la crisis un ritmo medio de crecimiento inferior al de Estados Unidos, lo que continuará en 2014 -2015. Los indicadores del tercer trimestre de 2014 señalan que la situación de estancamiento se ha mantenido en dicho periodo.

El presidente del BCE (“Draghi dice que la Eurozona está en punto muerto y prepara más medidas”, El País Digital, 22.9.2014) ha indicado que las exigencias para salir de la crisis descasan en el desarrollo de estímulos monetarios y fiscales, en el fortalecimiento de la más que decaída inversión pública y, como no podía dejar de decirse, en la realización de las reformas pendientes en numerosos países de la Eurozona.

Se hace cada vez más necesario el refuerzo de la demanda en la eurozona a corto plazo. No ayuda a superar dicha situación el que la política económica priorice la reducción de los déficits al propio crecimiento. Ello impone un perfil deflacionista a dicha política y hace imposible lograr reducciones significativas de los déficits públicos y del aumento de la deuda soberana. El programa previsto de compra de activos por parte del BCE debe de permitir ganar tiempo para que las tasas de inflación vuelvan a la normalidad, ahuyentando así el riesgo de deflación y para lograr que se recupere la economía de la Eurozona, a la vez que pueden implantarse algunas de las reformas previstas. El aumento del endeudamiento hace necesario lograr aumentos del PIB nominal superiores a los de la deuda a fin de reducir el peso de esta última.

Las últimas previsiones apuntan hacia un crecimiento del PIB de la economía española del 1,3% en 2014, el mayor registrado   en los siete años transcurridos desde el inicio de la crisis. El aumento citado del PIB va a estar acompañado de una variación positiva del empleo, que se incrementará en este ejercicio en torno al 0,7%, lo que supone un crecimiento medio de unos 119.000 empleos adicionales.

En la evolución de la economía española en 2014 ha cambiado el comportamiento de los componentes de la demanda. Entre 2008 y 2013 fue continuo el descenso de la demanda interna, mientras que el resto del mundo contribuyó a que fuese inferior la caída del PIB, gracias al buen comportamiento de las exportaciones .En 2014 ha destacado la expansión de la demanda interna, apoyada en el consumo y en la inversión en bienes de equipo, pero el resto del mundo no va a contribuir al crecimiento, ante la fuerte recuperación de las importaciones.

La desaceleración de las exportaciones de la economía española en 2014 se deriva del menor aumento del comercio exterior y del estancamiento de la Eurozona. La evolución del comercio exterior de España revela que la recuperación de la demanda interna provoca aumentos equivalentes o mayores de las importaciones. Sería deseable que una mayor proporción de la demanda agregada de la economía española (demanda interior y exportaciones) se cubriese con producción interior, todo ello en un contexto general de creciente globalización. Mientras tanto, turismo y mercado de vivienda aparecen ahora como los elementos más dinámicos, lo que supone repetir el modelo de crecimiento.

No ayudará nada a la recuperación de la economía española el acentuamiento de la crisis de Cataluña, sobre todo cuando dicha economía necesita tanto de la inversión exterior. “La economía de los conflictos sugiere precisamente que estos generan de todo menos crecimiento” (Santiago Carbó, El País, 30.9.2014).

Una versión de este artículo se publicó en la revista “El Siglo” de 29.9.2014

 

3 Comments

  1. nbeltranaraguas el octubre 7, 2014 a las 8:57 pm

    Reblogueó esto en Aún se puede decir algo másy comentado:
    «En 2014 ha destacado la expansión de la demanda interna, apoyada en el consumo y en la inversión en bienes de equipo, pero el resto del mundo no va a contribuir al crecimiento, ante la fuerte recuperación de las importaciones»

  2. […] El contexto económico y político se endurece para la economía española […]

  3. pau el octubre 12, 2014 a las 7:14 pm

    A veces lo que parece malo no lo es tanto. La recesión del comercio puede significar que se genere una nueva industria regional, alentada por una nueva manera de gobernar. Se trata de crear riqueza a espaldas de la deuda; es decir, hay que trabajar como si no existiera, sin necesidad de menospreciarla.
    Lo peor, por tanto, no es lo que dicen que puede pasar, que eso es hipotético y depende de la gobernanza, sino lo que puede llegar a significar para el equilibrio mundial.
    No nos engañemos, hablar de una caída del comercio mundial no es suficiente. Para entender el problema hay que saber qué tipo de comercio y dónde, y todo parece indicar que será el occidental. Eso significa que el comercio se trasladará hacia el Este, entre las repúblicas ex soviéticas y de Irán hasta Japón. Es decir, toda Asia a la que deberemos sumar Rusia, quizá Turquía e Indonesia.
    No olvidemos que la economía de los EEUU descansa en el comercio mundial, pero no en el suyo sino en la circulación del dólar. Con el traslado del eje geoestratégico de dicho comercio, es inevitable que el dólar pierda su peso y, con él, la economía del país.
    También hemos de tener muy presente que una caída del comercio mundial podría provocar tensiones y enfrentamientos militares, entre potencias que por sí solas pueden destruir la vida en el planeta.
    (Ya sé que esta vez mi teoría parece una locura, pero es lo que hay)

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