El crecimiento de la economía española en el tercer trimestre

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Miguel Puente (@CaoticaEconomia) es miembro de Economistas Frente a la Crisis

Tras la publicación por parte del Instituto Nacional de Estadística de los datos que explican el crecimiento económico del tercer trimestre de 2014, realizamos en este artículo un repaso gráfico y analítico de la Contabilidad Nacional Trimestral.

 Contexto Internacional

Analizar la evolución de los países de nuestro entorno nos ayuda en dos frentes, uno, al poder comparar directamente nuestro crecimiento y dos, al poder evaluar los posibles efectos que el panorama internacional puede causar en el corto plazo en nuestro país.

Grafico 1

Analizando los datos de crecimiento interanual del PIB observamos un cambio de tendencia en Europa. España y Grecia registran un aumento del 1,6% interanual en el tercer trimestre, ambas cifras crecen sobre el dato del segundo trimestre, por lo que ambos países presentan signos de estar en fase de expansión económica. Portugal también registra un aumento, hasta el 1,1%, e incluso Francia parece que vuelve a una senda de crecimiento, si bien sigue siendo relativamente pequeño. Pero Alemania reduce su crecimiento, entrando en fase de desaceleración y lo que antes se conocía como el motor de las dos Europas que avanzaba alejándose de un aletargado sur, presenta ahora un crecimiento por debajo de la media europea.

La debilidad en la recuperación europea sigue haciéndose presente, y ya a nadie le sorprendería que el crecimiento del conjunto volviera a reducirse, y es que si bien la producción parece no caer a los abultados ritmos a los que se vio sumida durante el estallido de la crisis, seguimos en una lenta recuperación que no mejora marcadamente nuestro estado económico en comparación con nuestro potencial.

Evolución del PIB

Grafico 2

En el gráfico se observa la senda de crecimiento macroeconómico de la economía española. El nivel del PIB en términos reales alcanza ya el valor de principios de 2012, cuándo comenzó la segunda minirecesión, si bien todavía nos situamos 6 puntos porcentuales por debajo del pico de 2008. La tasa de crecimiento interanual alcanza ya el 1,6%, un nivel que está siendo compatible con la incipiente creación de empleo, al aumentar un 1,4% los ocupados y un 1,8% los asalariados (empleos equivalentes a tiempo completo).

En su tasa intertrimestral, después de la revisión del INE, crecemos un 0,5%. Todo parece indicar que los siguientes trimestres este crecimiento se verá aminorado, bajando levemente hasta el 0,3% entrado ya 2015, motivado sobre todo por la debilidad en los países de nuestro entorno.

No podemos tampoco olvidarnos de la evolución de la inflación. El pequeño juego del ratón y el gato con la temida deflación hace que estemos en tasas ligeramente negativas, con un deflactor del -0,4%. Hasta ahora todo parece indicar que no deberíamos preocuparnos excesivamente, sobre todo si la energía es la principal protagonista, si bien la inflación subyacente sí que ha entrado también en tasas negativas, mostrando al menos que hay margen para políticas que impulsen la actividad económica y puedan, al mismo tiempo, ser compatibles con la estabilidad de precios.

Sector exterior

Grafico 3

Observamos con optimismo que la demanda nacional aumenta con fuerza, impulsando así el crecimiento de la economía española. Esto hace que nuestras importaciones aumenten más que proporcionalmente y reduzcan la contribución del sector exterior en su versión neta.

Sin embargo, las exportaciones muestran una mejoría bastante notable, aumentando un 4,6% interanual en el tercer trimestre, que se ven lastradas por unas importaciones que aumentan un 8,2% y que poco a poco van reduciendo la mejora en la balanza comercial que habíamos visto durante la recesión económica, algo totalmente esperado.

Consumo

Grafico 4

Más allá de las exportaciones, la segunda variable que muestra un relativo impulso y un aporte positivo al crecimiento económico es el consumo. El gasto aumenta un 2,2%, tanto por el aumento de las familias (2,7%) como por el aumento de las administraciones publicas (0,9%).

Esta evolución conjunta del gasto público y privado ha permitido retroalimentar la recuperación económica y empezar a mejorar las perspectivas de crecimiento económico que permiten iniciar un proceso de inversión que contribuya a reducir los desequilibrios del mercado de trabajo.

Este aumento del gasto se debe, por el aumento del gasto público, derivado de una tímida relajación de la políticas de austeridad y por el aumento del consumo privado, derivado del aumento del empleo y la renta de los asalariados, que aumenta en un 1,2%. Sin embargo, este hecho (un aumento del consumo por encima de la renta), parece indicar un deterioro aun mayor para la tasa y la capacidad de ahorro de las familias.

Probablemente las familias (de forma agregada, nunca hay que olvidar este detalle) sientan una mayor seguridad y una mayor confianza en la economía española y junto al aumento de las perspectivas de crecimiento y empleo aumenten el consumo a expensas del ahorro. Esto tiene dos implicaciones. Primero, que los efectos recesivos de la temida deflación todavía no parecen muy presentes.

Segundo, que debemos empezar a poner el enfoque en la deuda privada. Si algo ha demostrado la crisis de 2008 es que este tipo de desequilibrios están muy desatendidos y pueden explicar gran parte de las dinámicas del ciclo económico, si bien esto será atendido mejor con los datos de las balanzas sectoriales.

Inversión

Grafico 5

La inversión sigue creciendo, si bien la tasa interanual registra una pequeña desaceleración, al reducirse en una décima la tasa interanual.

A pesar de que la inversión en construcción parece empezar a mejorar a buen ritmo (pasando de las continuas tasas del entorno del -10% a un -1,2% que parece vislumbrar el fin recesivo del sector), la inversión en bienes de equipo (maquinaría y bienes para la producción futura) muestra un crecimiento menos potente que en trimestres anteriores.

Esto podría deberse, como así apunta el Banco de España, a la debilidad internacional y la incertidumbre en la evolución de las exportaciones. Las empresas ven aumentar el consumo interno, pero el externo que ha sido el motor hasta ahora, parece dar signos problemáticos en el corto plazo, por lo que invierten con menos fuerza.

Sectores productivos

Grafico 6

Como veíamos en el gráfico de la inversión, el sector de la construcción parece reflejar una notable mejoría. Siguiendo un tasas negativas (-0,4%), pero con una tendencia claramente positiva que podría dejar el primer avance interanual positivo en el próximo trimestre, a pesar de que se observa una ralentización intertrimestral.

A su vez, la industria, que sigue en tasas positivas (0,9%), muestra una ligera desaceleración (cae desde el 1,4%) y el sector servicios sigue en su tendencia ascendente, llegando a un crecimiento del 1,6%, impulsado sobre todo por el aumento de los servicios públicos (es la mayor contribución, aunque su crecimiento sigue siendo relativamente pequeño) y el comercio, transporte y hostelería, que crece un 3,3%.

Conclusiones

Los datos provistos por el Instituto Nacional de Estadística muestran que la economía española está en fase de expansión económica, con aumentos tanto por la vía del consumo, la inversión y nuestras exportaciones. El crecimiento, si bien todavía no es la velocidad de crucero que algunos pronostican, está empezando a fomentar la creación neta de empleo (algo que podemos ver mes a mes en los datos desestacionalizados de las afiliaciones, si bien preferimos esperar a los datos de la EPA para ofrecer un análisis del mercado de trabajo, pues la variable agregada de trabajadores no es el único dato relevante a la hora de estudiar tan complejo mercado).

El consumo privado, que parece aumentar la deuda de los hogares (al aumentar en mayor proporción que la renta) y que impulsa las importaciones, reduciendo nuestra capacidad de financiación al exterior, nos obliga a poner la lupa de nuevo a los desequilibrios derivados de la deuda privada.

La inversión, si bien sigue creciendo, parece haberse desacelerado ligeramente debido a que las perspectivas del futuro más inmediato de nuestros principales socios comerciales es bastante incierto, con una Europa que sigue encerrada en un crecimiento-estancamiento que no da pie a dejar atrás los miedos de una recesión que va a dejar su huella durante bastante tiempo.

Es positivo que en este panorama de incertidumbre el sector público haya dejado atrás políticas de clara apuesta recesiva, si bien se echa en falta un proyecto europeo en conjunto que incidiera positivamente por la vía de la demanda en la economía de una manera más clara, concisa y fuerte.

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