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El empleo, por favor, ¡el empleo!

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La Estrategia Española de Activación para el Empleo (EEAE) 2017-2020, aprobada por el Gobierno del PP el 15 de diciembre de 2017, sigue vigente y continuará señalando la orientación de las Políticas de Empleo mientras no se sustituya o se modifique.

Este de las Políticas de Empleo (junto al asunto de la calidad del empleo que se crea y a las reglas legales que gobiernan las relaciones de trabajo) es uno de los ámbitos en los que el nuevo Gobierno debería producir más rápidamente y de forma más contundente grandes cambios.

Sin ánimo de parecer condescendiente, nada más lejos, sino con la idea de que se comprenda suficientemente la importancia y las razones por las que son necesarios tales cambios, y dónde y en qué sentido deberían producirse, merece la pena recordar brevemente por qué es rechazable la Estrategia que hizo el PP y dónde se encuentran los males principales de las Políticas de Empleo.

La Estrategia Española de Activación para el Empleo (EEAE) 2017-2020 nace bajo el signo de la ineficacia porque no da respuestas a los problemas del desempleo estructural y porque consolida para cuatro años más las tradicionalmente ineficaces políticas activas de empleo (PAE) españolas.

Uno de cada cuatro desempleados lleva en el paro más de cuatro años, sin oportunidades de acceder al empleo y hace tiempo que se quedó sin protección por desempleo. Este es uno de los datos más claros que muestran la ineficacia de las Políticas de Activación del Empleo (PAE) en España.

Entre 2013 y 2016, a pesar del crecimiento del empleo, la proporción de parados con más de cuatro años en el desempleo ha crecido continuamente, pasando de un 13,3% a un 24,1% (según datos extraídos de la EPA por la Fundación BBVA y el IVIE, Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, ya que el INE solo facilita directamente los parados con más de dos años en desempleo). Y el dato se completa con otro aún peor: cuatro de cada diez desempleados mayores de 50 años llevan más de cuatro años en el desempleo.

En estos datos no se contemplan los desanimados e inactivos que quieren trabajar, sino solamente aquellos que, pese a la obvia imposibilidad de encontrar empleo en sus circunstancias y del tiempo transcurrido, continúan buscando activamente empleo y están disponibles para ocupar uno.

Las PAE españolas no dan respuesta, por lo que una gran parte de los parados, concretamente los que más lo necesitan, permanecen en el abandono. Y son estas mismas PAE, que son inservibles para hacer frente al paro estructural, las que con la Estrategia se han prorrogado por cuatro años más.

Esta es la principal razón por la que la EEAE es rechazable: las PAE ni se cambian, ni se reforman, ni se mejoran.

Sintéticamente, las críticas concretas que se hicieron al documento de Estrategia que presentó, en el verano de 2017 y con prisas, el Gobierno fueron las siguientes:

  1. La EEAE sustituye el imprescindible diagnóstico inicial de los problemas a los que deben enfrentarse las PAE (1.- la identificación y descripción con los datos disponibles de necesidades y carencias de los desempleados, y 2.- los problemas de diseño, funcionamiento e ineficacia de las PAE) por un canto propagandístico a la creación de empleo registrada que, por otra parte, nada tiene que ver con las PAE.
  2. En este sentido, si la EEAE carece de diagnóstico, es imposible que determine de forma precisa y clara las políticas a realizar y las medidas a desarrollar (y las que deben dejar de hacerse) y mucho menos comprometa objetivos (posteriormente evaluables) de las mismas.
  3. La falta de compromiso económico. La EEAE no tiene que ser un documento presupuestario, pero necesita contener un compromiso económico concreto del Gobierno que aprueba esa Estrategia, del que se derive y con el que se garantice el cumplimento de las políticas a desarrollar.
  4. El gasto en prestaciones por desempleo ha caído drásticamente (en parte por la reducción de la cobertura, es decir, del incremento de la proporción de parados que carecen de prestación alguna), por lo que no puede argumentarse que no hay medios económicos. Con una fracción minoritaria de ese ahorro producido se podrían dotar unas PAE a la altura de nuestras necesidades. Aparte de la imprescindible reorientación de los actuales recursos que se vienen destinando hacia políticas más eficaces, de lo que tampoco determina nada concreto la EEAE.
  5. Para que las PAE se puedan destinar a corregir el paro estructural y mejorar la gestión del empleo (oferta y demanda) se necesita que los Servicios Públicos de Empleo (SPE) se dediquen a conocer las características y necesidades de los parados y de las empresas. Nada de esto se hace de verdad, con la profundidad necesaria (o solo se hace para una parte muy pequeña de los desempleados). De lo que se deriva asimismo la ineficacia de las políticas que se realizan. Porque, ¿cómo se puede saber cuáles son las políticas de empleo necesarias si no se conocen las necesidades de parados y empresas? Lo más grave y llamativo del asunto es que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha desarrollado junto con los SPE de las Comunidades Autónomas las herramientas básicas para ello, los protocolos de la cartera común de servicios. Pero, una vez hecho, no hay voluntad para ponerlas en marcha mediante una normativa vinculante y con los recursos económicos necesarios.
  6. Se ha reiterado continuamente: si estos servicios son básicos para todo el sistema nacional de empleo, y si son esenciales para poder realizar unas PAE eficaces, son estos y no otros los que tienen que concentrar la financiación básica del Estado a través de los Presupuestos.
  7. Las organizaciones sindicales reiteraron en el marco de la EEAE que no es posible hacer unas políticas de empleo eficaces sin haber diagnosticado individual y personalmente a los desempleados. Esta función es la base de todas las PAE, y es a la que menos presupuesto se destina. Las oficinas de empleo, a estas alturas, carecen de los medios técnicos y humanos adecuados para realizarlo. Se planteó, infructuosamente, que esta es la prioridad.
  8. La evaluación y la implicación de los agentes sociales. Comenzando por la significativa cuestión de que no se ha evaluado la Estrategia anterior, y continuando por un planteamiento de evaluación de las políticas de empleo tan farragoso y complejo como ineficaz, y que se concentra mucho más en los objetivos de gestión (lo realizado) que en los resultados (lo obtenido), y porque no desciende a la evaluación programa por programa para determinar su capacidad de inserción laboral.La Comisión Europea y la OCDE han pedido la creación de un órgano específico para coordinar y evaluar las políticas de activación y los servicios públicos de empleo del que formen parte los Interlocutores Sociales. Se ha demandado que la EEAE lo contemple, pero no fue tomado en consideración. Lo que se haga, o no, lo harán las propias Administraciones sin intervención de nadie más ni transparencia. La EEAE, en suma, no da respuesta tampoco a la necesidad básica de evaluación de las políticas realizadas.
  9. La distribución de fondos en función (parcialmente) de los resultados de la evaluación es, en el contexto actual, inadecuada. No solo porque, como se ha dicho, no se evalúan los resultados logrados en lugar de la gestión realizada, sino sobre todo porque los programas y servicios no responden a las necesidades de desempleados y empresas. Lo que se debería evaluar es más la eficacia de los programas que pretenden responder a esas necesidades que la capacidad de las Administraciones para gestionarlos, porque ninguna gestión puede ser eficaz con programas mal diseñados.

Finalmente, La Comisión Europea a través de sus Recomendaciones, la OCDE (su Secretario General, Ángel Gurría, llegó a pedir públicamente al Gobierno español de entonces que, por favor, diera el dinero necesario a las oficinas públicas de empleo), el Consejo de Europa, a través de las Resoluciones del Comité Europeo de Derechos Sociales sobre el cumplimiento de la Carta Social Europea, y el consenso de innumerables expertos en mercado de trabajo han pedido desde todas las posiciones que se hagan, de una vez, las reformas necesarias para lograr que en España, el segundo país con mayor desempleo de los Veintiocho Estados Miembros de la UE, se pongan en marcha unas PAE eficaces que terminen con el paro estructural y que den oportunidades de empleo, sobre todo al millón y medio de desempleados con más de dos años en el paro (900.000 de los cuales padece esa situación desde hace más de cuatro años).

Estas son esencialmente las razones que han dado lugar al total rechazo de una Estrategia que solo asegura cuatro años más de ineficacia de las políticas activas de empleo en España.

Como decíamos al comienzo, y como intentamos destacar en el título de este artículo, el empleo es uno de los asuntos socio económicos más importantes. Para cualquier país, pero más para el nuestro. El desempleo es un despilfarro económico y un desgarro social, y en este momento en que durante mucho tiempo no habrá crecimiento interno de la población en edad de trabajar es la principal fuente de oferta laboral con la que atender las necesidades de la creación de empleo de empresas, Administraciones y servicios públicos. Constituye un capital, unos recursos y una riqueza potencial y necesaria que no podemos en modo alguno desaprovechar.

Pero ese capital, en especial el representado por las personas desempleadas de larga duración, no resulta utilizable si no se les da las oportunidades para que puedan acceder al empleo. Un empleo para el que, especialmente si se pretende que no sea precario desde el punto de vista productivo, se necesita el reciclaje de competencias profesionales adaptado a las necesidades y posibilidades de cada uno, y un amplio, inteligente, adaptado y eficaz sistema de apoyos. Algo de lo que –los datos del paro de muy larga duración son tozudos- se carece.

Por todo esto, resulta importante insistir y llamar la atención: el empleo, por favor, el empleo.

 

About Antonio González

Antonio González, economista y miembro de Economistas Frente a la Crisis (EFC), fue Secretario General de Empleo en el periodo 2006 – 2008 @AntonioGnlzG

2 Comments

  1. Eduardo González el julio 23, 2018 a las 7:12 pm

    No es condescendencia, es necesaria perseverancia. Esperemos que los nuevos responsables ministerales, cuyo conocimiento del tema es inobjetable, actúen con decisión y rapidez en la línea indicada.

  2. Lean el julio 24, 2018 a las 8:52 pm

    De los políticos en el ataque al paro toda la población espera muy poco después de tantos años de experiencia . Sólo se redujo el paro ostensiblemente con los años de la burbuja inmobiliaria que sirvieron para hacer un gran trasvase de dinero público a unas pocas manos muy privadas . Si realmente se quisiera hacer algo no se empezaría por precarizar como se ha hecho hasta ahora que es la única gran realidad en esto del mundo del trabajo .

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