(Respuesta al artículo de UNESA: El País 29/01/12)
Jorge Fabra Utray
@MadridEco
El objeto del artículo de UNESA (EL País 29/01/2012) http://elpais.com/diario/2012/01/29/negocio/1327846473_850215.html réplica a mi artículo publicado en la misma tribuna (El País 22/01/2012) http://elpais.com/diario/2012/01/22/negocio/1327241681_850215.html sólo aporta, de manera deliberada, confusión.
UNESA con su poder económico tiene medios sobrados para seducir a sus interlocutores, pero para ello no le basta la influencia de su poder económico, necesita también que se instaure la confusión porque para convencer le falta la razón. La razón de los números, precisamente. Y frente a la confusión, claridad. Y para claridad, a título de ejemplo, bastan sólo algunos comentarios. No son necesarias muchas palabras para ser claros:
1– En contraste con los datos que aporta UNESA, según EUROSTAT, el precio de la electricidad para clientes domésticos en España durante el primer trimestre de 2011 supera en un 9% la media de los 27 países dela Unión Europea (y eso, sin tener en cuenta que la parte de los precios de la electricidad que consumen los españoles pagada con el reconocimiento de Derechos de Cobro –el Déficit Tarifario- no es computada como precio por EUROSTAT).
Pero, en cualquier caso, en la electricidad, no tiene sentido comparar los precios de unos países y otros. La razón es bien sencilla: el mix energético es distinto entre países, y ello explica las fuertes diferencias existentes entre los precios de la electricidad. Por ejemplo, ¿por qué no comparar los precios que pagan los consumidores en Francia con los que se pagan en España? De nuevo según datos de EUROSTAT, los precios para los consumidores domésticos en Francia fueron un 41% inferiores a los pagados en 2011 en España. En contraste, la comparación con Italia resulta muy favorable para España. ¿Nos están diciendo algo estas comparaciones? Con toda seguridad, no. Tampoco las comparaciones de precios pretendidamente favorables al mercado español que hace UNESA. El mercado español de electricidad es un mercado líquido y organizado mientras que los mercados europeos son mercados de ajustes ilíquidos y volátiles que apenas afectan a los precios finales de la electricidad. Tienen funciones diferentes. La comparación carece de sentido y no conduce a conclusión alguna. Conduce tan sólo a la distracción y confusión que no otra cosa se pretende con esas comparaciones.
2- La comparación entre años tampoco es representativa. Por poner un ejemplo, el precio del mercado de producción de electricidad en España ha sido en 2011 un 72% menor que en 2008. ¿Quiere esto decir que las empresas eléctricas han sido un 72% más eficientes que hace 4 años? Obviamente no. El mix energético entonces era diferente, los precios de las materias fósiles también y el índice de cobertura menor.
La única comparación relevante es entre los precios de un determinado mercado, en un determinado momento, con los precios que resultarían si ese mercado hubiera operado de forma competitiva (tanto en la etapa de producción como en la etapa de inversión). A este respecto, cabe preguntarse, ¿Es el mercado eléctrico español competitivo? ¿Refleja el precio del mercado el coste marginal de generación? ¿Tiene sentido el coste marginal para retribuir tecnologías diversas que por diversas tienen costes diversos? El 20 de Mayo de 2008, la CNE en un “Informe Complementario” a su informe sobre las tarifas del 3er Trimestre del mismo año advertía sobre la existencia de la apertura “de una importante brecha entre los precios que determina el mercado… y los costes de generar esa misma electricidad” señalando a continuación que “la principal responsabilidad de esa brecha entre precios y costes… recae en la generación de las centrales nucleares e hidroeléctricas… que se benefician… de los altos precios de los mercados que sólo alcanzan a revelar los costes marginales térmicos (Fuel, Gas Natural y Carbón).” Y estableció entre otras conclusiones, la siguiente:
“Los ingresos de la generación de electricidad… se situarán –sólo en el 3er Trimestre de 2008- entre 700 y 1.500 M€ por encima de los costes totales de esa misma generación….”
De esos beneficios, a las centrales nucleares e hidroeléctricas les correspondieron entre 500 y 1.100 M€, según se utilizaran unos u otros supuestos sobre el estado de recuperación de sus inversiones. ¿También se hubieran verificado tales beneficios si existiera o pudiera existir competencia entre los inversores para acceder a estos segmentos tecnológicos? Obviamente, no. Pero es que en esos segmentos el mercado no puede operar ni opera, simplemente porque en ellos es inexistente la libertad de entrada para nuevos competidores. Cuando UNESA dice mercado quiere decir sexo.
3- La comparación que hace UNESA entre la evolución del precio de la electricidad, del gas y del butano carece de todo sentido… Los aumentos en el precio final del gas o del butano reflejan cambios en sus costes, de tal modo que sus márgenes permanecen a grandes rasgos constantes. Tal cosa no es así enla electricidad. El precio que en el mercado percibe toda la generación está determinado por los costes de las tecnologías que consumen recursos fósiles, y es por tanto, ese precio, completamente ajeno a los costes del resto de las tecnologías- principalmente nuclear e hidroeléctrica- que no consumen ni gas, ni petróleo, ni carbón, ni CO2 ¡ni tampoco butano! Dado que el precio del mercado eléctrico no es reflejo de los costes de generación, detrás de ese 35% de aumento de los precios de la electricidad que menciona UNESA en su artículo, se esconden fuertes transferencias de rentas de los consumidores a las empresas eléctricas. ¿O es que, como el petróleo y el gas, también han subido los precios del agua que discurre por los ríos y, en la misma medida, el peso de los combustibles radioactivos en los costes medios de las centrales nucleares?
4- La Ley del Sector Eléctrico 54/97 estableció en el punto 1 de su Disposición Transitoria Sexta lo siguiente: “El importe base global de los Costes de Transición a la Competencia nunca podrá superar… 8.664 M €…”. La CNE, en su estimación de cierre de los CTC’s a Junio de 2006, fecha hasta la que estuvo vigente la mencionada disposición, fijó, provisionalmente, el exceso de CTC’s cobrados por las empresas en 3.396 M €, además de los 8.600 M€ cobrados vía tarifa y vía exceso de precios. La cifra de 1.147 M€ que da UNESA como CTC’s cobrados es, simplemente, un invento de un viejo argumentario que pretende negar la existencia de un saldo de CTC’s pendiente de liquidar a favor de los consumidores. Pero de aceptarse semejante interpretación, la LSE que reguló la norma CTC’s habría sido diseñada para que las empresas no solo no tuvieran pérdidas debidas a los cambios de normas sino que además pudieran tener beneficios sin límites si los precios del petróleo o del gas aumentaran por encima de previsiones, tal como ha pasado. ¿Sabe UNESA lo que realmente está diciendo con sus números? Son números que implícitamente acusan de prevaricación o de insolvencia al Gobierno de 1997. Pero no, esos números sólo son ciertos en las fuentes que fabrica la propia UNESA.
5- En relación con la prolongación “gratis total” de las concesiones hidroeléctricas –sobre lo que UNESA parece no saber nada- el RD Legislativo 1/2001 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de aguas (que recoge todas las normas vigentes dispersas), en su DISPOSICIÓN TRANSITORIA PRIMERA establece lo siguiente: “Quienes, conforme a la normativa anterior a la Ley 29/1985 de Aguas, fueran titulares de aprovechamiento de aguas públicas… seguirán disfrutando de sus derechos… durante un plazo máximo de 75 años a partir de la entrada en vigor de la misma,…. “
Así es que “gratis total”, ¿o no?
6- En su artículo UNESA me dedica nada menos que la siguiente lindeza: “muestra una falta de respeto a las empresas eléctricas, al lector y a la verdad que no se puede pasar por alto.” Yo sí que protesto, querido lector, y con fundamento. Mi respeto a las empresas es conocido y su eficiencia industrial ha sido y es defendida por mí en cuantos foros he estado presente y ha venido a cuento. Incluso sostengo que las empresas eléctricas españolas se encuentran en la vanguardia mundial en tecnología, gestión industrial, mantenimiento y calidad en el suministro de electricidad. No opino lo mismo de la regulación que enmarca sus actividades en España. Y tampoco estaré de acuerdo en que el problema del Déficit Tarifario se aborde mediante una quita. La seguridad jurídica y la confianza legítima es un bien superior que debe ser preservado porque su preservación protege a todos y beneficia a la economía de todos. Otra cosa es que los costes financieros y de colocación de su titulización corra a cargo de los consumidores y no de las empresas que detentan los correspondientes derechos de cobro. Además esa quita no serviría para nada: la sangría se seguiría produciendo año tras año y ese es el problema que hay que atajar con una profunda reforma de la regulación que ha disparado los costes para los consumidores grandes y pequeños.
Así es que aquí, en todo este asunto del debate energético y regulatorio, quien falta al respeto y a la verdad es UNESA y no sólo desde lo escrito es su artículo del 29/01/2012 en EL PAIS, sino también desde algún que otro libelo distribuido con profusión y financiado desde rincones que no le son muy lejanos.
Desde luego que en la electricidad los números deben imponerse, y se impondrán. Esperemos que no sean los que se falsean y se tergiversan.
Jorge Fabra Utray, miembro de ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS, es economista y doctor en Derecho.
www.economistasfrentealacrisis.com
@MadridEco
Gracias por su réplica, Sr. Fabra.