Impuestos panameños, servicios noruegos

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Los impuestos son el precio de la civilización. Sin ellos, el sector público, ése que nos proporciona seguridad jurídica a través de las leyes y el sistema judicial, cohesión social a través de las prestaciones sociales, seguridad ciudadana a través de las fuerzas y cuerpos de seguridad, infraestructuras de transporte a través de la obra pública, que recoge nuestras basuras o provee de formación para nuestros jóvenes e hijos a través del sistema educativo, no tendría los recursos necesarios para actuar. Por pequeño que sea el presupuesto público, por pequeña que sea la organización social que sostienen nuestras preferencias políticas, siempre se necesitará una fuente de impuestos. Pagar impuestos es consustancial a nuestra forma de entender la vida en sociedad. Siempre hay una serie de bienes públicos, por mínimos que sean que deben ser satisfechos con aportaciones de los ciudadanos, porque, como bien explicaron Holmes y Sustein en su magnífica obra “El coste de los derechos”, la libertad y los derechos tienen un coste, y ese coste son los impuestos.

Desde ese estado mínimo, la acción pública se ha ido extendiendo y, hoy por hoy, en las sociedades avanzadas, los instrumentos del sector público están muy desarrollados: educación, sanidad, infraestructuras, I+D, políticas sociales… Cuantos más servicios proporciona el Estado, y de más calidad son, más altos son los impuestos.

El caso está bien explicado por la teoría económica. Cuando las aportaciones para los bienes públicos –como la seguridad ciudadana, la preservación del orden público o la mera garantía del derecho a la propiedad frente a los robos o las apropiaciones indebidas- se sostienen exclusivamente con aportaciones voluntarias, los incentivos para que alguien se aproveche de estos bienes públicos sin aportar a su mantenimiento son muy altos. Por eso las aportaciones son obligatorias. Así, tenemos el caso de las comunidades de vecinos, entidades privadas que recolectan, a través de contribuciones obligatorias, el dinero suficiente para el mantenimiento de los edificios o la calefacción central. Todos conocemos algún caso de vecino que no paga sus recibos, con el consiguiente enfado del resto de la comunidad y la acumulación de deudas por parte del moroso.

España no se caracteriza por tener unos impuestos altos: el promedio de ingresos fiscales se sitúa unos siete puntos por debajo de la media de la Unión Europea. De acuerdo con un informe de FEDEA, los impuestos que paga la clase media no superan el 30% de sus ingresos, salvo para el 1% más rico, donde alcanzan el 37%. Paradójicamente, el 10% más pobre de la población paga, fundamentalmente a través del IVA, casi tantos impuestos como el 10% más rico. Según el CIS, un 35% de los españoles estaría dispuesto a pagar más impuestos por tener mejores servicios públicos, y sólo un 15% estaría dispuesto a bajarlos. Por eso sorprende la defensa de las bajadas de impuestos compulsiva y demagoga de nuestros políticos. Cuando nos dicen que quieren “aliviar” los bolsillos de la clase media trabajadora a través de una bajada de impuestos, o recuerdan al charlatán de Laffer que defendía que con menores impuestos se recauda más, nos están diciendo que tendremos menos recursos para la educación pública, la sanidad, las infraestructuras, la I+D o la modernización de la justicia.

En materia fiscal, la magia no existe: el efecto generalizado de las bajadas de impuestos es la reducción de la recaudación. Según la agencia tributaria, las bajadas de impuestos de 2015 y 2016 supusieron un impacto de diez mil millones de euros menos de ingresos. Nada es gratis, y si queremos tener servicios públicos noruegos, no podemos pagar impuestos panameños. En un país donde hay hospitales que se hunden o las líneas de transporte público se averían todos los días, es para pensarlo.

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Este artículo se publicó originalmente en 20 minutos y se reproduce aquí con la autorización del autor.

About José Moisés Martín Carretero

Economista y consultor internacional. Dirige una firma de consultoría especializada en políticas públicas y desarrollo económico y social. Autor del libro: "España 2030: Gobernar el futuro". Miembro de Economistas Frente a la Crisis

4 Comments

  1. Miguel Angel Derqui el marzo 2, 2018 a las 7:14 pm

    El contenido de este artículo es esencial y conceptualmente correcto. El problema es la forma en que se aplique y la equidad que se siga en la distribución de los impuestos, pues muy lamentablemente tal como muestra el informe referenciado de Fedea y se percibe popularmente, las grandes empresas y fortunas no contribuyen en la medida que les correspondería, en tanto que la aportación de trabajadores y jubilados se convierte en una carga enormemente gravosa para mantener un estándar de vida aceptable. Lo que ya se hace insoportable cuando se observan los muchos ejemplos de desastrosa utilización por los diferentes gobiernos de los ingresos conseguidos con los impuestos. En definitiva, claro que hay que sostener la sociedad mediante impuestos pero es esencial que el ciudadano perciba que se recaudan de manera proporcional y justa sin agobiar a los más débiles y aplicarlos igualmente de una forma socialmente justa, inteligente y equilibrada en la que no aparezcan los innumerables casos de corrupción que están pervirtiendo la vida social.

  2. miguel el marzo 3, 2018 a las 8:23 pm

    Impecable la teoría . Como siempre el problema esta en la aplicación y , en mi opinión, en la política del gasto publico que es ineficiente el algunos casos lo que hace que el sistema impositivo se considere confiscatorio

  3. XAVIH el marzo 14, 2018 a las 12:39 am

    Este artículo, como muchos que hablan sobre el sistema impositivo español, esta lleno de «Manttras» que por micho que se repitan no dejan de ser, como mucho medias verdades.

    Primer mantra, utilizar el ratio Impuestos/PIB, como ratio de la presión fiscal de un pais. Los ingresos por impuestos dependen básicamente del sistema fiscal y no son comparables entre países con una fiscalidad distinta. No es lo mismo una subsidio por alquiler, que una deducción. O un sistema de becas muy ampilo con tasas de Universidad con precios politicos, etc, etc. Para poder hacer comparación entre países deberíamos establecer un sistema fiscal «neutro» y convertir los datos fiscales de todos los países, partida a partida, a esa fiscalidad standarizada. Sino estamos comparando manzanas con peras.(Una fiscalidad como la española que tiene mucha deducción y mucha tasa y poco subsiidio directo-beca, esta especialmente penalizada aún siendo una presión fiscal igual o superior a otros paises).

    Aparte deberíamos compararlo a PIB neutralizado tb. Es decir sin deficit fiscal, pq al final los que pagan impuestos es el Sector Privado(Empresas y Ciudadanos). Cuando el PIB esta sustentado con deficiit público, esta «hinchado». Y por tanto el ratio sale por debajo de la presión fiscal que soporta el Sector Privado, que al fin y al cabo es lo que se intenta medir.

    Después hay una serie de impuestos extraordinarios que suelen ser prociclicos, p.e.los relacionados con el ladrillo.

    La prueba del 9 de la validez muy relativa del ratio de la Presión fiscal, para medir en realidad la presión fiscal, es que oficialmente la presión fiscal bajó en los años de crisis(Después de que ZP bajará impuestos, como la famosa Ley Beckham), cuando la Renta Disponible, que son Ingresos despuués de impuestos de las familias, no es que bajara, es que cayó en picado.

    Cuando hablamos de GESTHA y de sus cálculos sobre la defraudación de las grandes empresas, me saltan los ojos de las orbitas por como la gente que controla nuestra Hacienda puede utilizar argumentos tan infantiles. Eso de valorar las deducciones de las empresas como fraude fiscal, es el sumum del Gesthismo.

    Claro que de lo que podría servir fácilmente para bajar el fraude fiscal, que es acabar con las puertas giratorias a Hacienda, de forma que no pudieran coger excedencia para irse a la Empresa privada a ensañarles a defraudar, de eso no dicen ni mu.

    Otro Mantra es que España no tiene impuestos Altos. A nivel nominal, España es de los paises de Europa con los Impuestos más altos. Excepto en el IVA donde si hay países con IVA superior, la mayoría de países tienen impuestos de sociedades por debajo de los españoles. Y los tramos de Renta, tipo impositivo a tipo imposotivo tb son de los más altos.

    Pq otros países recaudan mucho más? Coño pq son más ricos, por micho que Mali implantará el sistema fiscal noruego, su recaudación seguiría siendo miserable, pq los impuestos se pagan sobre Ingresos-Renta-Beneficios y si no los tienes o son bajos, no recaudas.

    La curva de Laffer no existe por arriba. Bajar impuesto raramente incrementa la recaudación. Pero si suele cumpiirse por abajo,. subirlos, sobre todo si no hay un ciclo de crecimiento económico claro, tampoco suele garantizar incrementar los impuestos. Con el riesgo que te puedes cargar la economía, si los subes. Si los bajas y no funciona, siempre puedes volverlos a subir.

    Es bastante lamentable que en el 2018, que hace casi 30 años desde el año 89(Año 0 de la Globalización), haya aún que ir explicando que en una economía global, con empresas globales, con parte de la población que se mueve laboralmente, sin una convergencia fiscal no puede funcionar ese mercado global.

    Ah y un sistema fiscal «global» no va a ser un sistema fiscal «noruego» ni «alemán», más bien será, como mucho, un sistema fiscal «anglosajón». No pq ellos impongan sus criterios, sino simplemente pq los países emergentes no van a aceptar sistemas fiscales muy altos que implique rebajar sus espectativas de crecimiento económico.

  4. XAVIH el marzo 18, 2018 a las 1:05 pm

    Ah, me dejaba otra cuestión que tiene cierta importancia. Durante la época del ladrillo los ingresos extraordinarios del Estado subieron como la espuma. Se calcula que en su punto állgido llegaron a ser el 30% de los Ingresos de las AAPP(Por eso nadie le quería poner el cascabel al gato y romper la burbuja antes de que explotará).

    A lo que voy. Aunque el estado(Central, CCAA, Ayntamientos, Diputaciones, etc), los ingresaran en su dia, buena parte de ellos eran impuestos «financiados». Se me explico, las entidades financieras(Casi todas cajas no bancos, lo cual tiene aún más bemoles), no sólo financiaban el 100% del valor inmobiliario. A veces mucho más, sino que se financiaban los impuestos que se incluian en la cuota hipotecaria.

    O sea, que desde el punto de vista del Estado la presión fiscal fué en época Pre-crisis, pq lo ingreso entonces.

    Pero desde el punto de vista del ciudadno-empresas que son los que sufren la presión fiscal, los están pagando ahora, no en el 2005, sino que los están pagando en comodos plazos+intereses(Por suerte muy bajos pq sino no podrían), a 25-30-40 años. Años donde a priori esa presión fiscal no les cuenta «oficialmente», pero que en realidad tienen menos Renta Disponible, que es lo que mide la presióin fiscal de una sociedad, la Renta Disponible después de Impuestos.

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