La economía china en la encrucijada

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Por Carles Manera*, catedrático de Historia Económica y miembro de Economistas Frente a la Crisis

¿Han actuado bien las autoridades chinas con las devaluaciones del yuan? Las contradicciones en las respuestas a tal pregunta son palmarias. El FMI, por un lado, aplaudió la primera devaluación; pero en cuanto a la segunda, existen más matices. El crecimiento económico de China descansa, desde los años 1990 y a partir de liberalizaciones económicas, sobre la potencia de sus exportaciones. Costes bajos, producción en masa, control de la fuerza de trabajo, constituyen activos, digámoslo así, que han favorecido este modelo de crecimiento que está relegando el desarrollo del mercado interior. Éste tendrá más dificultades de articularse si las importaciones chinas se encarecen, de forma que cabe suponer que los saldos comerciales serán, todavía, más positivos. Esto puede ser, por tanto, un problema para la macroeconomía del país y para el desarrollo de una demanda interior más relevante.

Algunos elementos que pueden considerarse son:

  1. El impacto de las devaluaciones sobre las empresas productoras multinacionales en China.  Se comenta que firmas importantes, de producción de bienes de consumo, pueden verse afectadas por las devaluaciones. No lo tengo claro. Estas empresas producirán más en países emergentes –como la propia China– a costes inferiores, con lo que no es arriesgado aventurar que sus ventas pueden incrementarse, con la debilidad de la divisa china. Las caídas bursátiles observadas en las últimas cuarenta y ocho horas obedecen al principio básico del capital: éste tiene miedo a cualquier “ruido” que se genere en los mercados y que rompa con la placidez de los mismos. Los capitales saldrán de China si no tienen terreno en el que abonar nuevos beneficios. Y lo tienen. Ahora, a costes más bajos.
  2. Atención a los estallidos de las burbujas que se han generado en la economía china: inmobiliarios, financieros, crediticios. En tal punto, el incremento de la deuda pública sobre el PIB se está consolidando, lo que tal vez genere tensiones entre el banco central y los bancos regionales y los gobiernos de las provincias con Pekín. Un “efecto Minsky” puede estar presente en los movimientos económicos chinos, de forma que serían previsibles caídas de perfil similar a las conocidas en Europa y Estados Unidos con la Gran Recesión.
  3. Los tipos de cambio del yuan están infravalorados: es decir, la divisa china tiene más capacidad exterior ahora que antes de la devaluación, y esto a quien va a penalizar es a los exportadores europeos y americanos. El cliente asiático retraerá sus compras, y estimulará sus ventas, a costa de los productores occidentales y del avance del mercado interior chino.
  4. La pauta de crecimiento económico interior, que significaría alentar las importaciones, incrementar salarios y favorecer el movimiento demográfico, supondría liberalizar políticamente el país de manera parcial. Esto es una dificultad para las autoridades chinas y, al mismo tiempo, podría ser un factor distorsionador para el capital extranjero que invierte en sectores productivos chinos por los bajos costes laborales, sociales y ecológicos.

China co-lidera la expansión de capital, la producción mundial y el comercio exterior. Cualquier factor que afecta su economía interior tiene un impacto directo sobre la economía mundial. Las recientes devaluaciones del yuan sugieren que Pekín sigue confiando en su modelo “externo” de crecimiento más que en un desarrollo interior articulado (del tipo que conocieron los países más avanzados, con la formación de sus mercados nacionales). Las devaluaciones harán repuntar el PIB. Pero retrasan un cuadro de decisiones relevantes que afectan las políticas internas. Esta es una gran encrucijada del gigante asiático.

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*Este post fue originalmente publicado en el blog personal del autor y se reproduce aquí con su autorización.

About Carles Manera

Catedrático de Historia e Instituciones Económicas, en el departamento de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears. Doctor en Historia por la Universitat de les Illes Balears y doctor en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona. Consejero del Banco de España. Consejero de Economía, Hacienda e Innovación (desde julio de 2007 hasta septiembre de 2009); y Consejero de Economía y Hacienda (desde septiembre de 2009 hasta junio de 2011), del Govern de les Illes Balears. Presidente del Consejo Económico y Social de Baleares. Miembro de Economistas Frente a la Crisis Blog: http://carlesmanera.com

1 Comment

  1. golpedefecto el agosto 17, 2015 a las 6:49 pm

    Creo realmente que usted ha tratado un tema complejo en este post. Yo coincido en muchos puntos de los que expone, pero en otros tengo dudas con respecto a muchas cuestiones de la economía china.
    -En primer lugar ceo que es un pequeño mito el tema de las exportaciones chinas en cuanto a su contribución al PIB, los datos del Banco Mundial y el National Bureau of Statistics chino no coinciden sobre el superávit exterior pero oscila entre el 3,69-2,4% del PIB. Ocupa según el BM el país número 27 con mayor superávit exterior en el año 2014, por detrás, por ejemplo de Alemania (6,42%). Por lo que aunque importante, no parece algo fundamental.
    -La crisis de la bolsa china no parece que se haya debido a la devaluación sino a lo caro que estaban los valores (por lo menos mid-cap ChiNext), en parte debido a problemas estructurales chinos de limitación de movimiento de capitales interior, del excesivo apalancamiento y como efecto secundario de la burbuja inmobiliaria.
    -La devaluación ha sido mínima, y solo supone una pequeña corrección con respecto al dólar, ya que debido al efecto de control ejercido por las autoridades chinas mantenía la paridad. Al mismo tiempo, debido a la revaluación del dólar, esta devaluación es solo un pequeño ajuste con el resto de monedas. Y las exportaciones chinas a U.S. no llegan al 17% del total de exportaciones chinas.
    Por otra parte, la devaluación no parece una señal en el sentido de querer cambiar el modelo de crecimiento hacia un sistema más basado en el consumo interno. Muchas gracias por su post.

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