La preocupante relación entre desigualdad social y obesidad en España

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Elisa Diaz Martinez es Economista

Hace unas semanas el Instituto Nacional de Estadística publicó la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 que muestra la preocupante situación de la obesidad en España. Asimismo, informes recientes de la OCDE sitúan a España en este tema en las últimas posiciones en comparación con países con una situación socioeconómica similar. Estos datos no parecen estar despertando la atención que deberían. Asimismo, el 7 de Abril se celebró el Día Mundial de la Salud, centrado en la hipertensión arterial, invitándonos a su vez a una reflexión profunda sobre la obesidad, uno de los principales problemas de salud pública en nuestro país. Este es el tema del post de hoy. ¿Cuál es la situación de la obesidad en España? ¿Por qué debemos preocuparnos por este tema? ¿Qué implicaciones tiene para las arcas públicas ahora que están menguando a marchas forzadas? ¿Qué tal lo están haciendo las diferentes administraciones? Antes de reflexionar sobre estas preguntas vaya por delante algunos hallazgos que deberían centrar nuestros esfuerzos en esta materia:

  1. En comparación con otros países de nuestro entorno socioeconómico, la desigualdad educativa es una variable especialmente relevante para entender las tasas de obesidad entre las mujeres en España.
  2. Las medidas para controlar el sobrepeso y la obesidad infantil no parece que hayan funcionado puesto que los índices de obesidad parecen presentar un incremento en la última década. La situación socioeconómica del cabeza de familia es una variable que hay que tener en cuenta para entender las desigualdades en obesidad de los niños.
  3. Las previsiones indican que la tasa de obesidad en España seguirá creciendo en la próxima década.

Las desigualdades sociales y la pérdida de bienestar y de productividad que éstas suponen, deberían llevarnos a tomar acciones contundentes enfocadas en determinados grupos sociales.

La evolución de la obesidad en España y en la OCDE

La evidencia es clara y apunta en la misma dirección. La tasa de obesidad para los adultos españoles es mayor que la media de la OCDE y la situación para los niños es incluso peor con una tasa de obesidad de las más altas de la OCDE. Los estudios internacionales son rotundos en sus conclusiones: la obesidad es un problema de salud pública mundial y si no se toman las medidas necesarias, el problema se acentuará en las próximas décadas. Desde 1980, las tasas de obesidad se han duplicado e incluso triplicado en los países desarrollados, y en casi la mitad de los países de la OCDE, el 50% o más de la población tiene sobrepeso. España ha seguido la misma tendencia. En los últimos 25 años, la población obesa adulta ha aumentado en 10 puntos porcentuales y actualmente un 53,7% de la población mayor de 18 años tiene sobrepeso u obesidad. Y las previsiones para la próxima década, como vemos en la Figura 1, muestran una situación que se agrava. 1

Figura 1: Tasas de obesidad. Fuente: OECD, 2010

La última Encuesta Nacional de Salud (ENS) publicada a mediados de marzo y con una débil repercusión mediática, confirma los resultados de estudios de la OCDE y muestra que España tiene un grave problema de salud pública: 17 adultos de cada 100 padecen obesidad y 37 presentan sobrepeso; 2 niños de cada 10 tienen sobrepeso y 1 obesidad. Esta situación requiere de un conjunto de medidas que eviten un grave problema en un futuro no muy lejano: un porcentaje alto de la población que requiera asistencia sanitaria para tratar enfermedades crónicas de alto coste en el bienestar y la salud auto-percibida de quienes las padecen así como en los recursos públicos.

¿A quién afecta más la obesidad? Implicaciones para el debate sobre desigualdades sociales

Lo que más llama la atención de la escasa atención prestada a los resultados de la ENS 2011-2012 es que se haya ignorado las desigualdades en obesidad que refleja, desigualdades que confirman los datos de estudios internacionales anteriores. En la Figura 2 se observa que las mujeres españolas con un nivel educativo bajo tienen una probabilidad de tener sobrepeso 3,5 veces mayor que las mujeres con un nivel educativo alto. Esta diferencia sólo es superada por Corea entre los países de la OCDE analizados.

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Figura 2: Educación y obesidad. Fuente: OCDE, 2010

Los datos de la ENS 2011-12 (Figura 3) confirman esta relación para todas las categorías de peso. Estos datos sólo nos muestran una relación entre estas dos variables. El siguiente paso sería estudiar las variables que explican esta relación para poder así diseñar actuaciones que corrigieran estas desigualdades.

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Figura 3: El peso y la educación en las mujeres españolas de 24 a 65 años. Fuente: INE, 2013

Otros dos grupos de la población que requieren de un análisis detallado son los niños y los desempleados. La ENS 2011-12 también confirma que la obesidad infantil está creciendo en nuestro país, en concreto, el sobrepeso y la obesidad han aumentado en 3 puntos porcentualesen la última década. Por otra parte, como vemos en la Figura 4, la obesidad y el sobrepeso aumentan según se desciende en la clasificación de la situación socioeconómica (pasando de la situación socioeconómica I a la VI) del cabeza de familia. Esta es una información que habría que analizar con detenimiento para entender las variables que explican esta asociación.

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Figura 4: El peso y la situación socioeconómica del cabeza de familia para la población infantil (de 2 a 17 años). Fuente: INE, 2013.

Los parados no parecen tener tasas mayores de obesidad que los que están trabajando, pero ¿qué sabemos de su salud auto-percibida? ¿Y de su estado de salud mental? La ENS no se realizaba desde 2006, ahora que tenemos una nueva edición, es un valioso instrumento que debe utilizarse para guiar las políticas que tienen que sacar a España de la actual crisis económica que padece.

¿Cuáles son los principales costes de la obesidad?

Los estudios que analizan los principales costes de la obesidad son numerosos y la principal conclusión es que la obesidad nos sale muy cara, y por muchas razones. 15 kilos por encima del peso saludable suponen un aumento en el riesgo de muerte temprana de un 30%. Los gastos de atención médica a lo largo de la vida para personas obesas son alrededor de un 25% superiores a los de las personas con un peso normal. En los países escandinavos, la gente con obesidad tiene una probabilidad 3 veces mayor de recibir una pensión por incapacidad que las personas con peso normal. En EE.UU, las pérdidas de producción y los costes de atención médica asociados a la obesidad suponen el 1% del PIB.

¿Qué podemos hacer? ¿Es la prevención coste-efectiva?

Un examen de la efectividad de las políticas nacionales de los países de nuestro entorno muestra que las políticas de prevención (campañas educativas, atención primaria, acuerdos con la industria, etc) son más efectivas que las intervenciones sobre las enfermedades crónicas provocadas por la obesidad. Una estrategia de prevención comprehensiva, diseñada para distintos grupos de edades y determinantes de la obesidad es preferible a acciones aisladas.

La prevención puede mejorar el estado de salud a un coste menor que los tratamientos curativos que tienen hoy en día los países de la OCDE. En todos los países analizados por la OCDE (España no ha sido un caso de estudio) la mayoría de los programas preventivos serían coste-eficientes en el largo plazo, es decir, son capaces de generar un año adicional de vida saludable por persona a un coste igual o inferior 35.000 euros.

Las políticas contra la obesidad en España: la necesidad de análisis y programas específicos para ciertos grupos de la población

Como respuesta a la obesidad, en España se puso en marcha en 2005 la Estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) cuyo objetivo era sensibilizar a los ciudadanos de las consecuencias de la obesidad así como impulsar todas las iniciativas de las diferentes administraciones para contribuir a que la población, especialmente los niños, adopte estilos de vida más saludables (actividad deportiva y alimentación). No ha habido una evaluación rigurosa de los resultados de esta estrategia aunque los datos de la ENS 2011-2012 son un jarro de agua fría para la contención de la obesidad en nuestro país y hacen de los niños y de las mujeres con niveles educativos bajos grupos poblacionales prioritarios.

El recién creado Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad (del que se llevaba hablando al menos una década) debería convertirse en una plataforma nacional para el estudio de la obesidad en España, el análisis de la efectividad de actuaciones y el fomento de la coordinación de las diferentes administraciones. El trabajo de décadas del Karolinska Institutet en Suecia y del Center for Desease Control and Prevention en EE.UU. son excelentes ejemplos de instituciones que aúnan esfuerzos para encontrar soluciones a problemas de salud pública.

La ENS 2011-12 no ha incluido las recomendaciones de NAOS para poder recabar la información necesaria que nos diera más información sobre los hábitos de vida de los diferentes grupos socioeconómicos en España. En cualquier caso, es una fuente muy valiosa de información para el diseño de medidas que dinamicen el Estado de Bienestar a través de la mejora en el estado de salud de los españoles, especialmente de aquellos que tienen actualmente un peor estado de salud. En una situación de crisis económica, está en nuestras manos que la generación más joven sea más saludable, alcance mayores estados de bienestar y sea más productiva.

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