El pasado 14 de diciembre, Antonio Montesinos publicaba en Wawancara una entrevista con María Luz Rodríguez, Profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla La Mancha y miembro de Economistas Frente a la Crisis. Reproducimos a continuación la entrevista íntegra.
Por Antonio Montesinos
Llegué a ella de manera casual. Buscaba alguien de ECONOMISTAS FRENTEA LA CRISIS para hablar de política y economía y fue quien me respondió. Después de haber sido secretaria de estado y consejera de empleo no tiene que ser fácil desprenderse del soniquete político oficial que a veces aparece en su discurso aunque, más allá de las frases hechas, es capaz de dibujar sin tapujos la realidad política cruda y dura. Algo poco común en el aburrido discurso oficial al que estamos acostumbrados.
¿Quién hace las reglas del dinero?
Las reglas del dinero las fija el mercado. Y en el mercado quien tiene el poder son los poderosos, los dueños del dinero. Ellos son los que tienen influencia política y económica. Ellos son los que deciden.
¿Esto ha pasado siempre?
Claro. Lo que ocurre es que hoy existe una diferencia. El ciudadano medio, que antes desconocía esta realidad, ahora empieza a darse cuenta.
¿En política también mandan los mercados?
Sí. Es uno de los factores de mayor influencia. Uno de los procesos más característicos de los tiempos que nos ha tocado vivir es que mientras el mundo económico se mueve a escala planetaria, el mundo político sigue anclado en los espacios nacionales. Se da la situación de que las reglas políticas no llegan a controlar los flujos económicos a nivel mundial.
Por lo tanto, lo político no llega a gobernar la economía…
En efecto. Lo político no tiene influencia sobre la economía mundial. Aquí queda respondida la pregunta de quién decide las reglas del dinero.
Esto nos da que pensar que hasta que no se actúe a ese nivel las cosas van a seguir como están.
Efectivamente. Hay que crear organizaciones políticas de nivel transnacional que tengan influencia en la economía a esas alturas. Esto nos lleva a la voluntad política. Los gobiernos nacionales tienen que querer.
Pues parece que los pocos organismos transnacionales existentes pecan de lo mismo. Uno de los principios fundacionales de la Unión Europea es el libre tráfico de mercancías y dinero sin ningún tipo de restricciones.
Tienes razón. El flujo de dinero está por encima de algunos derechos fundamentales. Derechos que están recogidos en los principios de funcionamiento de la Unión Europea pero con menos peso que los movimientos del dinero. Como dices, vuelve a aparecer el poderoso influjo de los mercados.
Más ejemplos: la Constitución Española, intocable para según qué cosas, se modifica en tiempo récord, durante el mes de agosto y sin consulta popular, para primar el pago de la deuda ante otros gastos que pueda tener el estado.
Este fue uno de los grandes fallos de la última legislatura. No se debería haber aprobado esta modificación sin consultar a los españoles.
Fraude fiscal: existen mecanismos legales para que los grandes defraudadores actúen impunemente.
Es otra de las fracturas del sistema. Se requiere un gran esfuerzo para evitar esto. Uno de los principales objetivos del gobierno debe ser terminar con el fraude fiscal. Y también con el fraude laboral, que habitualmente van unidos. Volvemos aquí al asunto de la voluntad política.
¿A la vista de esto podríamos decir que el desprestigio de la política es merecido?
Probablemente. Este es un asunto complicado. He conocido a políticos honestos. Muchos. Y sin embargo todos conocemos políticos que no lo son. Aquí los partidos tienen un papel fundamental, ya que tienen la obligación de cortar la corrupción de raíz allí donde aparece. La corrupción no sólo perjudica al partido, sino al sistema político en su conjunto. Esto es muy grave. Por otro lado también es cierto que el desprestigio político es un arma política en sí. Hay grupos a los que les interesa difundir este mensaje. Hay ciertos grupos de la derecha que salen beneficiados de este estado de cosas.
¿Me puedes poner un ejemplo?
Sí. La presidenta de Castilla La Mancha, Mª Dolores de Cospedal, al mismo tiempo secretaria general del Partido Popular, decidió recortar el número de diputados de Castilla La Mancha, así como rebajarles el sueldo. La ciudadanía aplaudió esta medida. Así no se regenera la política. Así lo que se consigue es que quien se dedique a la política sea la gente que tiene la vida resuelta, la élite que, tarde o temprano, va a terminar legislando a su favor. Eso es volver al pasado. Cuidado con el descrédito de la política, merecido por otra parte. No podemos tomar medidas que vayan en contra de la propia política.
Se nos dice que uno de los avances de la democracia con respecto a la dictadura fue abrir la puerta de la política a toda la ciudadanía. Desde la muerte de Franco cualquiera puede ser político. ¿No es esta un arma de doble filo? Cualquiera no sirve para dirigir un país.
Para ser político hay que tener un nivel de compromiso con la ciudadanía. Y eso no tiene nada que ver con el nivel de estudios de cada uno. También hay que tener humildad, sentido común y capacidad de trabajo. Eso depende muy poco de si eres doctor en derecho.
Con doctores en derecho y sin ellos podemos decir que el sistema hace aguas. La grietas son demasiado evidentes. ¿No será un problema más profundo? ¿Hasta qué punto la situación está relacionada con nuestra mentalidad, tradicionalmente sumisa, conformista y pícara?
No estoy de acuerdo. Si fuera un problema de mentalidad no hubieran surgido fenómenos como el 15M o las mareas. Estos movimientos nos dicen que la ciudadanía quiere participar en la toma de decisiones. La mentalidad de estos movimientos es distinta a esa que tú dices. Hay una nueva conciencia política que surge a raíz de estas iniciativas.
Uno de los asuntos recurrentes en Economistas Frente a la Crisis es el de la energía. Si miramos la ley que regula las energías renovables llegamos a la conclusión de que estamos delante de otro ejemplo, uno más, donde el gobierno piensa más en los poderosos que en el resto de la ciudadanía…
Así es. Los dueños del dinero influyendo en la política.
Perdona que insista, María Luz, pero a la vista de todo esto no puedo dejar de sentirme engañado. Un votante tantas veces engañado corre el riesgo de transformarse en un no votante. El aumento de la abstención parece justificado.
La única forma de transformar la realidad política es mediante la política. ¿Que la política actual hace aguas? Habrá que cambiarla, pero no desentendiéndose de ella, sino implicándose. A la política le falta transparencia y participación para que sea todavía más democrática. Impliquémonos para conseguirlo. Lo que no podemos hacer ahora es darnos la vuelta y dejar que todo siga igual. ¿Que no te gusta lo que hay? Grita. Dilo. Manifiéstate. El 15M es política. De la auténtica. Gente protestando porque no le gusta cómo funcionan las cosas. Que la gente se olvide de la política es un tremendo error. Supone dejar las cosas como están.
Gracias por ayudarme a reordenar mi cabeza que se desorganiza todas las mañanas con una nueva y terrorífica noticia.
Estoy de acuerdo con lo que dice Maruluz, yo añadiria o aclararia que los poderosos mercados, mayoritariamente financieros, esta apoderandose de los medios de comunicacion mas influyentes, para incitar al desanimo y la banalización de la politica, para que la gente se abstenga y asi controlar la politica que es la unica que les puede controlar a ellos. Al ser menos los que participan es mas facil dominarlos e influenciarlos para que no tomen medidas politicas que les perjudiquen. El ejemplo lo tenemos en la estructura europea, donde los que son elgidos por los ciudadanos, los diputados, no influyen casi nada en las decisiones de la CE, y si ademas se logra que la abstencion sea mayor estos tendran menos respaldo ciudadno para alzar su voz. Seguiran mandado la Merkel, Rech y compañia , que son los «encargados» de lkos que realmente mandan.
Bertolt Brecht ya lo decía con meridiana claridad: «El peor analfabeta es el analfabeta político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeta político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales». Y yo añadiría que, el analfabeta político, como todo analfabeta que se precie, desconoce su propio mal añadiendo la osadía de la ignorancia, que no tiene límites, a su ya funesto actuar político.
Bajo mi punto de vista, no solo constituye un problema el desprestigio de los políticos.
En primer lugar hacerse un hueco en un partido político, debe ser tarea ardua, ya que los cargos los designan las cúpulas, con lo cual la democracia interna brilla por su ausencia.
Como consecuencia de lo anterior el poder, tanto dentro de los propios partidos como en el parlamento, se convierten en endogámicos, llegando a convertirse la clase política en una casta. No tenemos mas que ver algunos ejemplos de profesionales de la política, Fabra, Camps, Rosa Diez, -quien por cierto censura a los políticos profesionales-, cuyo contacto con la realidad es una mera casualidad.
Cuando son los partidos politicos quienes deciden el orden de listas incluyendo en no pocos casos politicos corruptos, me pregunto ¿como se puede regenerar la vida política?
Desde luego con este modelo de democracia no