Publicado el 11/06/2012 (actualizado el 18 06 12) por Economistas Frente a la Crisis
La realidad es tozuda. No es la deuda. No es la crisis financiera. No es Grecia. Son las políticas de austeridad que agudizan la recesión, que hunden nuestro PIB, que desmovilizan la actividad económica, que despilfarran nuestros recursos productivos porque los subutilizan o los dejan en paro, que hunden nuestro PIB y, con el hundimiento, hunden nuestros ingresos, nuestra capacidad de devolver la deuda -alta o pequeña ¡qúé más da!. 24 horas después de conocido el rescate de nuestro sistema financiero y 9 horas después de la posterior apertura de los mercados el 11 de Junio de 2012 primer día de cotización de la deuda española en el secundario, la prima de riesgo en 520 pb. Y sigue subiendo, dos días depues se fue a 551pb, y, conocido el tranquilizador resultado de las elecciones griegas, la situación empieza a tornarse en isostenible: la prima de riesgo en 589 pb. No es Grecia, ni la crisis financiera. Es la recesión impuesta. Mientras continue, la crisis financiera seguira contaminando la solvencia del Estado y la insostenibilidad del coste de nuestra deuda soberana.
El rescate financiero no es más que un parche si no se abordan los problemas de fondo. Nuevos rescates serán necesarios si continua la política de austeridad. ¿Por qué la ortodoxia neoclásica y monetarista niega la realidad? ¿Son incompetentes? No. Simplemente quieren la devaluación interna. Es su proyecto político. Bajar las prestaciones sociales; privatizar la enseñanza y la sanidad; aumentar la edad de jubilación; promover los seguros de jubilación con sistemas privados de capitalización; bajar la presión fiscal… disminuir el Estado.
El rescate no soluciona los problemas de nuestra economía. La creación de empleo en un entorno global cada vez más competitivo, y con nuestra economía deprimida, seguirá siendo nuestro gran desafío.Tratar y combatir, exclusivamente, los síntomas de nuestra situación no nos ayudará a superarla. Tras el paso dado al aceptar el rescate bancario a través de un mayor endeudamiento del Estado que, además agravará el déficit, España debe buscar aliados y comprometerse firmemente con una estrategia europea de crecimiento, que nos permita fortalecer nuestra capacidad productiva y volver a crecer en el medio plazo. En Europa Francia lidera ya el cambio contra la devaluación interna como proyecto político de Alemania para Europa. Otros Estados Miembros tienen intereses objetivos en terminar con una política en la que los ganadores son pocos y los perdedores muchos. Y los europeos irán cambiando los gobiernos que no contribuyan al apuntalamiento de la Europa del bienestar.
Muchos son las propuestas que hay que defender y los pasos que hay que dar. En primer lugar, relajar los plazos de consolidación fiscal. En segundo lugar cambiar el estatuto del Banco Central Europeo para que pueda monetizar deuda de los países bajo presión. En tercer lugar construir instrumentos de mutualización del riesgo. En cuarto lugar abordar una reforma financiera que no se limite a provisionar los activos tóxicos y que aborde la regulación y el control de la gestión bancaria. En quinto lugar una reforma energética que disminuya los costes de la electricidad para las familias y para las empresas, hoy un factor regresivo contra la competitividad de nuestra economía. En sexto lugar cambiar una regulación laboral que ha convertido el trabajo en un coste variable, que incentiva aventuras empresariales especulativas carentes de valor añadido y que, en un contexto recesivo, aumenta el paro. En séptimo lugar….
Siempre la pregunta intuitiva ¿y cómo nos financiamos? Ese es el argumento engañoso y populista. Pero aunque sea contra intuitiva, hay una respuesta: con más gasto para contener la caída del PIB e iniciar la movilización de los recursos. Si el PIB cae la prima sube porque aumenta para los inversores el riesgo de impago, y la deuda del Estado, aunque esa deuda no sea alta, se hace insostenible. La fiebre con aspirina, la infección con antibióticos. El antibiótico es el gasto público.
Si una estrategia de impulso y reactivación se pone en marcha con éxito, este rescate financiero quizá sea superfluo. Pero si se sigue profundizando en las políticas recesivas, no será suficiente y Europa, al borde del abismo, podría desplomarse.
¿Llegaremos a tiempo
ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS