Unos Presupuestos para acabar con todo

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Alfonso Prieto es miembro de Economistas Frente a la Crisis

La actitud irresponsable del Gobierno, al retrasar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2012  por motivos electorales, no solo no ha favorecido su victoria en Andalucía, sino que se ha traducido en mayores problemas para la financiación de la deuda española, con nuevas subidas de la prima de riesgo. Esta forma de actuar del Gobierno de Rajoy ha enervado a las autoridades de Bruselas y dado pie a declaraciones inaceptables de Monti, que han contribuido a agravar la posición de España en los mercados, tan utilizados por los “responsables” económicos del Gobierno para justificar sus medidas de las últimas semanas: todo un sinsentido que pagaremos todos y del que no se derivará beneficio alguno. Esta es la esencia de la forma de gobernar de Rajoy. Nos esperan tiempos realmente difíciles con este Gobierno.

Los Presupuestos finalmente aprobados han respondido a las expectativas generadas desde el propio Gobierno en cuanto a su dureza y austeridad, pero contienen decisiones de gasto realmente sorprendentes: se reduce el gasto en las partidas que podrían generar algún tipo de estímulos a la actividad, con reducciones en gasto social realmente hirientes, y, por otro lado, adopta una amnistía fiscal a los defraudadores que resulta insultante para un país que está atravesando la situación más delicada desde los años treinta del pasado siglo.

La drástica disminución de las inversiones públicas, a la que se suma una significativa rebaja de los recursos dirigidos a la subvención de empresas en zonas de promoción económica, se complementa, sorprendentemente, con una reducción del gasto en políticas activas de empleo, que además se centrará en las acciones ligadas a la formación de los trabajadores y a la orientación en los Servicios Públicos de Empleo, algo que sencillamente parece diseñado por un enemigo interior de la economía española y que no hará sino empeorar la situación de nuestro mercado de trabajo. Ahora se explica por qué no parece preocupar al Gobierno que el desempleo alcance la pavorosa cifra de 6 millones de parados.

Qué se pretende con estos Presupuestos, porque alguna intención hay que identificar en estos recortes totalmente inadecuados. La pretensión de alcanzar una reducción del déficit hasta el 5,3% en 2012 y, sobre todo, al 3% en el año próximo es una senda descabellada, ciertamente impuesta por Bruselas, pero que cualquier observador mínimamente desapasionado en sus concepciones de política económica calificará de decididamente falta de racionalidad y adecuación a la coyuntura. Las críticas de Rajoy desde mayo de 2010 se ve que no estaban fundadas en ninguna convicción, sino en la simple conveniencia del momento. Una forma de ver las cosas muy propia del actual Presidente del Gobierno. Y así nos va.

 Porque una somera evaluación de los recortes aprobados deja muy clara la incoherencia del Gobierno, o puede decirse su total coherencia con las ideas dominantes entre los burócratas europeos y entre los economistas que apoyan la acción del gobierno, tanto en lo que se refiere en la reforma laboral como en las decisiones basadas en la mera austeridad, para conseguir una imposible reducción del déficit hasta el 3% en 2013, que se convierte en la letanía de los neoliberales en posesión de la única verdad y que nos llevará al desastre. ¿Es que el Gobierno no se plantea verdaderamente negociar una ampliación del plazo (a quién perjudicaría extenderlo hasta 2015) para reducir el déficit al 3%? Sorprende que las propias autoridades europeas no estén pensando en una solución que vaya en esta línea.

Que los Ministerios de Defensa, Interior y Presidencia apenas vean reducidos sus gastos frente a las fuertes rebajas de Industria, Fomento, Agricultura, Empleo, Sanidad y Servicios Sociales, no dejan lugar a dudas sobre la forma en que el PP está gestionando la crisis, lo que ya, por otra parte, estaba haciendo en las Comunidades Autónomas en las que gobierna. Nada sobre política industrial, nada para infraestructuras, nada para desarrollo rural, menos para empleo!!!!, nada de nada para Dependencia, migajas para la cooperación al desarrollo. Parece que Rajoy y los suyos quieren que quede claro para quien gobiernan.

Por cierto, ¿para quién gobiernan?

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