Julio Rodríguez López[1]
El sector de la construcción ha tardado más en reaccionar de la pasada recesión que el resto de la economía española. Dentro del sector, la construcción de viviendas ha presentado un menor dinamismo en la primera fase de la recuperación que el resto de la construcción. El ciclo de la economía española siguió en el pasado con intensidad las fluctuaciones del sector, lo que explica el carácter acentuado de dichos ciclos. Todo parece apuntar a que la construcción está en puertas de iniciar una nueva etapa de despegue, aunque todavía resulta incierto el alcance que la misma puede presentar.
Según la Contabilidad Nacional de España en 2014 el sector de la construcción facturó un volumen de obra de alrededor de 101.084 millones de euros, equivalente al 9,6% del PIB de dicho ejercicio anual. El total de ocupados EPA del sector ascendió a 1.030.400 en el cuarto trimestre de 2014, cifra que suponía el 6,1% del empleo total. Los afiliados a la seguridad social en la construcción a 31 de diciembre de 2014 se elevaban a 952.000, el 5,7% de la afiliación total.
Según la EPA, la autonomía con mayor presencia de la construcción en el empleo total en el primer trimestre de 2015 fue la de Baleares, con un 10,6% del total de ocupados. La participación más reducida de la construcción en el empleo era la de Canarias, con el 5,1%. El que Madrid y País Vasco ocupen un puesto bajo en cuanto a peso del sector de la construcción en el empleo resulta normal, por su mayor nivel de desarrollo, pero llama la atención que las últimas posiciones correspondan a Andalucía y a Canarias, donde el sector lo fue todo en el pasado..
La presencia de la construcción en la producción y en el empleo de la economía española en 2014 fue muy inferior a la de 2007, año del “pinchazo” de la burbuja inmobiliaria. Se puede decir, pues, que el sector en cuestión ha visto disminuir a la mitad, aproximadamente, su presencia en la actividad y en el empleo total de la economía española.
La construcción residencial, que en 2007 suponía el 55,7% del valor de la obra facturada, en 2014 había descendido hasta el 43% del total citado. A pesar de dicho descenso de participación, un rasgo típico de la construcción en España respecto del resto de la Eurozona es el mayor peso de las viviendas dentro de la actividad del sector, situación que se mantiene todavía, a pesar de la enorme incidencia de la crisis sobre la construcción residencial.
El sector de la construcción, que tiene en España una presencia mayor que en la eurozona, se caracteriza, entre otros aspectos, por la fuerte disparidad empresarial, pues dentro de las más de 400.000 empresas del sector, menos del 0,5% tienen más de 100 empleados. Además, el largo periodo que conlleva la construcción hace que el sector sea muy dependiente de la financiación externa. Ello explica los problemas de la construcción en las etapas de restricción crediticia. En España destaca el menor peso de la rehabilitación de edificios dentro de la construcción residencial en general, muy por debajo del 50% que es la proporción normal en Europa Occidental.
Lo más destacado es el papel decisivo de la construcción en el ciclo económico español, que entre 2008 y 2013 soportó tasas negativas de variación en la actividad.
Entre 1997 y 2007, etapa de expansión del ciclo pasado, la construcción explicó el 25% de los nuevos empleos creados. Entre 2007 y 2013, la construcción perdió más de 1.200.000 puestos de trabajo, casi la mitad del total de empleos desaparecidos en España en dicha etapa..
El año electoral que está siendo 2015 ha contribuido a que el sector tenga más actividad, dentro del segmento de la obra civil y de la edificación no residencial. La proximidad electoral de nuevo ha contribuido a reactivar la actividad del sector en 2014 y primer semestre de 2015. La obra pública licitada por las diferentes administraciones públicas está detrás de dicha recuperación, evolución que en todo caso es de corto alcance.
Tras mantenerse por debajo de las 35.000 viviendas iniciadas en 2013-2014, en el primer trimestre de 2015 los visados de dirección de obra nueva de los aparejadores han crecido en un 22,8% sobre el mismo periodo de 2014. Este ritmo de aumento, de persistir en el resto del año, permitiría iniciar unas 43.000 viviendas en 2015, cifra que está todavía lejos de los niveles normales del pasado.
Las aportaciones de liquidez del Banco Central Europeo, los mayores niveles de ventas de viviendas alcanzados, los reducidos tipos de interés, pueden contribuir a la recuperación del segmento residencial de la construcción. Ello sucederá a pesar de que todavía queda mucha vivienda por vender procedente de la fase expansiva precedente.
El aumento del número de hogares en 2014, según la Encuesta Continua de Hogares del INE, 85.000, el 0,5%, se produjo en exclusiva a partir de los que viven de alquiler, pues disminuyó el número de hogares que viven en viviendas en propiedad.. Los nuevos empleos no permiten acceder a la vivienda en propiedad. Lo necesario es que se generen empleos que permitan alojarse, aunque sea en una vivienda de alquiler. Y también es necesario construir más obra civil dentro de la construcción, pero debe de tratarse de infraestructuras necesarias y no redundantes, debiendo huirse del construir por construir.
Una versión de este artículo se publicó en la revista “El Siglo de Europa” el 8 de junio de 2015
[1] JRL es Vocal del Consejo superior de Estadística y miembro de Economistas frente a la Crisis.