Julio Rodríguez López es miembro de Economistas Frente a la Crisis. Fue vocal del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid en 2006-12, en representación del sindicato UGT
De forma algo abrupta, el PSOE cambió de candidato para las elecciones autonómicas en mayo de 2015. De un profesor de economía con fuerte control del aparato de partido en Madrid pero con escaso “tirón” electoral, el PSOE va a presentar un catedrático de Metafísica, el ex ministro Ángel Gabilondo.
El gobierno de la Comunidad de Madrid presenta notables complejidades, a la vista de las características de la autonomía madrileña. Desde la llegada al poder autonómico de Esperanza Aguirre en 2003 se puso en marcha una política extremadamente neoliberal, casi de manual, que ha continuado su sucesor, Ignacio González. La simultaneidad de tal política con la crisis económica de 2008-2013 ha tenido consecuencias negativas para numerosos hogares madrileños, que han sufrido fuertes recortes en las prestaciones sociales básicas.
Sobre una superficie de solo 8.028 kilómetros cuadrados, en la Comunidad de Madrid viven 6,4 millones de habitantes en 182 municipios. Dicha población supone el 13,8% de España. Sobre la misma superficie se obtiene un Producto Interior Bruto (PIB) equivalente al 17,9% del total nacional. La densidad de población de dicha comunidad está próxima a los 800 habitantes por kilómetro cuadrado, casi nueve veces más que la media de España (90 habitantes/km2), muy por encima de los niveles de cada una de las restantes autonomías. El PIB por habitante de la Comunidad de Madrid supera a la media nacional en casi un 30%, solo por debajo del País Vasco (34,5%).
La de Madrid es una autonomía más desarrollada que la media nacional. Su economía tiene una productividad relativa superior en un 17,2% a la media nacional. Dicha comunidad está superpoblada a todas luces y tiene unos precios medios de las viviendas casi un 40% por encima del precio medio de España. A primera vista se advierte que los problemas territoriales deben de ser importantes, como lo confirma el que la necesidad de racionalizar el urbanismo de las grandes ciudades de esta Comunidad fue una de las principales razones esgrimidas en 1982 para justificar la creación de la autonomía madrileña.
Sin embargo, desde que en la Comunidad de Madrid gobierna el Partido Popular y, sobre todo, desde que Esperanza Aguirre accedió a dicho gobierno en 2003, no existe estrategia territorial alguna para el conjunto de dicha autonomía. La señora Aguirre avisó con claridad en dicho año de la política que iba a implantar.
El gobierno Aguirre intentó modificar la ley de suelo vigente desde la etapa de gobierno de Alberto Ruiz Gallardón. Ante la oposición social al nuevo proyecto de ley, del que se advertía, entre otras cosas, que reducía las viviendas de protección oficial a construir, Aguirre optó por una vía alternativa. Esta consistió en modificar de forma gradual y sin llamar la atención dicha ley, introduciendo cambios puntuales mediante decretos urgentes y también a través de las leyes de acompañamiento de los presupuestos anuales de la Comunidad.
Dichos cambios redujeron las cesiones de suelo a realizar a los municipios por parte de los promotores. Aguirre consagró así los derechos de la propiedad del suelo frente al interés general y minimizó la participación pública en las inmensas plusvalías que supone la recalificación del suelo desde rustico a urbanizable residencial en esta autonomía. Se ha favorecido desde el gobierno regional la recalificación de suelo para viviendas en detrimento del suelo industrial, con lo que Madrid ha visto desaparecer la industria, que pesa en esta autonomía significa solo más que en Canarias y Baleares (Gráfico 2).
En materia impositiva, en una declaración de la entonces presidenta al inicio de su primer mandato, Aguirre señaló que los impuestos debían de reducirse en la Comunidad de Madrid “por principios y por convicción” (El País, 28.1.2003), haciendo lema del dicho de que “el dinero está mejor en el bolsillo del contribuyente que en Hacienda”. En dicha línea, .el gobierno de Madrid redujo la presión fiscal, sobre todo la relativa al impuesto sobre la renta de las personas físicas y sobre el patrimonio, que no se paga de hecho en esta autonomía (1).
El constante calentamiento de las expectativas urbanísticas ha conducido a que el esfuerzo de acceso a la vivienda en la Comunidad de Madrid resulte extremadamente elevado. Un hogar mileurista que accede a una vivienda de 50 metros cuadrados a precio de mercado en el alquiler deberá destinar el 46,4% del salario a pagar el alquiler de la vivienda. Dicha proporción supera ampliamente la media de España (33,8%) y está solo por debajo del esfuerzo correspondiente al País Vasco.
El Partido Popular buscó hacer de Madrid una especie de “oasis fiscal” en el centro de España. Esta política se unió a los recortes impuestos por la crisis, lo que se acompañó con un claro intento de los “populares” de privatizar la sanidad pública, con frecuencia a vendiendo hospitales a empresas con presencia de familiares y de próximos a los dirigentes del Partido Popular. Este último intento no ha llegado a desarrollarse del todo pues encontró una fuerte oposición social y solo se ha detenido ante sentencias judiciales.
Otra “hazaña” destacable del gobierno de la Comunidad de Madrid es la implantación en esta comunidad autónoma de la Ley 5/2012 (BOCM de 27.12.2012) de viviendas rurales sostenibles (ley “virus”), que autoriza la construcción de viviendas de hasta 900 metros cuadrados en suelo rustico, con la única limitación de que la finca tenga una superficie mínima de 6 hectáreas. Se puede así edificar hasta en suelo protegido.
Según la ley en cuestión el propietario está exento de realizar cesiones al ayuntamiento y el proyecto se puede aprobar con una simple licencia municipal. Dicha ley, que se estableció para legalizar ocupaciones masivas con viviendas de suelo forestal y de bosque, puede contribuir, de no corregirse, a la degradación de entornos naturales de elevado valor paisajístico en la provincia española más invadida por edificaciones y todo tipo de construcciones.
Los principales retos de un gobierno de centro o de izquierdas en la Comunidad de Madrid en la próxima legislatura son evidentes: Cambiar el injusto sistema fiscal del ejecutivo autonómico, frenar del todo la privatización de la sanidad pública, racionalizar el urbanismo madrileño, asediado por las grandes operaciones que los populares fomentan en Madrid (Chamartín, Campamento, Edificio España, operación Manzanares, Cuarteles), corregir las consecuencias de los recortes sociales, erradicar las ventas de viviendas sociales públicas a fondos de inversión..
En su libro “Filosofía Económica” (Editorial Gredos, 1966), Joan Robinson señala en el capítulo primero, “Metafísica, moral y ciencia”, que “lo característico de una proposición metafísica es que no puede justificarse, pero las expresiones metafísicas no están vacías de contenido, pues proporcionan asimismo un filón del que se pueden extraer hipótesis. No pertenecen al terreno de la ciencia y, sin embargo, le son necesarias”.
Del dominio de la Metafísica por parte del nuevo candidato socialista para la Comunidad de Madrid cabe esperar aportaciones, y ello para superar el mediocre y antisocial perfil que la política autonómica ha presentado en los últimos años en esta autonomía.
Una versión de este artículo se publicó en la revista semanal “El Siglo” de 2 de marzo de 2015 y se reproduce aquí con el consentimiento del autor
[1] En la Comunidad de Madrid a quienes lleva los hijos a un colegio de pago se les desgrava en el IRPF en concepto de gastos de escolaridad. Simultáneamente, es frecuente que en los colegios públicos, como el de las Escuelas Aguirre, en la calle Pio Baroja de Madrid, los niños deban de llevar en la mochila los rollos de papel higiénico. por falta de dicho material en los baños del colegio. Es una fiscalidad propia de un gobierno plutocrático.
Echo en falta por parte del autor el uso y abuso que han hecho durante sus legislaturas de los conciertos educativos.
Se trataba de aportar una visión «macro» de la C. de Madrid, sin profundizar en ningún tema. Los asuntos educación y sanidad han sido temas «estrella», sin duda, pero es que hay otros temas en Madrid que lo condicionan todo y se tocan con menos frecuencia, caso del territorio y de la política fiscal, esta ultima absolutamente regresiva. Con la politica territorial seguida se ha expulsado la industria de Madrid y se ha dejado una economía con un fuerte componente especulativo.No basta con mejorarla distribución de la renta , hay que empezar por preocuparse por el tipo de producción que se quiere para Madrid
No cabe duda que decir que fue algo abrupto el cambio de candidato en Madrid es lo más metafísico del artículo. Sin duda, licencias literarias del autor. Supongo. Lo demás merece una reflexión…
Por completo de acuerdo.
Pero ahora es momento de avanzar sin dejar de subrayar lo atípico del metodo
Es verdad. Gracias por escribirlo y darlo a conocer.
Los últimos datos del INE sobre evolución del precio de la vivienda confirman los peores augurios. En grandes ciudades como Barcelona ya se nota la especulación inmobiliaria, que ha llegado antes que las gruas. Esto va a ser Lloret todo el año, como celebra (sí, celebra) el eje CiU–PP que goibierna la ciudad. Veo muy útil el recordatorio de Julio Rodriguez sobre los efectos sociales de semejantes políticas. Se cumple la profecía de Galbraith: las burbujas reaaparecen cuando se borra en la memoria la burbuja anterior.
Miebntras q
Los ayuntamientos quieren que se construya aun sin necesidad de mas viviendas, por los ingresos que le aportan las licencias y otros tributos ligados. Vaahaber burbuja sin demanda fuerte de viviendas, y ello por la presión de los fondos de inversión y por la inundación de liquidez que va a provocar el BCE. La clave esta en el tipo de urbanismo que practican los municipios, urbanismo difuso y continuo, sin hacer ciudad