En 2023 la economía española registró un comportamiento positivo, a todas luces más dinámico que el del conjunto de la Eurozona. La acusada desaceleración del crecimiento en esta área económica afectará a la evolución de la economía española en 2024. El escaso dinamismo de la inversión productiva y el elevado endeudamiento son las debilidades que destacan en la evolución económica reciente de España.
En 2023 el PIB de España aumentó un 2,5%.La demanda interior creció en un 1,7%, mientras que el resto del mundo, a través del superior aumento de las exportaciones frente al de las importaciones, aportó 0,8 puntos porcentuales al crecimiento de la economía española. Consumo público (3,8%), exportaciones (2,4%) y construcción (2,2%) fueron los componentes más dinámicos de la demanda interior, destacando también el fuerte empuje del turismo a las exportaciones de servicios. En el cuadro macroeconómico de la economía española en 2023 desentonó el retroceso de la inversión productiva (-1,8%).
El mayor crecimiento económico de España en 2023 respecto de la Eurozona (2,5% frente al 0,6% de dicha área económica) estuvo acompañado de un importante incremento del empleo según la encuesta de población activa (3,8%) y en la afiliación a la Seguridad Social, que en diciembre de 2023 registró un aumento del 2,8%, correspondiente a una variación anual positiva de 574.000 afiliados. El aumento anual de las horas trabajadas fue el 2,0% en el cuarto trimestre de 2023.
Los precios de consumo se desaceleraron desde el 5,7% de 2022 hasta el 3,1% en diciembre de 2023. En dicha evolución influyó el descenso de los precios de los productos energéticos. El crecimiento medio anual del índice de precios de consumo, el 3,5%, fue levemente superior al de los salarios pactados en los convenios colectivos, el 3,45% en el conjunto del pasado año.
Un elemento destacado de la economía española en 2023 fue el fortalecimiento de la balanza de pagos, que registró un saldo positivo favorable, equivalente al 2,5% del PIB. En pocos años se ha dado un vuelco favorable a la situación del saldo exterior de España, en el que el papel de los ingresos por turismo ha sido decisivo. También ha destacado en 2023 el saldo positivo de las exportaciones de servicios diferentes al turismo.
La previsión de déficit público para 2023 se sitúa en el 4,1% del PIB, mientras que la deuda pública al final del pasado año ha debido estar por debajo del 110% del PIB. El aumento de los tipos de interés implica una mayor tensión sobre el déficit. También destaca el mayor esfuerzo fiscal adicional que se derivará de la actualización del sistema de financiación de las comunidades autónomas.
El año 2024 se presenta cargado de incertidumbres a nivel mundial y europeo. Lo que suceda en este año dependerá de la evolución de las fragilidades que el sistema económico mundial presenta, tras los contratiempos que han supuesto y aún siguen produciendo las crisis asociadas con la pandemia (2020), las dos costosas guerras que persisten al inicio de 2024 (Ucrania y Oriente Medio) y el rebrote inesperado de la inflación en 2021-22, que ha perdido fuerza al final de 2023 (Martin Wolf, “Los peligros acechantes de nuestro desorganizado e impredecible mundo”, Financial Times, 24.1.2024).
Las principales fragilidades del sistema corresponden a las consecuencias del cambio climático y a la crisis financiera que supone el aumento registrado por los niveles de deuda. También resulta problemático el ataque generalizado a los fundamentos de la democracia liberal en numerosos países occidentales, donde la demagogia populista fragiliza el diseño racional de la política económica. La presencia de líderes carismáticos que vacían el papel y el contenido de los partidos políticos no es la mejor receta para la democracia, como puede apreciarse sobre todo en Estados Unidos con el partido republicano. La emergencia de bloques de países con regímenes políticos autoritarios, con China a la cabeza, crea divisiones y conflictos de difícil solución.
El mundo actual resulta impredecible mientras no se atenúen las fragilidades citadas. En la Eurozona destacan los desequilibrios correspondientes al elevado endeudamiento público, cuando hay amplias inversiones estratégicas a realizar, y el débil crecimiento potencial, muy inferior en la Eurozona al de Estados Unidos. La fragilidad se acentuó a partir de las consecuencias de la pesada crisis financiera de 2008, en la que la sobreinversión inmobiliaria detrajo un ahorro imprescindible para inversiones alternativas muy necesarias. La recesión de la economía de Alemania explica buena parte del bajo crecimiento previsto para esta área económica en 2024, el 1,2%, que sigue al débil crecimiento de 2023, el 0,6%.
El débil crecimiento de la Eurozona no ayudará a que las exportaciones de la economía española aceleren el crecimiento de 2023. El aumento previsto para el PIB de la economía española en 2024 puede superar el 1,5%, dependiente sobre todo de la evolución de la demanda interna, donde es difícil que el consumo privado pueda repetir el crecimiento de 2023. Tampoco el consumo público podrá mantener una expansión como la de 2023, ante los ajustes fiscales que vienen de la Comisión Europea. El aumento del empleo se desaceleró en la segunda mitad de 2023. Los afiliados a la Seguridad Social crecieron en un 2,2% en el primer semestre de 2023, mientras que el aumento fue del 0,8% en la segunda mitad del año.
La economía española registrará, pues, una desaceleración moderada del crecimiento en 2024. El aumento del PIB volverá a superar el correspondiente a la Unión Europea y a la Eurozona. En este año habrá una variación positiva del empleo y descenderá de forma moderada la tasa de paro. La balanza de pagos de España volverá a registrar un claro superávit en 2024, ayudada por las buenas previsiones del turismo para este año. Las fragilidades de la economía española en 2024 son las correspondientes, en primer lugar, a la aparente debilidad de la inversión productiva, cuya influencia sobre la competitividad resulta trascendente, y donde está por ver el impacto que sobre esta magnitud tendrá la realización del gasto financiado por los fondos europeos Next Generation. En segundo lugar destaca el elevado endeudamiento público, cuya mayor o menor relevancia estará asociada con la evolución de los tipos de interés. Una menor polarización política de España ayudaría sin duda a mejorar tanto el clima económico general como las expectativas en las que se desenvuelven las decisiones de inversión.
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Una versión de este artículo se publicó en el diario digital Ojo Avizor-EU el 26 de enero de 2024. Se publica en esta WEB con autorización del autor