España va mal

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Por Bruno Estrada, miembro de Economistas Frente a la Crisis y adjunto al Secretario General de CCOO

 Este artículo no pretende ser un artículo catastrofista más, tampoco un texto que ponga en evidencia el innegable crecimiento de la desigualdad y la pobreza en España a pesar de la recuperación económica, ni los estratosféricos grados de corrupción alcanzados por los gobiernos del Partido Popular. En 2017 España acaba de recuperar el volumen de PIB previo a la crisis, después de una década perdida, es posible que a lo largo de este año recuperemos el nivel del PIB per cápita de 2008 pero ello se ha producido con una distribución mucho más desigual de la riqueza generada. Hoy en España hay más pobres y, a la vez, la mayor parte de los latifundistas de capital son más ricos que antes de la crisis. Es algo bastante obvio.

No, el objeto de estas reflexiones es poner el acento sobre un problema estructural de la economía española que a menudo no se analiza con suficiente en profundidad en la mayor parte de los informes de coyuntura económica, que al poner el foco en la evolución de unas décimas de incremento del PIB, del consumo o de la inversión, no ofrecen información sobre la estructura productiva que está emergiendo en nuestro país después de la crisis.

Una crisis significa, sobre todo, una alteración de las relaciones de poder, esto es, de la capacidad de imponer precios que hasta ese momento han tenido determinadas empresas y países. Por eso lo importante es analizar la evolución de nuestro país dentro del contexto internacional, así podremos saber si la recuperación de España va por el camino adecuado para garantizar el bienestar presente y futuro de todas y todos o, por el contrario, si vamos por el mal camino.

En los últimos siete años el PIB per capita español, tomando como base 100 el de EEUU de cada año, ha descendido en 7,3 puntos, pasando del 69,2% en 2008 al 61,9% en 2015. En relación con la eurozona la evolución del PIB per cápita español las cosas no son muy diferentes, hemos perdido nueve puntos, pasando de representar el 93,3% del PIB per cápita medio de la eurozona en 2008 al 84,3% en 2015. Estos datos muestran con meridiana claridad que estamos saliendo de la crisis por abajo, que nos estamos alejando de los países más desarrollados.

Según la Fundación BBVA-Ivie ello es debido a dos cuestiones que están estrechamente interrelacionadas: 1) las tasas de crecimiento de la productividad del trabajo se están reduciendo; 2) el tejido empresarial español es cada vez más minifundista, compuesto por una pléyade de pequeñas empresas con muy reducidos niveles de productividad. Las microempresas (menos de 10 trabajadores) tienen un enorme peso en el tejido industrial de nuestro país, aportando un 28% del valor añadido, una cifra muy superior al 16% que este tipo de empresas aportan al PIB en Alemania. Las microempresas españolas representan el 40,5% del empleo de nuestro país, mientras en Alemania solo el 19,2%.

El bajo crecimiento de productividad aparente del trabajo (en 2014 fue de un 0,3, en 2015 de 0,2, y durante el primer semestre de 2016 solo creció un 0,5) está lastrado fundamentalmente por la reducida productividad de las microempresas españolas, inferior en un 32% a la de las microempresas alemanas.

Estos datos muestran como los procesos de externalización productiva se han desarrollado en mucha mayor medida en nuestro país que en Alemania, ya que esta ha sido una de las principales estrategias adoptadas por las grandes y medianas empresas españolas para incrementar su productividad, que es muy similar a la de las alemanas.

Este mayor recurso a la externalización productiva como modelo de gestión empresarial ha sido favorecido por las reformas laborales impulsadas por el PSOE en 2010 y 2011, y por el Partido Popular en 2012. Los bajos salarios, la precariedad laboral y la creciente desprotección del trabajador en la contratación ha sido la principal política industrial desarrollada por los últimos gobiernos en nuestro país. Los efectos son evidentes: suponen un palmario incentivo para que se desarrollen proyectos empresariales de escaso valor añadido. Es una política laboral-industrial que fomenta el crecimiento de un tejido empresarial poco productivo, que apenas incrementa valor añadido, que apena incorpora conocimiento a los procesos productivos. De está forma la inserción de las empresas españolas en las cadenas globales de producción se está haciendo por abajo. Las empresas españolas tienen que salir fuera, sí, pero no de cualquier manera.

Un mercado laboral cada vez más deteriorado tiene otras graves consecuencias: los trabajadores más formados, en gran medida jóvenes, buscan fuera de nuestro país aquellos empleos que tienen una retribución acorde con el esfuerzo formativo que han realizado. De esta forma las empresas españolas están perdiendo el capital humano de miles de jóvenes trabajadores formados en nuestras universidades y centros de formación.

Asimismo la política presupuestaria desarrollada hasta ahora, basada en una errónea austeridad fiscal, ha eliminado multitud de proyectos públicos de investigación y de modernización de infraestructuras. En 2016 el peso de la inversión pública en España alcanzó un mínimo histórico en las últimas dos décadas, un 1,9% PIB, siendo uno de los más bajos de la UE, solo por delante de Portugal.

El resultado de todo ello es una creciente especialización productiva de las empresas españolas en aquellas partes de los procesos que menos complejidad incorporan, que menos productividad incorporan. El problema de las empresas españolas no es tanto una especialización en sectores con bajo valor añadido, sino que, independientemente de que en que sector operen, tienen muchas dificultades para producir bienes superiores. Los bienes superiores son aquellos productos que su demanda crece a pesar de que sus precios se incrementen porque la confianza de los consumidores sobre la calidad de dichos bienes determina que estén  dispuestos a pagar un mayor precio por ellos.

Tal como indicó Joseph Stiglitz en su artículo “The causes and consequences of de dependence of quality on price”, publicado hace ya treinta años, la existencia de mercados de bienes superiores hace que la tradicional competitividad vía reducción de precios no sea una garantía para que las empresas aumenten su cuota de mercado, eliminando a los competidores con mayores precios y salarios. En países con un elevado volumen de consumo de bienes superiores las bajadas de los salarios no reducen sustancialmente el desempleo, tan solo contraen la sofisticación de la demanda e, indirectamente, la capacidad de producción de bienes superiores.

Para que los mercados de bienes superiores crezcan en un país tiene que haber una extensa clase media capaz de crear una robusta demanda sofisticada que no se guíe solo por el precio en sus decisiones de consumo. Un camino inverso al que ha recorrido nuestro país en los últimos años.

Un país con un elevado volumen de empresas con poder de mercado, capaces de crear bienes superiores, de imponer precios, pondrá en marcha un círculo virtuoso que permitirá una mejora de las condiciones salariales del conjunto de los trabajadores. Por el contrario, en un país cuya estructura productiva se caracterice por un creciente peso de empresas precioaceptantes posicionadas en mercados low cost, en los que el elemento determinante de la competitividad sea el precio, el número de trabajadores pobres se incrementará extraordinariamente.

Según el Índice de Complejidad Económica elaborado por el Observatorio del MIT Media Lab perteneciente al Instituto de Tecnología de Massachusetts, España estaba en el año 1995 en un puesto similar al de Corea del Sur, Singapur o Chequia, propio de países de tecnología media. En estos últimos veinte años nuestro Índice de Complejidad Económica ha pasado de un 1,32 a un 0,94. España ha perdido posiciones de forma evidente, es decir, estamos en términos de comparación internacional peor que la Corea del Sur de hace veinte años.

La mayor parte de la estructura productiva de nuestro país va a salir de la crisis habiendo bajado unos cuantos escalones en las cadenas de valor global. ¿Es posible revertir esa situación? Sí, con otras políticas, con otro gobierno.

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Asociación Economistas Frente a la Crisis

4 Comments

  1. Pilar el junio 21, 2017 a las 6:41 pm

    Ya el título sensacionalista ESPAŇA VA MAL que invita a no leer precisamente por catastrófico, nos recuerda aquel de ESPAŇA VA BIEN, ilusorio y que nadie nos creímos.
    ¿No hubiera sido mejor titular este artículo como un PROBLEMA ESTRUCTURAL DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA, que es precisamente lo que refleja el contenido de lo escrito?
    Copias invertidas no suelen ser atrayentes y generan una desazón tan grande como la original.
    La moda de hoy ha terminado hablando en lenguaje telegráfico. ¡Todo tiene que ser rápido e impactante! y, por ende, desechable de entrada.
    Sin embargo, en este caso, me he sobre puesto al título y he leído su contenido en el que usted desmenuza algunas de las características que intentan justificar el título. No entro en la veracidad o no de los contenidos. Hoy sólo me refiero a la estética y a la originalidad de una presentación que invite a la lectura.

    • XAVIER HOMS el junio 22, 2017 a las 9:18 am

      Yo si entro en el Fondo, y no es mucho mejor que las formas.

      Lo primero habla de PIB y PIB per capita, y se olvidan de algo fundamental a la hora de comparar diferentes escenarios. No es lo mismo el mismo PIB con Superavit Presupuestario, que era lo que teniamos antes de la crisis, que con un deficit del 4%. Ni es lo mismo una Deuda Pública del 40% del PIB con una Deuda Pública de más del 100%,
      El deficit implica que el «Estado» sostiene artificialmente a la Economía. Y la Deuda, que parte importante de sus iingresos van a pagar ese sostenimiento artificial.
      Luego sólo eso, ya explicaría que un PIB identico pueda significar condiciones de vida, mucho peores. Cuando lleguemos al Superavit Presupuestario y a una Deuda Pública del 50%, entonces hablamos de situaciones equivalentes(Algo que probablemente no lo veré en lo que me queda de vida).

      Después esta el Mantra, transferencia de riqueza entre ricos y pobres. Oigan, los países ricos, lo son, pq tienen muchos ricos. Y los pobres, pq no los tienen. España es más pobre, pq ha perdido buena parte de su clase media. No pq ahora haya muchos más ricos. No es que la bolsa sea un varemo muy fiable, pero algo si indica sobre la situación de las grandes empresas de un país. Y la bolsa esta mucho más baja de lo que estaba en el 2007. Donde esta esa riqueza que han acumulada las grandes empresas si valen mucho menos que hace 10 años?(Y además sabiendo que hay doble trampa en los Indices bursatiles españoles. Por un lado la mayor parte de las grandes empresas «sobrevivieron» a base de ganar dinero fuera de España, no en España. Y eso hizo que su valor bursatil no se derrumbara. Y después, todas las empresas caidas durante la crisis, y alguna gorda ha habido, apenas se traslada a los indices pq a la que baja su valor, es sustituida por otra. Pero en la vida real, los accionistas pringan, no sustituyen nada. Sino que se lo cuenten a los accionistas de Bankia, de Abengoa, del Popular y cia).

      Después habla de Stiglitz, Mr. Donde dije digo digo Diego. El Sr. Stiglitz tb dijo en el 2008, que lo que había que hacer en España es devaluar los salarios un 20%.

      Y hablar del reparto de riqueza entre las naciones, usando un libro de «30 años», es, y eso es lo grave de este hilo, no haber entendido absolutamente nada. Pero nada de nada.

      La globalización es transferencia de riqueza de paises ricos a paises pobres. Y lo es a base de mano de obra barata, que es la única forma de sacar de la miseria a miles de millones de personas en pocos años.

      En lo único que tiene toda la razón es en los párrafos finales. Algo de lo que deberían estar hablando este tipo de bloggs y del que sólo hablan tangencialmente.

      La forma de adaptarse a la Globalización en España en los últimos 25 años es para fusilar a todos los políticos de este país. De derechas y de izquierdas. Y de centro, tb, tb. Y diria que la mayor parte de Economista deberían ir detras.

      Mientras unos países hacían reformas integrales para intentar ganar competitividad y sufrir lo menos posible las consecuencias de la globalización, aquí nos dedicamos a promover sectores autarquicos, como la Construcción, las Infraestructuras y el Turismo. Pan para hoy y hambre para mañana. Y suerte que el Yihaddismo no ha permitido la competencia por precio de muchos países turisticos, que sino pasaríamos más hambre que en Eritrea.

      Ahora bien, la solución no es sencilla. De hecho, el problema es que no hay solución. Hay parches. Se ha de aumentar el tamaño de las empresas, incrementar su productividad-competitividad, favorecer las exportaciones, etc, pero eso, incluso haciendolo muy bien, tiene sus limites. No hay ningún gran país en el mundo donde el 20-25% de su PA trabaje en Sectores de muy altro valor añadido.

      Bueno en todos ellos no. Vuelven a mentar el nombre de Keynes en vano. No entienden que Keynes hablaba de «estimulos». Y que los «estimulos» tienen un problema, han de tener una duración específica, no son eternos.

      Los problemas estructurales, que son los que tiene la Economía Española, necesitan soluciones estrucuturales. Y estimular artificialmente el consumo interior, es cualquier cosa, menos una solución estructural.

      Recuerdan el Crédito Barato, la Burbuja inmobiliaria, los Cheques bebe?. Recuerdan como acabó? Recuerdan para lo que sirvió el Plan E?(Eso sin contar que estamos por encima del Deficit y del limite de Deuda de la UE y por tanto que no tendríamos el apoyo del Banco Central Europeo para ello)

      No es que ahora seamos más pobres. Es que durante 10 años fuímos, artificialmente más ricos. De hecho, a nivel de competitividad-productividad, España NUNCA fue un pais rico. (Es un poco como lo de Grecia, tu no puedes pretender tener el nivel de vida de Dinamarca, si tienes la productividad de Marruecos. Simplemente, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible).

      Alguiien tiene algo que aportar de como incrementar la competitividad-productividad de España? Alguna propuesta «razonable» y factible? Yo, desde luego no la tengo. Si la tuviera supongo que me darían el Nobel de Economía. A otros se lo han dado por mucho menos(Y no hablo sólo de Stiglitz, que tb).

      Tampoco veo muchos candidatos al Nobel en este blogg.

  2. Julio Rodriguez López el junio 22, 2017 a las 12:25 pm

    La conexión de la baja productividad con la nueve normativa laboral, lo mas relevante del articulo. Echo en falta alguna alusión al fuerte aumento reciente de las exportaciones.

  3. XAVIER HOMS el junio 22, 2017 a las 3:38 pm

    No creo que la Reforma Laboral tenga nada que ver con el bajo crecimiento de la productividad en España. De hecho es un lacra que viene de muy lejos. Y yo diría que tras unos años de incrementos de productividad mayores que la tendencia en los últimos años(En los años de mayor crisis la productividad incremento bastante, por la simple razón de que bajaron muchisimo las horas trabajadas).
    Aquí hay un informe muy detallado sobre la misma y pinta mal.
    https://www.ecb.europa.eu/press/key/date/2016/html/sp161130_1.es.html

    La Reforma Laboral se hizo básicamente por dos razones. Una a C/P y una a M/P-L/P. A CP se trataba de intentar aprovechar cualquier mínimo repunte de la actividad económica para convertirlo en creación de empleo. Algo que históricamente en España no pasaba sin un crecimiento económico por encima del 2% anual. Y esa función la cumplió pq se ha creado mucho más empleo del que en % se hubiera creado con crecimientos que excepto en el último año y medio, habían sido aún muy timidos.
    Empleo mayoritariamente muy precario, claro. Pero con un 25% de Paro, pocos ascos se le pueden hacer a cualquier empleo que se cree.

    Y la segunda, intentar acabar con la dualidad del Mercado de Trabajo español. Donde hay unos trabajadores o bien públicos o bien privados, pero con muchos años de antiguedad en sus empresas, que son prácticamente intocables. Mientras casi la otra mitad del Mercado Laboral español, y no ya sólo los jovenes, son trabajodores con contratos basura con costes de despido ridículos.

    Esta estructura no sólo es muy injusta, es catastrófica para la Economía española. Las crisis suponen unos incrementos de paro altísimo, dada esa alta precariedad, el ajuste laboral es muy barato(Sólo una parte de él).

    Pero es que encima de barato, injusto y antisocial es antieconómico, pq buena parte de esos precarizados son los trabajadores mejor preparados, con mayor productividad o al menos que más rentables les salen a las empresas. Y que simplemente se prescinde de ellos a las primeras de cambio, pq su coste de despido es casi nulo, mientras que los «intocables», además de tener casi garantizado su lugar de trabajo, muchas veces son los menos rentables para las empresas.

    Así como la Ley de Arrendamientos Urbanos del 44 ha sido castastrófica para el mercado de alquiler de viviendas y lejos de proteger a los inquilinos a la larga ha fastidiado a casi todo el mundo. Igual de Paternalistas eran algunas leyes laborales franquistas y lejos de proteger a los trabajadores, ha acabado fastidiando a la inmensa mayoria de ellos.

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