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Por Economistas Frente a la Crisis
22 de Agosto 2012
Soria y Montoro no comprenden lo que está pasando en el Sector Eléctrico y no saben cómo ni por donde empezar una reforma que es imprescindible -esta sí- para aumentar la competitividad de la economía Española. Están paralizados. Es miedo escénico. Pánico ante el poder de las empresas eléctricas agrupadas en UNESA. Mientras tanto, continúa la sangría del Déficit Tarifario para los consumidores y para la solvencia financiera del Estado.
Las propuestas puestas sobre la mesa por Soria no tienen sentido. Economistas Frente a la Crisis las analizó y cuantificó cuando fueron filtradas por la prensa. Montoro -nos dicen- que no está de acuerdo. Pero tampoco dice cuales serían sus alternativas.
Mientras tanto, incertidumbre y deterioro en un sector de actividad que podría contribuir a cambiar el modelo productivo que nos trajo ésta crisis.
Economistas Frente a la Crisis analiza la contrareforma que el Gobierno está discutiendo:
12 de Julio de 2012
Hay mucha confusión, y ciertas informaciones contradictorias en relación con la reforma que el Gobierno prepara para el Sector Eléctrico. Al parecer esa reforma se orientaría, tal y como anunciaron Mariano Rajoy en el Congreso y el Ministro de Industria en TVE, a través de un cambio de la “fiscalidad energética”. La Agencia Europa Press anunciaba una tasa sobre la generación eléctrica “homogénea y no discriminatoria entre tecnologías”, medida sobre la que ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS ya se pronunció el 10 de Julio de 2012 (http://wp.me/p1HlFd-Si). Dos días después en los periódicos nos encontramos con algo muy distinto: un impuesto de 10 € MWh y de 15€ MWh para nuclear e hidráulica, prolongación de su vida útil en 10 y 20 años respectivamente; impuesto del 4% sobre la facturación del Régimen Ordinario; e impuestos del 11% para eólica, 13% para termosolar y 19% para fotovoltaica.
No sabemos qué va a decir el Consejo de Ministros por las discrepancias que parecerían existir entre el Ministerio de Industria y el Ministerio de Hacienda en torno a esta cuestión. Pero la importancia del tema merece algunas reflexiones sobre las distintas medidas puestas sobre la mesa por la información que se filtra.
La primera valoración que queremos transmitir es de cautela: las señales que llegan en cuanto a la voluntad del Gobierno de atajar la sobre-retribución de nucleares e hidroeléctricas podrían ser positivas. Ningún otro gobierno antes lo había hecho, excepto cuando en 2006 los windfall profits de estas tecnologías fueron parcialmente minorados por el valor de los derechos de emisión (minoración que en 2009 sería no obstante anulada). Pero ¡atentos!, las medidas en relación con estas tecnologías pueden ir en sentido distinto al que se podría desprender de un análisis preliminar.
Por otra parte, lo que se anuncia en cuanto a la fiscalidad de las energías renovables podría ser letal para este sector desde todo punto de vista imaginable.
Veamos:
Impuesto del 4% sobre la facturación de las centrales que operan bajo la regulación del Régimen Ordinario:
1- El impuesto del 4% a la facturación de la energía que generen las centrales del Régimen Ordinario, en la medida en que recae sobre la la facturación de las centrales marginales (carbón y ciclos combinados), se trasladará a los precios con los que es retribuida la totalidad de la energía en el mercado. Por ello, el Régimen Ordinario recuperará el impuesto del 4% en su totalidad vía el aumento de precios. En definitiva, quien realmente pagará este impuesto serán los consumidores y no las empresas eléctricas propietarias de las centrales. Es, por consiguiente, un impuesto claramente inflacionista que tendrá como destino pagar a esas mismas empresas.
Medidas adicionales sobre las centrales nucleares:
2- El impuesto de 10 € MWh a la generación nuclear no podrá ser traspasado a precios por tratarse de una tecnología inframarginal. Con este impuesto, se estarían detrayendo aproximadamente un tercio de los windfall profits de las centrales nucleares. Naturalmente, la cuantía de los windfall profits depende del precio de mercado, y un impuesto fijo por MWh puede tener menores o mayores efectos sobre esa detracción. Es decir, no es lo mismo que el precio del mercado eléctrico sea de 55€ MWh, o que sea de 70€ MWh- porque en ese caso los 10€ MWh significarían menos de un tercio de los windfall profits de nucleares.
3- No obstante, esta detracción parcial de sus windfall profits podría ser sólo aparente si va acompañada – como también recoge la prensa – por una prolongación de la licencia de explotación de las centrales nucleares por diez años, más allá del final de su actual vida útil en la década de los años veinte. Si esto se confirmara, el cobro del impuesto de 10 € sería un cobro adelantado al presente de sólo parte de los enormes beneficios que esa prolongación de la vida útil suministraría a las empresas propietarias de las centrales nucleares, todas ellas integradas en UNESA.
4- Un cálculo muy grueso permite aportar algunas órdenes de magnitud sorprendentes: el efecto neto de las medidas sobre nucleares supondría un regalo de 8.150 M€ (que se descomponen en mayores beneficios por la prolongación de 15.670 M€ y 7.520 M€ por el impuesto) para las empresas eléctricas propietarias. Veamos por qué:
Un MW nuclear, que vea prolongada su vida útil diez años más, aumentará sus beneficios en 2 M€. Por el contrario, para un MW nuclear con una vida remanente de 12 años, el impuesto de 10 € MWh le supondrá un pago algo menor de 1 M€. Es decir, la prolongación de la vida útil menos el impacto del impuesto, estaría regalando a cada MW nuclear algo más de 1 M€. Todo esto, multiplicado por el número de MW nucleares en España (7.777 MW), asciende a 8.148 M€. [Estos cálculos se han hecho bajo el supuesto de que el precio medio del mercado eléctrico se sitúa en 55€ MWh, el coste medio de las centrales nucleares es de 20€ MWh, y su tasa de disponibilidad es del 92%; no se está teniendo en cuenta el factor de descuento pero tampoco subidas en el precio del mercado eléctrico, que es dependiente del precio de los combustibles fósiles en los mercados internacionales. Naturalmente, la cuantificación de los efectos depende en cierta medida de la micro regulación que acompañe estas medidas, pero en cualquier caso no se alterarían significativamente estos cálculos gruesos.]
5- A esto habría que añadir que, durante el resto de su vida útil, las centrales nucleares seguirían manteniendo dos tercios de sus windfall profits, que podrían ascender, bajo estos mismos supuestos, a 18.600 M€.
Medidas adicionales sobre las centrales hidráulicas:
6- El impuesto anunciado en prensa sobre la producción hidroeléctrica es de 15 € MWh. Dado que estas centrales operan en punta, los precios que perciben son, aproximadamente, un 30% superiores a los precios medios del mercado; es decir, en torno a los 70 € MWh. Así, con un coste medio estimado en 10 €MWh y un impuesto de 15 €MWh, el windfall profit que mantendría la hidráulica por MWh producido sería de 45 €MWh; es decir, un 75% de sus windfall profits. La producción hidráulica media anual en los últimos 5 años ha sido de 27.574 GWh: multipliquen. Cada año, la producción hidráulica mantendrá, a pesar de la tasa, unos windfall profits de aproximadamente 1.240 M€ – sin que se sepa (porque la opacidad es completa) cuáles son los años de vida media remanente de las concesiones existentes-.
7- La percepción de estos windfalls se extendería, además, otros veinte años gracias a la prolongación de las concesiones hidroeléctricas que, al parecer, también podría estar contemplando el Gobierno como compensación a la implantación de estos impuestos. Al retrasar en veinte años las subastas por las concesiones hidroeléctricas, el Estado estaría renunciado a percibir 24.800 M€ que sería, precisamente, el valor de esas concesiones sacadas a subasta, valor por otra parte muy superior al que va a detraer con la tasa. [Como se ha explicado en el punto 4 anterior, tampoco aquí se están teniendo en cuenta ni el factor de descuento ni las subidas en los precios del mercado].
Impuestos sobre la facturación de las energías renovables:
8- Los periódicos anuncian un impuesto del 11% sobre la producción eólica, del 13% sobre la termosolar, y del 19% sobre la fotovoltaica del 19%. Estas tecnologías reciben una tarifa fija, establecida por las normas retributivas previas a que los inversores efectuaran las inversiones. Por esta razón, y a diferencia de las tecnologías del Régimen Ordinario, la tasa sobre las renovables no podrá ser traspasada a precios. Tampoco se beneficiarán, con la excepción de la eólica a mercado, del incremento de precios debido a la traslación del impuesto del 4% a los precios que perciben las centrales del Régimen Ordinario.
9- Estas tecnologías tienen unos costes variables muy cercanos a cero, por lo que sus costes medios son en un porcentaje que oscila entre el 80% y el 90% costes hundidos. Carecen en consecuencia de capacidad para ajustar sus costes a la disminución que estos impuestos suponen sobre sus ingresos. En definitiva, el efecto de estos impuestos es confiscatorio porque no se aplica sobre márgenes sino sobre ingresos presentes y futuros que tienen como destino, no pagar costes presentes y futuros, sino costes ya incurridos en el momento de la inversión. Estaríamos en consecuencia, si las informaciones se confirman, ante una medida extrema retroactiva de primer grado y por consiguiente, inconstitucional, aunque sea tramitada como proyecto de Ley.
10- Más allá de estas consideraciones, estas medidas implicarían para muchos inversores una situación de default, con las consiguientes consecuencias sobre las posiciones acreedoras en estos inversores del sistema financiero así como sobre los capitales invertidos. Y aún más allá, generarían un derrumbe de la seguridad jurídica y confianza legitima en las normas emitidas por el Estado español que no sólo afectarían de manera letal a las inversiones futuras en tecnologías renovables sino también a la confianza de los inversores en otros sectores de la economía española.
11- En otro orden de cosas, las futuras inversiones que sean necesarias para cubrir los incrementos de demanda de energía eléctrica, incorporarán estas tasas en sus ofertas, con efectos inflacionistas, no solamente en el corto plazo, como ya se ha explicado en relación con el diseño de mercado actual, sino también a futuro.
Todo lo anterior, dicho con toda cautela porque analiza sólo informaciones dadas por los medios de comunicación, conduce a conclusiones a las que cuesta poner un calificativo. Estaríamos ante un desafuero de proporciones mayúsculas agazapado detrás de una política fiscal que aparenta una redistribución de ingresos entre consumidores y empresas a favor de los primeros. Pero no es así. Es lo contrario. Las apariencias, como tantas veces, engañan.
En esta crisis, como siempre ha pasado en todas las crisis, hay ganadores y perdedores. Una vez más las grandes empresas eléctricas verticalmente integradas serían las grandes ganadoras. Los perdedores, los consumidores. Y con ellos, los inversores en tecnologías renovables que han iniciado en este país el cambio del modelo productivo que caracterizaba al Sector Eléctrico, tanto desde una perspectiva tecnológica cómo corporativa e industrial.
Si este desafuero fuera adelante, estaríamos dando un paso más hacia atrás, alejándonos de la estación de la que sale el tren del progreso, de la recuperación de la competitividad de la economía española, del cambio del modelo productivo que necesitamos para salir de esta crisis, prolongando los riesgos nucleares, abandonando los esfuerzos por contener el cambio climático, renunciando a la independencia enérgética, gravando nuestra balanza de pagos.
ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS nació con la vocación de poner el pensamiento económico al servicio de los ciudadanos, conscientes de que los cuellos de botella para que fluya el progreso se encuentran en la política. Y en la política queremos influir para que las decisiones que tomen nuestros representantes legítimos acierten en la defensa de los intereses generales. Éste es el único interés de las notas que preceden.
Aquí no hemos tratado todos los temas que la prensa anuncia en relación con las próximas iniciativas del Gobierno en materia energética. Pero seguiremos profundizando en el tema y contribuyendo al debate con nuestros conocimientos, siempre al servicio de todos quienes compartan nuestras preocupaciones.
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