Como en el resto de los colectivos, no todos los economistas son ( somos ) iguales. Sin embargo , los economistas, en su conjunto, se han ganado a pulso cierto descrédito por no haber anticipado la crisis financiera de 2008, y, sobre todo, por no haber propuesto medidas adecuadas para evitar que la salida de esta crisis esté acentuando las desigualdades, la precariedad, la degradación de los servicios públicos así como la creciente concentración del poder económico y mediático.
Hay razones ciertas para este reproche, ya que los economistas – muy en particular los que trabajan en los principales organismos internacionales, como el FMI y la OCDE – validaron la globalización desregulada del capital financiero, facilitada por las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Y, sin duda, esa desregulacion de las finanzas esta en el origen de todo lo acaecido desde la caída de Lehmann Brothers, hace ahora casi diez años.
Una de las pocas economistas que anticipó lo que iba a suceder fue Anne Pettifor, en su libro » La próxima crisis de deuda del Primer Mundo», en 2006. Pettifor, profesora de Macroeconomía en la City University de Londres, miembro de la Fundación New Economics y asesora del líder laborista Jeremy Corbyn, es un buen ejemplo de economista comprometida con la justicia y con la equidad.
En 1998 organizó el movimiento «Jubilee 2000», reclamando de los países más ricos la condonación de la deuda pública de los países más pobres ; la adhesión a esta causa por parte de más de 70.000 personas- entre ellas, el papa Juan Pablo II, Bill Clinton y Gordon Brown -,llevo en efecto a los gobiernos del G8 a acordar, en 1999, la condonación de 100 millones de dólares a los 35 países más pobres del mundo.
Y Pettifor está también impulsando la plataforma para un «New Green Deal», apoyando la transición ecológica de la economía, coherente con los límites biofisicos del planeta, desde una posición socialdemócrata reforzada.
Todo lo anterior me hizo aceptar con mucho agrado,hace unos días, el papel de presentadora del último libro de Anne Pettifor » La producción del dinero: cómo acabar con el poder de los bancos», recién editado en castellano.
En este libro, la autora se esfuerza por desterrar el mito de la consideración del dinero como una mercancía más, y desvela la perversion de un sistema financiero que controla las decisiones políticas, hasta tal punto que podemos estar cerca de una nueva crisis global por no haberse corregido la ausencia de gobernanza global de dicho sistema.
Pettifor es especialmente crítica con las » políticas de austeridad» impulsadas por los organismos internacionales – que ahora se desdicen parcialmente de las mismas – , y aplicadas con desvelo por las instituciones europeas, bajo el impulso rotundo de Alemania.
La socialdemocracia no reacciono adecuadamente ante estas politicas, a pesar de estar dictadas, como bien señala Pettifor, «por una ideología… que persigue la drástica reducción del Estado, unida al fundamentalismo del libre mercado..una ideología mi y arraigada hoy en los ministerios de Hacienda de casi todos los gobiernos occidentales»…
Y esa es, precisamente, una de las causas, según Pettifor, del declive de la socialdemocracia, incapaz de aparecer, ante los ojos de los perdedores de la globalización financiera, como garantes de un profundo y urgente cambio de rumbo de las políticas económicas.
Uno de sus principales referentes es J.M. Keynes, que, como recuerda la autora, » fue implacable en su exigencia de que el sector financiero se hallase subordinado a los intereses de la sociedad y defendió activamente la ‘eutanasia de los rentistas’…»
Durante la presentación de su libro, Anne Pettifor se mostró convencida del poder de los ciudadanos, cuando están adecuadamente informados, y de la consiguiente capacidad de cambiar las instituciones democráticas , de forma que regulen y controlen mejor a los mercados, en particular al mercado financiero.
Asimismo, Pettifor lamentó que la perspectiva de la creciente introducción de » maquinas inteligentes» pueda interpretarse como un pretexto para renunciar al objetivo del pleno empleo – de un empleo»decente», en los términos acuñados por la OIT. En palabras de Anne, «El desafío del cambio climático junto con el del envejecimiento de la población comportan nuevos nichos de actividad, intensivos en mano de obra, para dar respuesta a nuevas necesidades de la sociedad».
La crisis «petó» en el 2008 pero ya avisaba desde 2005-2006, y a los especialistas no se les ocultaba la situación, si no se hubiese mirado para otro lado apretando el acelerador de la banca y el capital, especulando y acaparando mercado, inmobliario e hipotecario, salvajemente.
Estaba previsto, todo estaba bien previsto, desde la explosión de la burbuja, pasando por los embargos, subastas y adjudicaciones muy por debajo del precio de mercado, bien tasado claro; la creación de «bancos malos» (¿hay alguno bueno?), impedir sus quiebras, fusionar cajas y reconvertirlas en bancos, fusionar éstos y rescatar a «los malos» para que no quiebren «perjudicando con ello a los accionistas» (¿a acuales?).
Estamos en el País del Chorizo, del Mangante, del Poltronero, y solo hacemos que publicar sandeces en las redes. Me hace gracia que la mayoría de quienes publlcan algo surgido de su «indignación» lo hagan como si tuviesen delante al causante de la misma. En lugar de debatir y dialogar en y con el foro en el que participan.
El país de las españas es difernte, ciertamente.
Salut!
Me he quedado con las ganas de saber algo relacionado con el título del libro…(y que no esté basado en dogmas o ingenuidades similares).