PODEMOS, el nuevo adversario

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José Molina es Doctor en Economía, Sociólogo y miembro de Economistas Frente a la Crisis / Murcia

Podemos es un adversario construido entre todos y alimentado desde el deseo de cambio porque esto no hay quien lo soporte.

Adversario es la persona o grupo que compite por los mismos objetivos. En el espacio político-social ha surgido un adversario, que se presenta como producto no contaminado porque no ha  cursado con los condicionantes de la “transición”, ni se ha relacionado con el poder de los mercados. Ahora tenemos un adversario que juega con la frescura y nuevos aires recogidos en las calles y las plazas, que denuncian sus discrepancias con la radicalidad que la vida está tratando a los ciudadanos en esta crisis del sistema. Podemos es un adversario construido entre todos y alimentado desde el deseo de cambio porque esto no hay quien lo soporte. La ‘chica del gin tonic’ es un cartel perfecto.

La política no se concibe sin adversarios, y a ser posible más de uno, porque con solo dos rivales la competición resulta aburrida. El nuevo ‘adversario’ ha entrado en la escena política con fuerza, como ocurrió en Italia con ‘Cinco Estrellas’. Con sus diferencias, pero por similares motivos del desencanto provocado por los partidos tradicionales. Es la visión de la calle y conjuga las demandas ciudadanas. Su organización en ‘círculos sectoriales’ es un modelo que se ha utilizado por otros movimientos y en otros tiempos.

Estos movimientos son una especie de corriente de ‘neo-humanismo’ que surge de las promesas incumplidas  de unos partidos que han olvidado la cartografía que dio sentido a sus proyectos. La respuesta es un ‘calidoscopio’ político, multicolor, sumatorio de múltiples mareas y reivindicaciones sociales puestas de manifiesto en estos tres años de recortes sin precedentes, los cuales han encontrado esa lógica beligerante de una ciudadanía dispuesta a luchar contras las contradicciones del sistema. No son hijos sumisos sino que, en gran medida, son el producto de la reacción zigzagueante que las paradojas de la vida ha puesto de manifiesto en las asimetrías de instituciones, proyectos, derechos y convivencia.

Practican un cierto ascetismo, que apunta a testimoniar sus aspiraciones y que tiene gran valor en su puesta en escena. Son críticos y provocadores, controlando el riesgo, y sus experiencias están en el banco de prueba. Hasta ahora han abierto puertas para que los ciudadanos perciban lo que hay oculto en las instituciones.

Están creando nuevos espacios para dejar en la obsolescencia los enfoques patriarcales que nos han gobernado. Su compromiso es con las ‘redes de la vida’ como nuevas guías de acción ciudadana con evidentes efectos creativos. ¿Tendrá efectos positivos en la política? Es una apuesta por un nuevo orden a partir del desorden de una sociedad en crisis y, en mi opinión, se equivoca el que lo considere un efecto casual. Si se aprovecha su energía positiva pueden ser una herramienta eficaz para enfrentarse a lo negativo del sistema en un esfuerzo por construir una sociedad que, sin enfrentamientos, apoye a los que más problemas tienen sin resolver. Es hacer una política desde la sociología de lo nuestro, con sintonía con otros movimientos de la vida, para hacer entre todos un proyecto de lo que nos es común.

Han sabido sumar el deseo flotante de ‘nosotros’ con un proyecto inclusivo, bienintencionado, colaborativo, para convivir mejor. Los tintes más radicales y alternativos constituyen su jabalina para saltar el gran obstáculo de una política que valora más la aritmética del voto que la construcción de una sociedad sin desigualdades. El reto es superar las diferencias, el pensamiento neoliberal, que nos respeten los derechos de los ciudadanos y erradicar la corrupción. Y todo ello, si se piensa y se actúa ‘juntos y con’ la ciudadanía y sus demandas para cambiar esta sociedad.

Se precisa que este pensamiento invada la vida para recuperar los bienes del pro-común, los materiales (agua, energía, medioambientales, etc.) y los inmateriales (lengua, comunicación, convivencia y cuidados, etc.), para no privatizar más cosas. Podemos disfrutar de muchas cosas comunes y no darle al ciudadano una visión de “la complejidad” de la vida, para justificar que las estructuras nos sigan ahogando. Podemos encontrar soluciones, podemos y yo creo que debemos intentarlo.

Publicado en el Diario La Verdad (31/8/2014)

 

About José Molina Molina

Doctor en Economía y Sociólogo, es Presidente del Consejo de la Transparencia de la Región de Murcia y miembro de Economistas Frente a la Crisis EFC

No hay comentarios

  1. Isabel el septiembre 4, 2014 a las 10:30 am

    Muy bueno este artículo

  2. Rafael Mª Bascón Morales el septiembre 4, 2014 a las 7:33 pm

    Podemos y ya estamos en el proceso. La estrategia que sigamos ha de elaborarse son el corazón y no con el ego o la exclusión. Un proceso de elaboración y participación colectiva que respete las individualidades, pluralidades, basado en el diálogo, el consenso y el acuerdo. ¿Es posible colaborar por una sociedad sin miedo, creativa y capaz de resolver nuestros retos? Si. !Adelante compañeros, compañeras, lo estamos consiguiendo!

  3. MARISA el septiembre 4, 2014 a las 8:05 pm

    Muy de acuerdo con la necesidad de encontrar aire limpio y fresco que nos alivie de este ambiente rancio, sucio y agobiante. También estoy de acuerdo que el método organizativo no es nuevo. Anarquistas y comunistas libertarios lo han practicado a lo largo de su historia. Pero PODEMOS tiene mucho que demostrar todavía. Aprecio demasiado personalismo, lo que es muy propio en los partidos tradicionales pero, si no se tienen las cosas claras, puede acabar con la democracia directa que pretenden. Las caras visibles de una organización así han de aprender que no son mas que portavoces de la voluntad mayoritaria de los círculos, es decir, que no son «los jefes» sino unos meros mandados. Si van por libre, por ser ellos quien son, se les puede desmontar la barraca en menos que canta un gallo.

  4. No me creo nada el septiembre 4, 2014 a las 8:20 pm

    O la marca blanca de un proyecto político opaco que juega con lo que señala al autor y que ha sido potenciado por el poder para fragmentar el voto de izquierda y que siga gobernando el pp durante dos o tres legilslaturas. ¿no

  5. José Molina Molina (@ecoapiedecalle) el septiembre 4, 2014 a las 11:44 pm

    Gracias a todos los que habéis comentado mi reflexión, participo en las observaciones que realizáis, he intentado ser positivo, porque las experiencias hay que saber integrarlas en los retos de la nueva sociedad. La experiencia de Podemos como idea esta siendo un revulsivo, pero como instrumento eficaz para un proyecto de gobierno es una incógnita, sus aspiraciones hay que recogerlas en un programa, realizable, y su organización tiene que pasar por la prueba del ácido. creo que tendremos muchas oportunidades para seguir comentando. Muchas gracias a todos por la colaboración que me ayuda a seguir pensando para intercambiar ideas.

  6. Osane el septiembre 5, 2014 a las 12:48 am

    ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que detrás de esta «sangre joven» hay un potencial demagogo y que el ciclo político suele ser, demagogia, dictadura, democracia? No tengo nada en contra de Podemos, pero quizá ensalzarlo de esa manera sería como alimentar al pavo para después matarlo el Día de Acción de Gracias.

    No comparto aunque respeto la opinión de quien escribe este articulo, pero tal vez, digo , tal vez, porque ya lo habrá hecho, debería buscar los trapos sucios, que tienen bastantes y reformular el artículo.

    Ni soy de izquierdas ni de derechas, sí tengo un buen olfato y muy buena intuición y si Pablo Iglesias que será muy listo y todo lo que quieran sale, veremos a ver si no nos mete en una dictadura comunista. Que ya no se oye sólo en prensa, ni en radio ni en potros medios, sino la misma ciudadanía ya tiene la mosca detrás de la oreja.

    • Lydia el septiembre 5, 2014 a las 2:47 pm

      Recuerda que cuando apuntas con el dedo, tres te señalan a ti. Cuando alguien llama demagogos, populistas y no sé qué a un grupo de gentes de todos los lugares, ideales y que no se conocen de nada y que hablan, discuten, están de acuerdo con unas cosas sí y otras no, etc etc., sólo muestran por medio de la manipulación, el miedo, no a un grupo político concreto, sino a una forma de política en que le dan al ciudadano corriente y moliente, la palabra. Y eso, señor mío se llama Democracia. Podrás estar de acuerdo o no, pero eso es la esencia de la democracia, en la que todos participamos y discutimos, en la que estamos de acuerdo en algunas cosas y en otras no, y nadie nos pone cortapisas de ningún tipo para opinar y votar.
      Sí señor a eso que usted llama demagogia, hace tres mil años, sus inventores, los griegos lo llamaron δημοκρατία = El gobierno de la gente común. Saludos.

  7. José Molina Molina (@ecoapiedecalle) el septiembre 5, 2014 a las 10:07 am

    Los movimientos sociales que surgen de los impulsos de los movimientos ciudadanos, hay que valorarlos cuidadosamente, Estoy de acuerdo que mi reflexión no será la misma dentro de unos meses, tendremos más datos. Ahora tenemos un fenómeno nuevo, que quiere organizarse de una forma abierta, cosa muy difícil, y que está en contra de muchas cosas, que una mayoría queremos que se reformen, el cómo, es la cuestión, y conforme concreten posiciones, se estará más o menos de acuerdo. Algunos de los que son sus lideres, afirman cosas de la utopía, es lo que digo en mi reflexión «lanzan la jabalina» para ir más lejos que nadie.
    Por otro lado, no te preocupes, las tendencias sociológicas en nuestro país no se aglutinan entorno a una idea de una dictadura comunista, pero si hay una opinión mayoritaria de que necesitamos una sociedad más transparente, más justa, y más democrática, para que todos seamos más libres. La participación va en contra de los liderazgos. Gracias por tu colaboración y aportar ideas a la reflexión.

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