Por Juan Ignacio Bartolomé, miembro de Economistas Frente a la Crisis
Alemania vuelve a las andadas, lleva en los genes el convencimiento de que su misión es el dominio de Europa. Desde su unificación se ha considerado la gran potencia continental y ha pretendido ejercer su dominio sin sutilezas, con total sumisión. Esta pretensión ha sido un factor determinante de la historia europea del siglo XX.
Tras el atentado de Sarajevo, en 1914, el aparato militar-industrial alemán, con el Kaiser Guillermo II a la cabeza, indujo al imperio Austro-Húngaro a enviar un ultimátum a Serbia que contenía un conjunto de exigencias. Serbia aceptó todos los requerimientos del ultimátum excepto uno, que afectaba muy directamente a su soberanía. Consistía, de hecho, en poner su ministerio del interior a las órdenes del Gobierno Austriaco. Era inaceptable y Alemania lo sabía. O sumisión o guerra. Duro más de cuatro años.
La historia se repitió en 1939, Hitler exigió a Polonia que abdicara de su soberanía. Tras la experiencia de Checoslovaquia el Gobierno Polaco no podía aceptarlo. La alternativa volvía a ser sumisión o guerra. Duró seis años. Conviene recordar la propuesta de paz que Hitler ofreció al Reino Unido: dejarnos las manos libres en Europa y no cuestionaremos el Imperio Británico y su posición dominante en el resto del mundo.
Hay una faceta que los historiadores han recalcado. Durante la invasión de la Unión Soviética, en 1941, muchos ucranianos, que habían soportado el terror de Stalin, recibieron a los ejércitos alemanes como libertadores y se mostraron dispuestos a formar un gobierno aliado de Alemania. Hitler se negó, no quería interlocutores, buscaba la adhesión absoluta. Probablemente fue una decisión que contribuyó a su derrota.
El antecedente inmediato del Tratado de Roma, por el que se creaba el Mercado Común Europeo, fue el tratado CECA (Comunidad Económica del Carbón y del Acero) que especificaba en su preámbulo, como uno de sus propósitos, evitar las guerras. Seguramente en las conciencias de los padres de la U.E. resonaba la conocida frase de Einstein: “no sé cómo será la tercera guerra mundial, pero estoy seguro de que la cuarta se hará con palos y piedras”. La política de austeridad impuesta por Merkel en el siglo XXI sigue la línea de sus antecesores utilizando medios menos costosos. Puede jactarse de que, finalmente, ha alcanzado los objetivos que Alemania se planteó al desencadenar la Segunda Guerra Mundial. Le faltaba Ucrania y está a punto.
Es habitual que el control de otros países se apoye en sus clases dominantes, en este caso los gobiernos de derechas. De ahí la necesidad de demostrar que el Gobierno Griego de izquierdas no tiene ninguna oportunidad. No basta con que acepte condiciones que se han evidenciado absolutamente contraproducentes para la economía griega. Se persigue la cesión de su soberanía de la forma más humillante. Hay que escarmentar al pueblo griego por haber tenido la veleidad de elegir un gobierno de izquierdas, por atreverse a votar a un partido que cuestione sus decisiones. Es un aviso a los ciudadanos de otros países que, por supuesto, cuenta con el aplauso ferviente del Gobierno Español. Está claro que no estamos hablando de economía sino de ideología.
Tsipras se ha visto obligado a aceptar lo inaceptable, argumentando incluso la “austeridad expansiva” aunque, seguramente, susurrara para sus adentros “ e pur si muove”. Y en el camino Alemania se lleva por delante la idea que ingenuamente nos habíamos formado de la Europa de los pueblos. Obviamente no le preocupa. Sigue empeñada en la misión que forma parte de su información genética, mira las nuevas situaciones con ojos viejos. Y siempre con la adhesión del pueblo alemán a su política.
Se admiten sugerencias.
Francamente, esperaba más de vosotros…
El argumento fácil de Alemania sometiendo Europa, con el recurso fácil de Hitler es más propio de sitios menos rigurosos que este.
El argumento ad-hitlerum es un recurso frecuente, pero no esperaba encontrármelo en un sitio del nivel de Economistas Frente a la Crisis, que sigo a diario
Estoy de acuerdo con Josechu. Esperaba,en este tema, algo mucho mas profundo. La idea del texto se comparte, pero el desarollo me parece bajo.
Estimados Josechu y Miguel. Entiendo vuestra inquietud, soy consciente de que las referencias a Hitler no son hoy políticamente correctas. De hecho, he estado dudando si publicarlo o no. Obviamente no he pretendido hacer, en tan corto espacio, un análisis profundo de la situación creada por el acuerdo. La «declaración urgente…» de EFC, publicada en esta misma página, ya cubre, en mi opinión adecuadamente, ese aspecto.
Hace unos días inserté otro artículo, » Tsipras en el país de los acreedores», que trataba de describir el camino que Tsipras se había trazado con ciertas dosis de ingenuidad. Sus cartas no eran buenas. Una simple conversación entre Obama y Putin daba vía libre a los representantes de la U.E. Aquel artículo era un intento de responder a la pregunta que todos nos hacíamos: ¿porqué Tsipras ha elegido esa estrategia?.
Cuando pensé en responder a la misma pregunta desde el lado alemán solo me salía, para no reiterar lo muchísimo que se ha escrito al respecto, la contestación escueta que, alarmados, encontráis en este último artículo. Tal vez afectado por el desasosiego que me ha provocado, creo que no solo a mí,el texto del acuerdo que se ha impuesto a los griegos.
Si decidí publicarlo fue persuadido de la necesidad de dar un aviso sencillo pero con elementos provocativos. No debemos prescindir de la historia aunque sea incómoda. En todo caso la responsabilidad es solo mía y no quisiera que afectara a vuestra opinión sobre la web de EFC.
Os agradezco vuestro interés y los comentarios. Siempre aprendo de ellos.
Es muy crudo el texto, no hablo de rigor. Tampoco tienen mucho rigor los argumentos del Eurogrupo. No me parece bajo, me parece preocupante. Creo que no podría compartirlo en su conjunto, pero hay una expresión en él que comparto plenamente, no estamos ante un problema económico, estamos ante una imposición ideológica, se nos ha olvidado, a todos, que Europa se ha construido desde el acuerdo y será con acuerdos o no será Europa
Toma ya determinismo genético aplicado a la historia, creo que has inventado un género nuevo. Por que este artículo es ficción ¿no?
Determinismo genético ninguno. La expresión «lleva en sus genes» es, obviamente, metafórica. Hay que saber leer y entender que es lo que se lee.
La Historia no está oculta pero con frecuencia traerla al presente para contribuir a la reflexión sobre qué está pasando es tan útil como «políticamente incorrecto» ¿incorrecto … ?¿para quién?
He estado dando vueltas a este artículo desde que se publicó intentando encontrar algo que lo pudiera objetar, pero no he encontrado nada. Es tan sencillo y breve como exacto y fiel a la Historia ¿qué es lo que puede molestar? La historia de Alemania es muy rotunda: tiene dificultades para liderar Europa a pesar de su potencia económica, tecnológica e intelectual. En sus «genes culturales» -esta es la metáfora- predomina una cierta vocación hegemónica que sólo sabe ejercer mediante el «dominio» a pesar de tener otros argumentos que utiliza con torpeza. Es el resultado profundo de cientos, sino miles, de años de Historia que modelan la cultura antropológica y el comportamiento de un pueblo y de sus élites dirigentes.
Ha sido incapaz, en estos días, como tantas veces a los largo de su Historia, de soportar la superioridad moral, técnica e intelectual de sus interlocutores griegos en el Eurogrupo. Schauble es poderoso, pero al lado de Varoufakis sus argumentos sólo han alcanzado a mencionar las “reglas”. Ha quedado en evidencia. Es tan poderoso como intelectualmente inane y oscuro. Y Francia, como siempre desde que Napoleón sucumbiera, pusilánime, apaciguadora… no se fuera a despertar el monstruo.
Bien traídas, pues, las reflexiones históricas de este breve artículo.
Aconsejaría al autor que se abstenga de publicar entradas como la presente si no es capaz de ofrecer algo con mínima calidad. Comparar sucesos como la I y II Guerra Mundial con un escenario de crisis ecónomica actual es un recurso simple, erróneo, fácil y repetitivo. Si usted considera que la «presión» de Alemania a Grecia, en el marco de una organización colegiada donde ostenta el apoyo de la mayoría de los Estados, con la invasión bélica de un dictador entonces es que ni entiende la UE ni entiende la Historia. Lo preocupante es que haya gente que tome como referencia estos textos faltos de rigor. De verdad, comparar la exigencia de un acreedor ante el tercer impago de su deudor que encima desea cambiar las condiciones de aquello a lo que se obligó con la presión de regímenes totalitarios es vergonzoso. Hágaselo mirar
El artículo termina con un «se admiten sugerencias». La sugerencia que se me ocurre, la más evidente, ya ha sido expresada más arriba de mejor manera: tengan vds. un mínimo de vergüenza y no comparen a 18 países proveyendo ayuda financiera a un socio en dificultades con ninguna guerra.
Sin embargo por sus respuestas parece evidente que no es este el tipo de sugerencias que vds buscan, de manera que voy a hacer una disparatada a ver si es eso lo que esperaban: A ver, del artículo se desprende que los alemanes son un cancer para la humanidad y los europeos deberíamos arrasar el país hasta extinguir todo su pool genético. Quizás luego pudiéramos mirar si hay más ciudadanos en Europa que hayan heredado alguno de esos genes y aislarlos mientras decidimos si acabar con ellos también o quizás usarles de manera productiva de alguna manera. Igual también están vds buscando sugerencias de tipo práctico como que hacer con las muelas de oro o los zapatos y ropas de esos alemanes muertos.
¿Es esta la dirección de las sugerencias que esperaban?