Bruno Estrada López, economista adjunto al Secretario General de CCOO, es miembro de Economistas Frente a la Crisis
Una fractura recorre la sociedad europea. Las presiones de las autoridades de la Unión Europea, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo sobre el referéndum que el gobierno griego de Tsipras ha convocado, han tensado hasta tal punto el debate en la opinión pública europea que pareciera que toda Europa va a votar en el referéndum griego del próximo domingo.
El debate se ha enconado de tal forma que se produce el absurdo de que el propio Fondo Monetario Internacional no defiende política y públicamente las posiciones que avalan sus informes técnicos. El Informe del FMI “Borrador Preliminar sobre el Análisis de Sostenibilidad de la Deuda Griega” asegura que la deuda pública griega es insostenible y que una quita de la deuda es inevitable. Posición que ha mantenido el gobierno de Syriza en las negociaciones. Este reciente Informe del FMI reconoce implícitamente el fracaso de los planes de rescate que los acreedores han impuesto al gobierno griego durante los últimos años y que han conducido a la actual situación.
Pero en este escenario de creciente confrontación, una noticia en sentido contrario ha pasado desapercibida en los medios de comunicación. El 30 de junio, Reiner Hoffman, el presidente de la DGB alemana, y Yannis Panagopoulos, Presidente de la Confederación Sindical de Grecia (GSEE) firmaron un comunicado conjunto que pone de manifiesto como los trabajadores, por encima de las fronteras nacionales, apuestan por la solidaridad. En el comunicado se reconoce:
. El derecho democrático inalienable del gobierno griego de Syriza a convocar el referéndum del próximo 5 de julio. Y en este sentido instan a las autoridades acreedoras a ampliar el segundo paquete de rescate hasta que se conozca el resultado del referéndum. Incluyendo un aplazamiento de los reembolsos al FMI.
. Que solo es viable un acuerdo que ofrezca una solución sostenible a la deuda griega, sobre la base de un plan de inversiones para el crecimiento, un superávit primario sostenible y el empleo.
. Que las negociaciones deben reanudarse de inmediato para encontrar una solución equilibrada que no puede volver a trasladar todo el peso del ajuste sobre los trabajadores y pensionistas.
Cuando los trabajadores griegos y alemanes, y sus representantes sindicales, se ponen de acuerdo en un tema de tanta trascendencia como este, incluso en una situación de enorme incertidumbre y riesgos como la actual, es posible ver la luz al final del túnel.
Es cuestión de voluntad política.
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Este artículo ha sido publicado en Público el 3 de Julio. Lo reproducimos en esta WEB con autorización del autor