El sector fotovoltaico: mitos y contrarreforma (2)

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NdE: Este artículo es la segunda parte de este otro.

Por José Donoso (@JoseDonosAI), Director General de UNEF

Los Mitos.

Otra curiosa aportación al debate ha sido la de un ex ministro que recientemente ha afirmado que no era el Ministerio sino los Bancos los que prometían una determinada rentabilidad. Además, de no ser cierto, ya que como se puede ver en la ilustración adjunta, era el propio IDAE, organismo dependiente del Ministerio el que prometía una “rentabilidad razonable de hasta el 15%”, la rentabilidad no dependía de esas promesas sino de los números publicados en el B.O.E. (3)

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No menos curiosa es, la afirmación en el mismo artículo de que el desarrollo fotovoltaico fue una transferencia de rentas de la industria innovadora (sic) a los terratenientes o financieros. Desconocemos que análisis estadístico sobre la propiedad de los parques fotovoltaicos está detrás de esta afirmación. La realidad es que el sector fotovoltaico es el más “socializado” de todos los sectores energéticos. Según un estudio de la empresa DBK, en nuestro sector con 60.698 instalaciones, el grado de concentración de las diez primeras empresas es de un 12,8% frente a un 73,0% en el sector eólico y un 69,4% en el termosolar y un 100% en las convencionales. Por el otro lado de la ecuación la parte de los peajes que corresponde a la industria, “innovadora “y no innovadora es inferior al 50%.

Esta vía argumental ha sido desarrollada también por el Ministerio afirmando que no existen los pequeños propietarios fotovoltaicos ya que la inversión mínima fue de 100.000 euros. Ya es bastante discutible esta afirmación puesto que con el grado de apalancamiento de la época para acometer una inversión de ese importe, se necesitarían sólo 20.000 o 25.000 euros. Pero sobre todo es falsa ya que existen 13.165 instalaciones con una potencia inferior a 5KW y un coste de inversión que oscila entre los 30.000 a 40.000 euros, para lo cual solo se necesitaba disponer de 6.000 euros todo esto sin tener en cuenta las inversiones en participaciones de huertos solares que podían ser aún más reducidas.

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Otro de los tópicos de aquella época que se utiliza para perjudicar la imagen del sector fue el afirmar que las instalaciones fotovoltaicas funcionaban por la noche. La propia Presidenta de la CNE de aquel momento, corrigió en público la información, afirmando que había sido un error de su institución por el que se habían confundido códigos de parques eólicos con códigos de instalaciones fotovoltaicas. Pero esta corrección ya no tuvo el impacto mediático y todavía de vez en cuando el tópico sigue dando vueltas.

Un mito repetido habitualmente sobre este periodo es el de que España financió con este desarrollo la bajada de los precios de la tecnología a nivel internacional. Realmente el incremento de la demanda en España provocó una saturación en el mercado y un cierto repunte coyuntural de los precios. Lo que mueve que las industrias dediquen recursos a I+D, es la creencia en un mercado futuro no una demanda pasada coyuntural, que al año siguiente se redujo a tan solo 17 MW- De hecho si alguien ha financiado el avance de la energía FV ha sido Alemania que ha mantenido año tras año un importante mercado FV de manera estable.

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La caída de la demanda de energía producida por la actual crisis económica puso en evidencia dos factores el exceso de capacidad instalada, al que contribuyó en gran parte la burbuja gasista de instalar 25.000 MW que se están utilizando en un 11% de su capacidad, y el problema del déficit de tarifa.

Se ha intentado presentar el problema del déficit de tarifa como un problema provocado por las energías renovables y consecuentemente justificar con él, los recortes retroactivos que se están realizando. Sin embargo si analizamos los correspondientes informes de la desafortunadamente extinta CNE y de la CNMC y vemos las partidas en las cuales se han producido las desviaciones descubrimos que solo el 20% procede del régimen especial. La mayor parte procede de decisiones políticas que se tomaron para intentar impedir la subida de las tarifas eléctricas por su coste político o su efecto sobre la tasa de inflación. Un buen ejemplo de ello fue el déficit generado el año pasado de 3.000 millones de euros por la decisión del Ministerio de Hacienda de dedicar el dinero público que el Parlamento había acordado destinar al Sistema eléctrico a reducir el Déficit público.

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LA CONTRARREFORMA

Los primeros intentos para dar marcha atrás comenzaron ya con el Ministro Sebastián. La ruptura de la seguridad jurídica iniciada por dicho Ministro fue continuada e incrementada por el Gobierno actual. La primera medida fue la paralización de la realización de nuevos proyectos a través de la moratoria establecida en Enero de 2012. A partir de ahí, comenzaron una serie de recortes que culminaron en la actual Contrarreforma eléctrica. Con un desprecio absoluto por el concepto de la seguridad jurídica, la nueva regulación replantea las retribuciones recibidas. Esta nueva regulación hace también una interesante aportación a la Teoría Económica al sustituir el concepto de consumidor racional por el de irracional, que pagó por encima de los precios de mercado y ahora el Ministerio decide cual era ese precio de mercado que tenía que haber pagado a través de un sistema de ¡1.411 costes estándar!

Se cambia el concepto de kWh por el de pago por capacidad, primando la ineficiencia y la baja productividad de las plantas. Quien invirtió más en hacer unas plantas más eficientes o elegir mejor el recurso, recibe lo mismo que quien desarrollo plantas menos eficientes. La gravedad del recorte es tal que muchas plantas no van a poder devolver los préstamos al banco en toda su vida útil, dependiendo su futuro de la voluntad de la banca para realizar quitas. ¿Se puede hablar de rentabilidad razonable cuando hay proyectos a los que se les está realizando un recorte del 47 % de los ingresos previstos cuando realizaron su inversión?

La supervivencia de muchas de las instalaciones van a quedar en la mano de los banco. Según su disponibilidad a realizar quitas o su política de intereses en las refinanciaciones los actuales propietarios podrán continuar en las plantas o tendrán que abandonarlas.

A los que el Gobierno ha puesto en una situación irresoluble, de manera consciente ha sido a los llamados huertos solares. El nivel de impacto del recorte hace imposible las refinanciaciones.

Además de ello se establece la obligatoriedad de financiación del déficit, y los pagos por interrumpibilidad, lo que genera tensiones adicionales a los flujos de caja de los proyectos.

Pero, si grave es la situación en que estas medidas dejan a los inversores en energías renovables no es menos grave la herencia que dejan para el futuro. En primer lugar la percepción, de que digan lo que digan los B.O.E. de turno, una inversión en energías renovables es una inversión de riesgo y más en España. Lo que conllevará las reticencias de los agentes económicos a acudir a realizarlas y de los bancos para financiarlas. Esto supondrá el establecimiento de una prima de riesgo para estas inversiones penalizándolas de manera importante y lo que es peor condicionando su competitividad en un momento en el que el mercado energético avanza hacia un sistema de subastas.

En toda la reforma ha habido el deseo de dejar un mensaje claro el mercado de energía debe ser solo para las grandes compañías eléctricas. El resto de agentes económicos y no digamos los individuos deben aprender que es un mercado demasiado arriesgado y complejo para que ellos intervengan. Solo en ese contexto se explica el ensañamiento que se ha producido con las mini inversiones de los huertos solares a los que se ha querido conducir de manera deliberada a la ruina.

Sin embargo, el mundo avanza mientras tanto, y en la dirección contraria. El descenso en los niveles de precios de las energías renovables está produciendo que en las economías emergente, sobre todo las asiáticas e iberoamericanas, se estén utilizando de manera importante, no ya por una motivación ambiental, sino por una pura motivación económica y e garantía de suministro- Asia y EE.UU. están tomando el relevo a Europa en el liderazgo de estas tecnologías.

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Pero, quizás el proceso más fascinante está relacionado con la reducción de precios de la energía Fotovoltaica que ha conllevado que en una parte importante de los países, dependiendo de la correlación entre las horas de insolación el nivel de precios finales , hoy sea rentable para los consumidores invertir en ella sin necesidad de apoyos públicos. Esto a su vez está lanzando un proceso que puede transformar la forma que entendemos hoy en día de producir y consumir energía.

El autoconsumo, el balance neto (la posibilidad de intercambiar los excedentes con la red), la generación distribuida, las redes inteligentes y las ciudades inteligentes son una senda de transformación que sitúa a los ciudadanos en el centro del proceso de decisión, cuestionando el modelo existente hasta el momento actual. Ante toda transformación siempre hay unas fuerzas de resistencia a ese cambio. Fuerzas que en lugar de intentar adaptarse al nuevo modelo tecnológico y aprovechar sus ventanas de oportunidades   intentan conservar el antiguo régimen. Si bien España es el caso más radical a este respecto, desafortunadamente estas fuerzas se están haciendo presentes en otros países.

  • “Una de la prioridades de este Gobierno es el RD de balance neto, que va a permitir que en una familia pueda haber una instalación en una casa, de una placa fotovoltaica para poder tener autoconsumo, para que si tiene sobrante de autoconsumo pueda verterlo a la red, para que haya un balance y que después no tenga que pagar el día que tenga una demanda superior a ese consumo que le genera su placa, y eso va a impulsar no solo la cultura de la utilización de renovables en general, sino particularmente para cada uno de los usuarios particulares”. José Manuel Soria – Pleno del Congreso de los Diputados – 9 de febrero de 2012

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A pesar de estas palabras del Ministro, el borrador que está pendiente de aprobación supone una autentica barrera económica para la realización del autoconsumo en nuestro país. Establece un “peaje de respaldo o impuesto al sol” que supone una tentado a la libertad económica de los ciudadanos, al gravar la energía consumida, está grabando una actividad que se desarrolla internamente en el hogar o en la empresa de las personas que instalen paneles fotovoltaicos. Equivalente a gravar el consumo de tomates autoproducidos por una persona en su huerto o el calor proveniente de su chimenea. Hecho que entra en contradicción con los principios ideológicos del Gobierno que está aprobando esta regulación. Paradójicamente, en EE.UU es el Tea Party uno de los más fervientes defensores del autoconsumo ya que lo consideran un derecho individual y una forma de poner coto al poder de las corporaciones o el Estado.

Es paradójico que después de estar durante años escuchando la frase “¿Cuándo van a ser competitivas las renovables?” cuando se alcanza un cierto grado de esta se alce una barrera económica que lo impida.

La industria fotovoltaica está madura. Lo único que hace falta es una regulación técnica y administrativa que no ponga barreras ni económicas ni legales para poder generar nuestra propia electricidad y administrarla, bien en un intercambio con la red (el balance neto, es decir: vierto a la red lo que me sobra y lo recupero cuando lo necesite), bien almacenándola en baterías para su posterior consumo.

Como la curva de generación fotovoltaica no coincide con la cuerva de demanda en prácticamente ningún segmento de clientes de electricidad, es imprescindible una regulación de lo que se ha llamado balance neto para permitir un uso diferido de los posibles excesos de generación fotovoltaica durante el día. Esta regulación existe desde hace más de 15 años en mercados eléctricos desarrollados como california y en más de 40 estados en EE.UU, Bélgica, Dinamarca…..una modalidad a la que se están incorporando países con gran potencial de desarrollo como Brasil y el Sudeste Asiático.

Un balance neto diseñado para su utilización como un sistema de eficiencia energética, en el que la limitación a la potencia a instalar sea el consumo previo, en el que anualmente se cancelaran los posibles excesos de generación, en la que se ermita jugar un papel las sociedades de servicios energéticos, en el que se abonen los peajes correspondientes a la energía intercambiada, pro no por la energía autoconsumida, puede ser un elemento de competencia y de competitividad, que ayude a las empresas y a los consumidores domésticos a hacer más gestionable su factura energética. Sin olvidarnos de que estamos generando energía con una fuente limpia y empleo, ayudando a sobrevivir a un sector tecnológico en el que España cuenta con empresas muy competitivas.

CONCLUSIÓN

La reforma ha tenido un efecto de castigo para el sector fotovoltaico, penalizando su pasado e impidiendo su futuro. ¿Cómo justificar que en Canarias donde el precio medio de la energía eléctrica es de 200€/MW y la energía fotovoltaica puede producir a la mitad de precio se crean las condiciones para que no se pueda instalar un solo MW?. Lo que si se puede es retrasarla y debilitar nuestro posicionamiento tecnológico e industrial para cuando ese momento llegue. Construir el futuro, un futuro limpio y competitivo y no mirar hacía un pasado utópico que nunca volverá. La competitividad de los países se construye en función de autenticas ventajas   competitivas y no de subvencionar fuentes de energía que no se disponen y además nos son sostenible ni económica ni ambientalmente.

  • Will solar, batteries and electric cars re-shape the electricity system? Global Research. 20 August 2014. (2)
  • ¿Esta vez será diferente? La experiencia brasileña en la utilización de las subastas como método de asignación de precio a la energía eólica. Jose Donoso Alonso. Cuadernos de Energía. 1/3/2012.
  • “Algunas reflexiones sobre la situación energética” Miguel Sebastián – Cuaderno de Energía nº 41.
  • “Estudio del impacto económico de las Energías Renovables en España” APPA 2012.

3 Comments

  1. El sector fotovoltaico: mitos y contrarreforma ... el septiembre 20, 2014 a las 1:32 pm

    […] Otra curiosa aportación al debate ha sido la de un ex ministro que recientemente ha afirmado que no era el Ministerio sino los Bancos los que prometían una determinada rentabilidad. Además, de no ser cierto, ya que como se puede ver en la ilustración adjunta, era el propio IDAE, organismo dependiente del Ministerio el que prometía una “rentabilidad razonable de hasta el 15%”, la rentabilidad no dependía de esas promesas sino de los números publicados en el B.O.E. No menos curiosa es, la afirmación en el mismo artículo de que el desarrollo fotovoltaico fue una transferencia de rentas de la industria innovadora (sic) a los terratenientes o financieros. Desconocemos que análisis estadístico sobre la propiedad de los parques fotovoltaicos está detrás de esta afirmación. La realidad es que el sector fotovoltaico es el más “socializado” de todos los sectores energéticos. Según un estudio de la empresa DBK, en nuestro sector con 60.698 instalaciones, el grado de concentración de las diez primeras empresas es de un 12,8% frente a un 73,0% en el sector eólico y un 69,4% en el termosolar y un 100% en las convencionales. Por el otro lado de la ecuación la parte de los peajes que corresponde a la industria, “innovadora “y no innovadora es inferior al 50%. Esta vía argumental ha sido desarrollada también por el Ministerio afirmando que no existen los pequeños propietarios fotovoltaicos ya que la inversión mínima fue de 100.000 euros. Ya es bastante discutible esta afirmación puesto que con el grado de apalancamiento de la época para acometer una inversión de ese importe, se necesitarían sólo 20.000 o 25.000 euros. Pero sobre todo es falsa ya que existen 13.165 instalaciones con una potencia inferior a 5KW y un coste de inversión que oscila entre los 30.000 a 40.000 euros, para lo cual solo se necesitaba disponer de 6.000 euros todo esto sin tener en cuenta las inversiones en participaciones de huertos solares que podían ser aún más reducidas. Otro de los tópicos de aquella época que se utiliza para perjudicar la imagen del sector fue el afirmar que las instalaciones fotovoltaicas funcionaban por la noche. La propia Presidenta de la CNE de aquel momento, corrigió en público la información, afirmando que había sido un error de su institución por el que se habían confundido códigos de parques eólicos con códigos de instalaciones fotovoltaicas. Pero esta corrección ya no tuvo el impacto mediático y todavía de vez en cuando el tópico sigue dando vueltas. Un mito repetido habitualmente sobre este periodo es el de que España financió con este desarrollo la bajada de los precios de la tecnología a nivel internacional. Realmente el incremento de la demanda en España provocó una saturación en el mercado y un cierto repunte coyuntural de los precios. Lo que mueve que las industrias dediquen recursos a I+D, es la creencia en un mercado futuro no una demanda pasada coyuntural, que al año siguiente se redujo a tan solo 17 MW- De hecho si alguien ha financiado el avance de la energía FV ha sido Alemania que ha mantenido año tras año un importante mercado FV de manera estable. La caída de la demanda de energía producida por la actual crisis económica puso en evidencia dos factores el exceso de capacidad instalada, al que contribuyó en gran parte la burbuja gasista de instalar 25.000 MW que se están utilizando en un 11% de su capacidad, y el problema del déficit de tarifa. Se ha intentado presentar el problema del déficit de tarifa como un problema provocado por las energías renovables y consecuentemente justificar con él, los recortes retroactivos que se están realizando. Sin embargo si analizamos los correspondientes informes de la desafortunadamente extinta CNE y de la CNMC y vemos las partidas en las cuales se han producido las desviaciones descubrimos que solo el 20% procede del régimen especial. La mayor parte procede de decisiones políticas que se tomaron para intentar impedir la subida de las tarifas eléctricas por su coste político o su efecto sobre la tasa de inflación. Un buen ejemplo de ello fue el déficit generado el año pasado de 3.000 millones de euros por la decisión del Ministerio de Hacienda de dedicar el dinero público que el Parlamento había acordado destinar al Sistema eléctrico a reducir el Déficit público. En toda la reforma ha habido el deseo de dejar un mensaje claro el mercado de energía debe ser solo para las grandes compañías eléctricas. El resto de agentes económicos y no digamos los individuos deben aprender que es un mercado demasiado arriesgado y complejo para que ellos intervengan. Solo en ese contexto se explica el ensañamiento que se ha producido con las mini inversiones de los huertos solares a los que se ha querido conducir de manera deliberada a la ruina. Sin embargo, el mundo avanza mientras tanto, y en la dirección contraria. El descenso en los niveles de precios de las energías renovables está produciendo que en las economías emergente, sobre todo las asiáticas e iberoamericanas, se estén utilizando de manera importante, no ya por una motivación ambiental, sino por una pura motivación económica y e garantía de suministro- Asia y EE.UU. están tomando el relevo a Europa en el liderazgo de estas tecnologías. La reforma ha tenido un efecto de castigo para el sector fotovoltaico, penalizando su pasado e impidiendo su futuro. ¿Cómo justificar que en Canarias donde el precio medio de la energía eléctrica es de 200€/MW y la energía fotovoltaica puede producir a la mitad de precio se crean las condiciones para que no se pueda instalar un solo MW?. Lo que si se puede es retrasarla y debilitar nuestro posicionamiento tecnológico e industrial para cuando ese momento llegue. Construir el futuro, un futuro limpio y competitivo y no mirar hacía un pasado utópico que nunca volverá. La competitividad de los países se construye en función de autenticas ventajas competitivas y no de subvencionar fuentes de energía que no se disponen y además nos son sostenible ni económica ni ambientalmente.  […]

  2. Senén Olano el septiembre 22, 2014 a las 8:51 am

    Un buen resumen del estado de la cuestión en el sector energético nacional.
    Cabría ahora hacerse la pregunta de cual es la razón que ha llevado al gobierno a tomar estas medidas, que han convertido (de forma fraudulante e ilegal) el prometedor futuro energético del país en un (de nuevo) horizonte de chantaje y estafa nacional por parte de las multinacionales del sector de la energía… Estemos atentos al retiro feliz de algunos altos cargos del actual gobierno en los consejos de administración de estas multinacionales de la energía y de los bancos que las acompañan.

  3. Jorge K el septiembre 22, 2014 a las 9:24 am

    Mi conclusión es sencilla: el oligopolio de las eléctricas no quieren competencia. Por eso se grava el autoconsumo. Y lo hacen sobornando y comprando a nuestros gobernantes. Este es el país en el que vivimos.
    Esto no es conspiranoia: es simple realidad, sólo hay que verlo. Es inexplicable que el sector eléctrico, que se endeudó bestialmente para construir centrales de gas y ciclos combinados, que hoy están sin utilizar por el bajón de la demanda…, es inexplicable que sigan generando beneficios. Lo hacen aplicando unas tarifas hasta un 40% más caras que en Austria, por ejemplo, lo que les permite a sus ejecutivos y consejeros vivir a cuerpo de rey.
    Debería estar quebradas, pero nos sangran. sin más. y no quieren que el consumidor se autoproduzca energía y por eso obligan a sus subordinados, nuestros gobernantes, a crear ese impuesto al sol.

    Habría que reaccionar jurídica y ciudadanamente.

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