Balance de un año: la herencia recibida está siendo dilapidada.

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El problema no es la herencia recibida. El problema es que esa herencia, buena  o regular, abundante o escasa,  está siendo dilapidada.

  • España se ha hundido en la recesión: hace un año crecía todavía un 0,6%, hoy el PIB cae al -1,3%
  • El índice de producción Industrial presenta una caída media mensual interanual, del -5,9% corregido efecto calendario. Todos los meses de este año han sido negativos.
  • El ratio de Deuda Pública sobre PIB ha pasado desde el 78% en 2011 al 85%, 2012 y las perspectivas son las siguientes: 2013: 93%, 2014: 97%
  • La inflación crece al 2,9%. Hace solo un año  crecía un 0,5%.
  • La prima de riesgo de la deuda soberana se ha duplicado en términos medios: desde 220pb, media de 2011, a 450pb media de 2012.
  • No hay crédito alguno para las empresas ni para las familias
  • Los salarios subían hace un año el 1,5% y ahora caen un -0,1%.
  • El precio de la electricidad disparado. El 1 de Enero subirá sobre los precios del 31 de Diciembre entre un 7% y un 15%, según tipo de consumidor, y durante el año 2012 han aumentado en media un 13% sobre los precios del 2011.
  • El objetivo de déficit público sobre PIB (6,4%) no se alcanza debido precisamente a la recesión causada por los propios recortes: déficit público: 2012, 7%; 2013 6%; 2014, 6,4% según perspectivas de otoño de la Comisión Europea. Observese que en 2014 incluso repunta.
  • La pérdida de la ultra-actividad de los convenios colectivos, que es la pieza clave de la reforma de la negociación colectiva del PP, está debilitando la negociación. La desaparición de toda la regulación contenida en los convenios colectivos queda, en la práctica, en manos del empresario. De hecho todos los contratos se convierten en temporales.
  •  La Reforma Laboral destruye los derechos de los trabajadores, provoca miles de despidos y hunde los salarios.La consecuencia de todo ello es una fuerte pérdida del poder adquisitivo de los salarios reales y una pérdida del peso relativo de los salarios en la renta nacional que junto las restricciones crediticias y recortes del gasto configuran un panorama completamente recesivo impulsado desde la política económica del Gobierno. Es la devaluación interna.
  • Abaratar el despido en plena crisis está destruyendo empleo. España ya se encuentra entre los países de Europa en los que es más fácil el despido.
  • El paro ha subido del 21,5% al 26%, y alcanza ya los 5.980.000 parados. En el último año se han perdido más de 800.000 empleos.
  • Como consecuencia, el peso relativo de la remuneración salarial en el PIB a precios de mercado ha caido desde el 49,9% en el tercer trimestre de 2009 al 45,3% en el mismo trimestre de 2012. Sin embargo, el excedente bruto empresarial (incluidas las rentas brutas mixtas) mantiene prácticamente el mismo porcentaje del 45,2% en la comparación de esos mismos periodos.
  • Es la recesión actual, y no la regulación del mercado de trabajo, la causante del paro. Y la recesión es consecuencia de los recortes del gasto, de la caída de los salarios y del aumento de los impuestos sobre el consumo.
  • España es hoy una economía intervenida: el rescate de la banca se ha producido con una condicionalidad sobre la política y legislación financiera muy fuerte. Los Reales Decretos se envían a Bruselas,  para que dé su visto bueno, antes de ser sometidos al escrutinio de nuestras instituciones. Se ha impuesto la creación de un banco malo, que condicionará el sistema financiero y el sector inmobiliario en los próximos años.
  • El más que probable rescate total al Tesoro terminará de condicionar la política macroeconómica del Gobierno, con un sistema de “vigilancia reforzada” del cumplimiento de los compromisos de déficit público y de desequilibrios macroeconómicos.
  • Necesitamos crecer y luego reducir el déficit. Se está haciendo lo contrario. Necesitamos aumentar los ingresos públicos y recortar menos el gasto. La gestión del saldo presupuestario vía disminución del gasto tiene efectos más recesivos que el aumento de la presión fiscal directa.
  • La pérdida del poder adquisitivo de las pensiones ha sido innecesaria. El Fondo de Reserva dispone de fondos para el mantenimiento de los pactos, pero al  contabilizar como déficit público el recurso al Fondo, único objetivo de la política económica, el Gobierno ha recurrido a recortar también las pensiones. Es necesario tener en cuenta que la Seguridad Social no es una carga para el Estado, sino que es la Seguridad Social la que está soportando parte de los costes de los complementos a mínimos de las pensiones contributivas que, por su naturaleza asistencial, deberían ser cubiertos por los presupuestos del Estado.
  • Las pensiones no necesitan más recortes porque su futuro está garantizado por la reforma pactada entre sindicatos y empresarios en 2011: el gasto previsto en 2040 será en porcentaje del PIB como el que ya tiene en 2012 Alemania (12%). Así lo han reconocido los organismos internacionales: Comisión, OCDE, etc.
  • El problema coyuntural de la Seguridad Social es la recesión de la economía, la destrucción continua de empleo. Si vuelve a crecer el empleo, la Seguridad Social carecerá de problemas. El problema es, nuevamente, la recesión.
  • El principal problema de España no es la deuda pública, que es elevada pero todavía controlable, sino la deuda privada. Los hogares y las empresas están acometiendo un proceso necesario de desapalancamiento. Tratar de llevar a cabo un proceso de consolidación fiscal en el momento más bajo del ciclo y con el desapalancamiento privado sólo puede hacer que se hunda aun más la actividad, que la reducción del déficit sea insuficiente y que el ratio deuda pública/PIB aumente. La austeridad es un fracaso que  se extiende a la sanidad, educación, investigación, pensiones y prestaciones por desempleo. El año 2012 ha empezado a destruir nuestro estado de bienestar.
  • Se minusvaloran los efectos que los ajustes fiscales tienen sobre la recesión  (el multiplicador fiscal se sitúa claramente por encima de 1 como ya reconoce, incluso, hasta el FMI)

El problema no es la herencia recibida. El problema es que esa herencia, buena  o mala, abundante o escasa,  está siendo dilapidada.

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