EPA 2º trimestre de 2018
UN CAMBIO DE TENDENCIAS QUE MUESTRA LA OPORTUNIDAD DE MEJORAR EL MODELO LABORAL Y LA CALIDAD DEL EMPLEO
Los datos ofrecidos por la Encuesta de Población Activa de este segundo trimestre del año dan cuenta, en primer lugar de una fuerte aceleración en la creación de empleo y una intensa reducción del paro producidas en los meses correspondientes a abril, mayo y junio, en el contexto de un renovado impulso de la población activa.
Mayor intensidad en la creación de empleo…
El incremento trimestral de la ocupación ha sumado al empleo a casi 470.000 personas más, lo que supone el aumento trimestral más elevado registrado por la EPA. La tasa de crecimiento interanual, que era del 2,36% a comienzos del año, ha ascendido en solo un trimestre en prácticamente medio punto porcentual, hasta un 2,82%, invirtiendo claramente la tendencia de desaceleración anterior.
El aumento del empleo beneficia de manera especialmente favorable para los trabajadores y trabajadoras de mayor edad y más dificultades de reinserción laboral.
El grueso del aumento trimestral del empleo se debe al sector privado y en su totalidad al empleo asalariado, que ha mantenido un ritmo de crecimiento interanual del 3,6%. Han sido, como era de esperar, fundamentalmente los Servicios los que han tirado con más fuerza de la creación de empleo, pero la Industria y la Construcción también han mostrado un aumento de su dinamismo, aunque en magnitudes lógicamente mucho menores debido a las diferencias en los tamaños relativos del empleo en los sectores.
Son cifras de empleo, sobre todo asalariado en el sector privado que, en suma, aunque reflejen la estacionalidad de este trimestre, muestran un dinamismo considerable y hasta cierto punto inesperado por su intensidad y por el cambio de tendencia. Las cifras desestacionalizadas de la ocupación así lo ponen de manifiesto: el crecimiento intertrimestral ha sido del 1%, en tanto que el mismo trimestre del año pasado fue del 0,67, y es uno de los más altos que se han registrado.
… y posible inicio de un cambio de tendencia en la población activa
Un segundo aspecto positivo y de cambio de tendencia que muestran los datos del trimestre ha sido la recuperación del crecimiento de la población activa, que se ha comportado asimismo de forma muy diferente a como lo venía haciendo en los últimos años, registrando un aumento de 163.900 personas, muy elevado, y marcando lo que parece otro cambio de tendencia que pudiera, en este caso, sacar de la atonía la importante evolución de la actividad laboral.
Aún es pronto para saberlo, desde luego, pero parece que la tasa de actividad estaría reaccionando a una demanda de trabajo por parte de las empresas que, por su amplitud, ofrece ya oportunidades de empleo más diversas (no solo las precarias y de difícil conciliación familiar) lo que favorece la incorporación de grupos más amplios de trabajadores. De hecho, el aumento del empleo beneficia de forma similar a hombres y mujeres, pero lo está haciendo de manera especialmente favorable para los trabajadores y trabajadoras (esto último hay que subrayarlo) de mayor edad y más dificultades de reinserción laboral.
Pero se mantiene la mala calidad del empleo
No obstante, la calidad del empleo continúa siendo deficiente. En términos absolutos el empleo indefinido y el temporal han crecido en el trimestre de forma pareja, pero, en relación al tamaño de cada uno, el empleo temporal crece con una intensidad que casi triplica al empleo indefinido (5,7% frente a 2%). Esta es la razón por la que la tasa de temporalidad ha crecido siete décimas en un solo trimestre hasta alcanzar ya el 26,8%. Son las diferentes intensidades del crecimiento de uno y otro tipo de empleo las que se mantienen desde el inicio de la recuperación económica y hacen crecer de forma continuada la tasa de temporalidad (ver gráfico siguiente).
En efecto, desde el inicio de la recuperación, el empleo temporal ha crecido más de un 40% frente a algo menos del 10% el empleo indefinido. Si esas fueran las proporciones del tipo de empleo creado por la actividad productiva, el problema estaría fundamentalmente vinculado con el modelo de crecimiento económico, pero hay evidencias de que eso solo sucede en parte y de que, en realidad, una gran parte del empleo temporal lo es solo por las indebidas prácticas de utilización ajena al marco legal de los contratos temporales en nuestro país.
La mala calidad del empleo se refleja en la petrificación de la devaluación salarial, la extensión de la inestabilidad del empleo y la precariedad, la pobreza derivada de las condiciones laborales y la elevada desigualdad.
Por otra parte, el empleo a tiempo parcial vuelve a crecer en el trimestre por encima del empleo a tiempo completo. 2,9 millones de ocupados trabajan a tiempo parcial en unas condiciones de desregulación de horarios que hacen que su jornada de trabajo pueda ser, y en muchas ocasiones así es, más prolongada que la de los trabajadores a tiempo completo. Esta paradoja de la desregulación se añade a las posibilidades de modificación reiterada de los horarios de trabajo, lo que hace que, junto a los inferiores salarios, el tiempo parcial en España sea muy diferente al de otros países europeos y sea rechazado por seis de cada diez trabajadores, la tasa más elevada de la UE.
Se reduce intensamente el desempleo…
La robusta creación de empleo se ha visto, como hemos mencionado, compensada en parte por la renovada intensidad del crecimiento de la población activa. Aun así, la combinación de ambas evoluciones ha permitido registrar una fuerte reducción de 306.000 desempleados en el trimestre. En términos desestacionalizados, la caída es una de las intensas que se han producido. La tasa de paro se ha reducido al 15,3%, un punto y medio en un solo trimestre, lo que, añadido al notable crecimiento de la población activa, hace que se trate de una caída muy considerable. Lo cual ha permitido también que se produzca una importante aminoración de las situaciones de desempleo socialmente más graves, que se corresponde con la reducción de 128.700 hogares que tenían a todos sus miembros en paro.
… pero aumentan los desequilibrios territoriales
Finalmente, es preciso señalar que, a pesar de los favorables datos de empleo, actividad y paro, registrados a nivel general, se constata una evolución fuertemente dispar en los mercados de trabajo autonómicos. Más allá de los efectos estacionales de este trimestre, las tasas de paro relativas muestran la disparidad creciente de las situaciones laborales. Once Comunidades Autónomas tienen ya tasas de paro inferiores al 15% (dos inferiores al 10%, y cinco menores del 10% en el caso de los hombres), en tanto que otras cuatro se sitúan en el entorno del 20%, dos de ellas, Andalucía y Extremadura, por encima del 23%.
En conclusión, es necesario abordar sin demora el cambio en el modelo laboral
Nuestra reflexión final ha de ser para la orientación de las políticas económicas y laborales en el momento actual. La favorable evolución de las principales variables relacionadas con el empleo y el paro no puede ocultar los importantes efectos negativos que provienen del funcionamiento del mercado laboral y se extienden por el tejido social y por la actividad productiva del país. La mala calidad del empleo se refleja en la petrificación de la devaluación salarial, la extensión de la inestabilidad del empleo y la precariedad, la pobreza derivada de las condiciones laborales y la elevada desigualdad.
Las necesidades productivas de las empresas y de la economía nacional exigen de forma creciente una mejora en las condiciones laborales para poder abordar el desafío de elevar los niveles de productividad.
Por otro lado, a medida que se reducen los niveles de desempleo en el contexto de una población en edad de trabajar que ya apenas crece (y que se reducirá en los próximos años por efecto del relevo de una generación muy grande por otra mucho más pequeña), las necesidades productivas de las empresas y de la economía nacional exigen de forma creciente una mejora en las condiciones laborales al tiempo que (y para poder) abordar el desafío ineludible de elevar los niveles de productividad. Los cambios en los modelos laborales exigen mucho tiempo y perseverar en las políticas dirigidas a mejorar la organización del trabajo por parte de las empresas y las competencias profesionales y condiciones laborales de los trabajadores.
Es hora, es el momento de empezar a mirar al futuro y abordar el cambio en las políticas de mercado de trabajo que han orientado la creación de empleo en los últimos años. Los datos son positivos, pero sería un error perder la perspectiva y caer en la autocomplacencia de los mismos. El contexto es favorable y eso mismo advierte del relativamente poco tiempo que nos queda para poder afrontar el cambio de modelo de forma decidida, organizada y eficiente.
Me gustaría conocer al detalle el crecimiento real del empleo excluyendo turismo y construcción. Creo que solo estos dos sectores son capaces de tirar del dato de manera espectacular, por su impacto directo y por sus consecuencias inducidas, pero son también los más débiles a la hora de mantener un crecimiento equilibrado y consistente.