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EPA 4º Trimestre 2022: Fuerte desaceleración del empleo, pero más estable y resiliente

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Dos datos sobresalen en esta Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre del año 2022. Por un lado, en el aspecto coyuntural, la intensa desaceleración de la creación de empleo, y por otro, en una perspectiva más estructural, el grado alcanzado por la estabilidad del empleo en el sector privado.

  1. LA DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA Y DEL EMPLEO

El número real de personas ocupadas cae en prácticamente 82.000 respecto al trimestre anterior, un -0,4%, aunque si se descuentan los efectos estacionales del empleo, que habitualmente son negativos en el último trimestre del año, la variación ha sido cercana a cero (-0,01%). El empleo por lo tanto ha entrado en una fase de estancamiento que, no obstante, anticiparía posibles caídas (desestacionalizadas) en los próximos trimestres.

La reducción del empleo se debe, por un lado, a la ocupación en el sector privado -sobre todo entre los hombres y las personas más jóvenes-, tanto asalariada como no asalariada, y se concentra, a su vez, en los empleos temporales y en el empleo a jornada completa. Y, por otro, a las reducciones de empleo en el conjunto de actividades no agrarias de la economía.

El empleo total se mantiene, no obstante, en máximos de casi veinte millones y medio de personas ocupadas.

En dimensión anual, sin embargo, en la que tienen mucho peso los elevados crecimientos de los tres primeros trimestres del año, el empleo ha crecido en 2022 (respecto al cuarto trimestre del año anterior) en casi 280.000 personas, tanto hombres como mujeres, entre los asalariados, y muy simétricamente mediante aumentos del empleo indefinido y reducciones del empleo temporal. Asimismo, se ha incrementado sobre todo el empleo a jornada completa y se ha reducido ligeramente el desarrollado a tiempo parcial. Y el crecimiento se concentra en el conjunto de actividades no agrarias.

A destacar los fuertes crecimientos anuales del empleo de las personas más jóvenes, de 16 a 24 años, y de las de mayor edad, de más de 55 años.

En todo el año 2022 se ha producido una fuerte caída del empleo no asalariado, concentrado en el trabajo autónomo, mostrando una probable transferencia de este, refugio habitual en los periodos de debilidad del empleo, hacia el asalariado debido a la fuerte pujanza del mismo.

Perspectivas, por lo tanto, muy diferentes si contemplamos los datos del conjunto del año o si observamos el cuarto trimestre.

El desempleo, por su parte, ha crecido en casi 44.000 personas en este cuarto trimestre (una cifra inferior a la pérdida de empleo en el trimestre debido a la reducción de 38.000 personas de la población activa), rebasando de nuevo la cifra de los tres millones, y concentrándose gravemente en el desempleo de larga duración. En consecuencia, la tasa de paro asciende hasta el 12,9%.

  1. FUERTE CAÍDA DE LA TEMPORALIDAD DEL EMPLEO Y MEJORA DE LA RESILIENCIA DEL MISMO

Pese al descenso del empleo en el cuarto trimestre, la reforma laboral acometida continúa presentando efectos altamente positivos.

En este trimestre, el empleo indefinido en el sector privado crece en 335.000 personas, ocho de cada diez permanentes en el tiempo, y dos, con empleo de naturaleza discontinua, mientras que el empleo temporal ha vuelto a reducirse (un trimestre más) en 387.000 personas. Con ello, la tasa de temporalidad ha caído por debajo del quince por ciento (un 14,8%, desconocido desde que existen registros de medición por parte de la EPA).

  

 

La transformación estructural de la estabilidad del empleo lograda por la reforma laboral aplicada es extraordinaria y no tiene parangón con ninguna de las anteriores. Con datos del sector privado de la economía, al que fundamentalmente van dirigidas las medidas adoptadas:

  • El perfil de la tasa de temporalidad ha roto las tendencias estacionales, registrando una caída pronunciada y continua, que suma nueve puntos en los cuatro trimestres de vigencia. La tasa de temporalidad ha descendido en el primer año de la reforma a los niveles del promedio europeo.
  • El empleo indefinido ha aumentado en 1,5 millones de personas respecto al cuarto trimestre de 2021 (último anterior a la reforma), mientras que el temporal se ha reducido de 3,2 millones a poco más de dos en este trimestre: el trasvase ha sido, pues, impresionante.
  • Contrariamente a lo que se publica en ciertos medios de comunicación, el 85% del incremento del empleo con contrato indefinido es de carácter “permanente a lo largo del tiempo” y solo el 15% restante es de naturaleza “discontinua” (categorías de la EPA). El leve aumento de la proporción de fijos discontinuos sobre el total de empleo indefinido se debe a la conversión de contratos estacionales y de temporada, antes indebidamente temporales, en contratos indefinidos discontinuos.

 

 

Por otra parte, conviene aclarar –de una vez por todas- que la EPA (único instrumento de medición del desempleo, y regulado y homologado a nivel europeo) registra adecuada y rigurosamente si las personas fijas discontinuas en periodo de inactividad pueden ser consideradas desempleadas o inactivas, según busquen o no activamente empleo y estén disponibles para incorporarse a un trabajo (también, ocupadas si han trabajado en otra ocupación al menos una hora en la semana anterior a la encuesta). Por lo que carecen por completo de entidad las disquisiciones acerca de si otras estadísticas con importantes dificultades para medir el desempleo real, como el Paro Registrado, contemplan en una u otra categoría a las personas fijas discontinuas. Las cifras de desempleo de la EPA –y solo las de la EPA- registran con toda fiabilidad a estas personas cuando reúnen los requisitos para ser consideradas paradas.

Y finalmente, para terminar de aclarar los resultados, es necesario señalar que 8 de cada diez nuevos indefinidos lo son a tiempo completo, y solamente dos a tiempo parcial. La proporción de empleo indefinido a tiempo parcial apenas ha crecido un punto porcentual, como resultado de que el de tiempo completo ha aumentado en 1,26 millones de personas, y el de tiempo parcial solamente en trescientas treinta mil.

En suma, por más que obviamente se necesite un periodo de tiempo más largo para estudiar todos sus efectos, la reforma realizada ha conducido a un rápido cambio estructural (en solo sus primeros cuatro trimestres) en cuanto a la estabilidad del empleo en el mercado de trabajo español.

  1. CONCLUSIONES

Los resultados del cuarto trimestre muestran un profundo debilitamiento de la creación de empleo (que puede agravarse a lo largo de 2023), como resultado de la intensa desaceleración económica, que tiene sus raíces en la desaceleración, a su vez, de la economía europea como resultado de los diversos efectos de la guerra de Ucrania.

Algunos de ellos, como el fuerte proceso inflacionista desatado, los bajísimos crecimientos salariales y las consiguientes pérdidas considerables de poder adquisitivo, que han reducido notablemente los niveles de ahorro de las familias y hundido el consumo, están detrás de la contracción del crecimiento económico y del parón del empleo.

De no corregirse a muy corto plazo estos factores, el empleo podría deteriorarse gravemente.

En el lado opuesto, el mercado de trabajo español, con una impresionante reacción a la reforma laboral aprobada, parece estar superando uno de sus problemas estructurales más serios y profundos: el de la falta de estabilidad del empleo. La cultura laboral dominante, basada en la temporalidad desorbitada y la inestabilidad del empleo, parece estar transformándose hacia un modelo más estable y resiliente.

La naturaleza del empleo depende, por un lado, lógicamente de las características de la ocupación creada por el sistema productivo, pero la malsana utilización del sistema de contratación hacía, por el otro lado, que una gran parte de los empleos estables se convirtieran en contratos temporales, lo que ha ocasionado durante décadas innumerables efectos negativos, que parecen estar por fin corrigiéndose.

En definitiva, estamos en un momento en el que, mientras la coyuntura económica se ha deteriorado intensamente, los aspectos estructurales del mercado de trabajo están mejorando de forma considerable.

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