- Datos muy positivos de empleo
A pesar de que el empleo ha descendido cinco centésimas porcentuales en este trimestre respecto al anterior (11.100 personas), y que quizá haya quienes hagan una lectura negativa de ello, la interpretación técnicamente ajustada de este dato es que los datos trimestrales de empleo son muy positivos:
- El primer trimestre de cada año es, por motivos estacionales, bastante flojo en cuanto a la creación de empleo en la economía española.
- El hecho de que el empleo solo haya descendido en esa bajísima cifra significa que, en comparación con los años anteriores, el empleo ha tenido un comportamiento mucho mejor, y que las tendencias de fondo del mismo son muy positivas.
- Así lo ponen de manifiesto (de forma incontestable) los datos desestacionalizados de la EPA (gráfico siguiente), ofrecidos por el INE porque son un elemento fundamental de cualquier análisis y valoración de la evolución y la coyuntura del empleo.
- Como puede comprobarse, el empleo –una vez desestacionalizada la cifra- está creciendo en términos intertrimestrales al 1,16%, una tasa muy superior a la de los cuatro trimestres precedentes, y muy superior a las registradas durante 2018 y 2019, antes de la pandemia.
Como resultado de esta favorable evolución en el trimestre, la variación anual del empleo se ha acelerado de forma significativa, pasando de un 1,38% en el cuatro trimestre de 2022 a un 1,83% en este primer trimestre de 2023, un crecimiento cercano al medio punto porcentual. Lo cual es coherente con los datos que ha venido mostrando la afiliación a la Seguridad Social durante los tres primeros meses del año.
Y esa favorable evolución de la ocupación trimestral ha venido de la mano de un crecimiento del empleo en los servicios, y de reducidas pérdidas estacionales (inferiores a las de otros primeros trimestres) en la industria y la construcción.
Y, asimismo, de una limitada caída del empleo a tiempo completo, en parte compensada por el avance en el trimestre del empleo a tiempo parcial.
Por la naturaleza del empleador, el empleo en el trimestre se reduce muy poco (-8.800 personas) en el sector privado, cifra muy inferior a la de los primeros trimestres de los años 2017-2022. Y el empleo público baja en 2.300 personas.
Toda esta evolución del empleo se refleja en un descenso del empleo masculino en el trimestre (-52.800), pero en el incremento del empleo femenino (+41.700 mujeres).
Los positivos datos trimestrales, se han reflejado al acumularse a los tres trimestres anteriores en unos datos anuales de empleo francamente buenos:
- En los últimos doce meses el empleo ha crecido en 368.000 personas: 133.600 hombres y una cifra mucho más elevada, 234.400, mujeres. Y el incremento se ha concentrado por edades entre los jóvenes de 20 a 35 años y los mayores de 50 años.
- Durante los últimos doce meses, el empleo ha sido impulsado por los Servicios y por la Industria, con crecimientos de 370.000 y 93.000 personas, respectivamente, mientras que Construcción y Agricultura han mostrado descensos en sus niveles de empleo.
- El empleo creado en los últimos doce meses ha sido a tiempo completo (+372.000), en tanto que a tiempo parcial se ha reducido en 4.000 personas. Y ha sido empleo asalariado (casi 420.000 personas más), mientras que el empleo por cuenta propia se ha reducido en 43.000 personas.
- Asimismo, el nuevo empleo creado ha sido mayoritariamente en el sector privado (+312.000), frente a una cifra mucho más modesta, cerca de 56.000, en el empleo público.
- Impresionante ascenso de la estabilidad del empleo
Una mención especial requiere la evolución de la estabilidad del empleo. En este trimestre, continúan los tan positivos efectos de la última reforma laboral de hace un año.
Los asalariados con contrato indefinido han crecido en 93.800 personas, mientras que continúan bajando los empleos con contrato temporal (-117.000).
No obstante, es en términos anuales, acumulando los últimos doce meses, es decir, desde abril de 2022, cuando se observan en toda su magnitud los efectos sobre la estabilidad del empleo de esa reforma:
- Si el aumento total del empleo asalariado ha sido de unas 420.000 personas, las que ahora tienen contrato indefinido han crecido en 1.520.000, mientras que las que mantienen un contrato temporal se han reducido en 1.100.000. Cifras espectaculares, jamás antes registradas por ninguna reforma laboral: todo el empleo creado ha sido, en términos netos, indefinido, y además se ha producido el trasvase de una cifra ingente de ocupados que antes tenían un contrato temporal.
Lo que pone en evidencia que una parte muy considerable del empleo temporal realmente no lo era por su naturaleza, sino por el abuso de este tipo de contratación.
- Con estos datos, la tasa de temporalidad se ha reducido de nuevo en este trimestre en casi 0,7 puntos porcentuales, dejando la tasa en un 17,3%, casi siete puntos menos que hace doce meses.
- En realidad, si exceptuamos el sector público, cuya tasa de temporalidad continúa siendo altísima (prueba de que aquí no se ha acometido una reforma equivalente), del 31,3 por ciento, la tasa de temporalidad en el sector privado ha caído 8,4 puntos (cerca de un cuarenta por ciento) en los cuatro últimos trimestres, y su nivel se ha reducido hasta el 13,7%, equivalente en la práctica al promedio europeo.
- El crecimiento de la población activa en el trimestre eleva la cifra de desempleo
La población activa creció en este trimestre en 92.700 personas, una excelente noticia, (a diferencia de los primeros trimestres desde 2017, en los que se redujo). La totalidad son mujeres (+117.000), otra gran noticia, mientras que el número de hombres se ha reducido en 24.000.
Como resultado de la evolución del empleo, pero fundamentalmente del crecimiento de la población activa, el desempleo en el trimestre asciende en 103.800 personas, hasta alcanzar la cifra de 3.127.000 personas paradas.
La tasa de paro aumenta con ello cuatro décimas, hasta el 13,3%.
En términos desestacionalizados, el desempleo se mantuvo prácticamente constante sin subir ni bajar.
- Conclusiones de esta EPA
En este trimestre se ha producido una mejora sustancial de la creación de empleo, lo que permite prever que, en los dos trimestres siguientes, favorecidos no solo por la condiciones de fondo del proceso de aumento del empleo sino también por la favorable estacionalidad de la actividad productiva española durante los mismos, asistiremos a crecimientos significativos del mismo.
Dependiendo del mantenimiento de la evolución (más o menos creciente) de la población activa, eso se traducirá en reducciones mayores o menores del desempleo, pero incluso en este último escenario hay que considerar que si aumentan los activos y esto aminora la reducción del paro debida a un crecimiento relevante del empleo, estaremos ante un desarrollo muy positivo del mercado de trabajo y de la fuerza laboral en España.
De especial importancia y trascendencia son los cambios en la composición y características del empleo.
El avance del empleo femenino y de los jóvenes, los buenos resultados del empleo terciario y la resiliencia del empleo industrial, y el extraordinario aumento general de la calidad del empleo, con un impulso notable del empleo a tiempo completo, y sobre todo de la estabilidad del empleo asalariado, constituyen avances muy considerables en este ámbito de la calidad de la ocupación que ha sido siempre un talón de Aquiles de la sociedad española.
Todos estos cambios, pero particularmente por su dimensión el de la estabilidad del empleo, si mantienen esta tónica pueden conllevar positivos efectos económicos estructurales sobre el sistema productivo.
Efectos que podrían afectar favorablemente al grado de eficiencia empresarial y a los avances en la productividad –como resultado de una mayor inversión de las empresas en formación de estos centenares de miles de trabajadores, y cambios hacia una mejor organización productiva y del trabajo basada en una menor rotación del empleo- e incluso a resultados beneficiosos en términos macroeconómicos al aumentar, como ha señalado el Banco de España, los niveles de consumo de las familias.